¿Sabes que puedes ayudar a buscar una cura para el cáncer infantil? ¿Quieres saber cómo?
Hace tiempo me plantee la siguiente cuestión: ¿Existe alguna persona que ante la pregunta «¿Deseas curar el cáncer infantil?» responda que no? ¿Verdad que es una pregunta fácil de responder? Cuando preguntas a continuación «¿Qué harías por curarlo?» muchos osan responder «Lo que haga falta».
Pero cuando lo que hace falta es dinero, esas mismas personas bondadosas cambian de canal, cierran la ventana del ordenador o siguen caminando por la calle. Quizá porque sus intereses económicos, punto crucial en la cura de cualquier enfermedad, no avanzan en estos momentos de su vida en paralelo con la enfermedad.
Es fácil saber que hay gente muriendo mientras no sea tu gente, y siempre y cuando tu dinero esté a salvo. Pero, ¿y si fuese posible ayudar en uno de esos grandes proyectos de la humanidad sin gastar mucho dinero?
Esos “pequeños” grandes proyectos
No me avergüenza decir que, en mi opinión, la cura del cáncer (ya sea infantil o no) está a la misma altura de otros grandes proyectos de la humanidad, tales como el descubrimiento de otros planetas, quizá de vida en su interior, la confirmación de una teoría matemática o la confirmación de alguna teoría sobre las partículas subatómicas.
Probablemente porque cualquier problema parcial de la ciencia rara vez germina solo dentro de su rama, y descubrimientos accidentales ayudan a otros campos aparentemente sin puntos en común. Por ejemplo, el avance en la medicina moderna que supuso la carrera espacial.
Dime, ¿alguno de estos proyectos te llaman la atención, además de los mencionados?
- La resolución de la conjetura de Collatz
- La decodificación de los mensajes submarinos en la WWII
- La búsqueda de una ecuación que nos dé solo números primos
- Aprender más sobre cómo medir la radiactividad
- Modelar un cerebro humano en un simulador
- Descubrir el origen del universo
- Estudiar los asteroides que podrían pasar cerca de la Tierra
- …
Cientos de estos proyectos están esperando fondos de parte de gobiernos e instituciones de todo el globo, pero siempre da la impresión de que quien ha de pagar ese dinero (siempre en última instancia el ciudadano, ya sea vía impuestos o donaciones directas) no tiene demasiado interés en soltar ni un céntimo.
Todos estos proyectos requieren una única cosa: ciclos de computación. Análisis matemáticos casi infinitos que necesitan electricidad y procesadores virtualmente ilimitados. ¿Y si la cura del cáncer infantil fuese un descubrimiento accidental de cualquiera de esas investigaciones? ¿Y si la ecuación necesaria para empezar un tratamiento estuviese escondida en una matemática que aún no entendemos? ¿No merece la pena invertir algo de dinero en la investigación y el desarrollo?
¡Tú tienes un procesador, y acceso a la electricidad!
En mi opinión, sí merece la pena buscar más conocimiento. Es el motivo por el que cada año dono un poco de dinero a Wikipedia. Si mantenemos una ingente base de conocimientos online de acceso gratuito e ilimitado, quizá el próximo George Otto Gey (le debemos el cultivo genético y las células Hela) pueda curar enfermedades hoy imposibles de erradicar.
Pero no solo el desembolso directo de capital ayuda a la humanidad. También lo hacen los ciclos de procesadores donados. Y si estás leyendo esto, entonces tienes un dispositivo entre tus manos. Un PC, un teléfono móvil, una tablet. Un mecanismo capaz de procesar información y que consume electricidad.
Poca, en el caso de un teléfono móvil, que apenas sí llega a consumir unos pocos euros al año en luz. ¿Estarías dispuesto a donar parte de los ciclos que tu teléfono no usa para ayudar al resto de la humanidad? Sorpresa: es fácil. Solo necesitas la aplicación «BOINC», una App que segmenta un problema y envía a cada dispositivo una pequeña parte.
Cuando esa parte ha sido resuelta, le asigna otro pequeño puzzle que procesar. Miles de millones de esos puzzles resueltos se usarán para la meta que elijas. Yo hace meses que lo tengo en mi teléfono móvil, y alrededor de la una de la noche, cuando el móvil tiene plena carga y se haya a una temperatura baja (condiciones en las que BOINC empieza a trabajar para no dañar el dispositivo ni dejarte sin energía), ayudo al mundo mientras duermo.
¿No suena bonito?
Esta aplicación, nacida en la universidad de Berkeley (California) tiene ahora más de un millón de ordenadores y dispositivos asociados, y más de medio millón de voluntarios en todo el mundo que donan los ciclos de sus móviles y PCs. ¿Tienes un móvil? Instálate la App, regístrate y elige el proyecto al que quieres donar ciclos. Tardarás minutos en hacerlo. Tu móvil ayudará al mundo mientras duermes.
Hemos hablado en este blog sobre cómo la tecnología y la cultura conforman (como poco) una mezcla interesante. la última, hace unos días. Pero hoy me gustaría llamar la atención sobre el papel que tú tienes en la investigación, y en que hoy ya no necesitas más excusas.
Todos los días aparece en las noticias un científico en algún lugar del mundo descubriendo algo. ¿Y si le ayudas?
No hay comentarios