Hace unas semanas hablaba sobre el experimento desarrollado por la plataforma de publicación Jellybooks que demostraba que los hombres son más proclives a abandonar un libro si no les gusta que las mujeres. Una conclusión a la que se llegó después de entregar cientos de libros gratuitos a lectores a cambio de compartir sus datos de lectura a través de un software llamado candy.js. Además de analizar las tasas de abandono en función del sexo, el equipo de Jellybooks se centró en los distintos comportamientos de los lectores dependiendo de su edad. El objetivo era comprobar si la edad afecta de alguna forma a la manera de leer los libros, sobre todo en lo referente a su abandono o finalización.

   Para analizar este parámetro se entregó a los lectores una novela reciente que se había mantenido en lo más alto de la lista de las más vendidas durante varias semanas. El libro obtuvo resultados de finalización muy buenos, con una tasa del 70 %, algo que solo se consigue en uno de cada diez libros analizados. Además, consiguió buenos resultados en otros indicadores, como es la velocidad de lectura. Lo que llamó la atención en la tasa de finalización del libro fue la distribución por edad.

   Las mujeres mayores de 45 años tenían un 15 % más de probabilidades de terminar el libro que el lector medio, mientras que los lectores menores de 35 eran un 10 % menos propensos que la media para terminar el libro. Estos datos chocaban con lo previsto por el departamento de marketing de la editorial, que esperaba que la novela atrajera a lectores más jóvenes debido a la edad de la protagonista. Por encima de este factor se impuso la trama, que trataba sobre la Europa de posguerra, lo que demuestra que un libro puede estar erróneamente pensado para una determinada edad.

   Otro libro, en cambio, no obtuvo tan buenos resultados pero su tasa de finalización era tres veces mayor entre las mujeres menores de 25 años que entre las mujeres mayores de 45. Varias preguntas hechas a los lectores revelaron la explicación para estos datos. El estilo utilizado por el autor hacía que el público de más edad no se sintiera identificado ni con el tono ni con la voz y terminaban abandonándolo, mientras que el público más joven se sentía cautivado ante ese mismo lenguaje.

   ¿Qué ocurre con las novelas de jóvenes adultos? Sorprendentemente en estos libros, que se encuentran en un territorio fronterizo de edad, la tasa de finalización entre los lectores mayores de 45 fue mucho mayor que entre los lectores más jóvenes de 35 años. Desde hace tiempo se sabe que este tipo de literatura atrae la atención de lectores más adultos; lo asombroso es que esos lectores sean más propensos a terminar los libros que los lectores más jóvenes. Es más probable, por ejemplo, que una mujer de 50 años termine uno de estos libros que otra con la mitad de edad. Unas conclusiones que, por supuesto, no pueden aplicarse a toda la literatura de jóvenes adultos.

   En general el análisis afirmaba que los lectores que más tienden a finalizar un libro se agrupan en dos grandes segmentos de edad: los menores de 35 y los mayores de 45. Los libros relacionados con determinadas temáticas ‒como pueden ser los desafíos laborales, los altibajos en las relaciones o la formación de una familia‒ obtienen, sin embargo, buenos resultados en el segmento de edad comprendido entre los 35 y los 45. Mientras que la mayoría de los libros muestran marcadas diferencias en las tasas de finalización correlacionadas con la edad de la audiencia, algunos libros parecen ser interesantes para todas las edades y sus tasas de finalización no varían con la edad. Eso sí, la literatura infantil ha quedado fuera del análisis ya que de momento el mínimo de edad de los lectores analizados es de 18 años.

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