El ajedrez siempre ha sido, posiblemente, uno de los juegos de mesa más prestigiosos creados por la humanidad. Originario de Europa durante el siglo XV, fue primero una evolución del shatranj, que a su vez había surgido del chaturanga (practicado en la india del siglo VI), y está considerado un deporte, llegando a existir las Olimpíadas de ajedrez. Seguramente estos datos no sean sorpresa para muchos lectores, sobre todo para muchos aficionados al juego, no obstante, lo que quizá muchos no sepan es que existe la llamada escuela romántica de ajedrez. Y más aún, de esta misma corriente nació la que se conoce como una de las partidas más famosas de la historia y una de las más bellas de contemplar y analizar: la inmortal.
Durante el siglo XIX, en aquellos años en los que tanto se desarrolló el movimiento del romanticismo por el mundo, surgió la escuela romántica de ajedrez. En ella, de una forma nunca antes vista, se tiende a buscar en las partidas del juego una belleza y una pasión que se lleven a cabo mediante las combinaciones de movimientos. Así, se asentó durante esta época (que vivió su máximo auge entre 1830 y 1880), la costumbre del juego abierto con continuos ataques y contraataques en los que, por encima de todo, las protagonistas eran las jugadas.
En estos años apareció Adolf Anderssen, uno de los mejores jugadores de la historia. Anderssen fue considerado por muchos el campeón del mundo tras su victoria en el torneo de Londres de 1851, a pesar de que en aquellos años todavía no existía el campeonato del mundo. Este hombre era un matemático alemán al que le caracterizaba su juego agresivo y combinativo. Durante una de las pausas en el torneo de Londres de ese año, Anderssen jugó un partida informal con Lionel Kieseritzky, un profesor de ajedrez que se dice jugaba partidas por cinco francos en el Café de Regence. Lionel era también famoso por ganar a rivales más débiles que él incluso concediéndoles ventajas como, por ejemplo, jugar sin dama.
Durante aquella pausa el 21 de junio de 1851 del torneo, Adolf (blancas) y Lionel (negras) jugaron una partida magistral, una partida que sería largamente analizada y discutida durante los años siguientes. Una partida destinada a hacer historia y a la cual el periodista Ernst Falkbeer llamó hábilmente “La inmortal”, en 1855. Esta partida goza de combinaciones románticas que van desde la valentía, el honor o el sacrificio, hasta la fuerza o el ingenio. A pesar de que, en la actualidad, expertos han encontrado errores por parte de los dos jugadores, y critican duramente el juego de las negras, no se puede negar que es una de las partidas más impresionantes que existen. Y que, por supuesto demuestran porqué Anderssen era considerado uno de los mejores, ya que realizó todo tipo de arriesgadas jugadas como perder un alfil, ofrecer sus torres, y hasta sacrificar a su dama, todo por el incansable objetivo de matar al rey enemigo.
El juego terminó finalmente con la victoria de Anderssen. Lionel Kieseritzky, totalmente fascinado, lo primero que hizo en ese momento fue telegrafiar a su club de ajedrez de París para enviarles los detalles de la partida. Ese mismo año, fue publicada por la revista La Regence, y poco a poco se fue haciendo eco por el mundo entero.
Por muchos lugares de internet hoy día se pueden encontrar páginas en las que ver detalladamente paso a paso esta partida. En sitios como este o este, se puede disfrutar del juego con tranquilidad. También, se puede leer sobre esta partida en libros como Nuevas ideas en ajedrez, de Richard Reti, o Mis geniales predecesores (tomo I), del campeón mundial Gary Kasparov.
Esta partida, por si fuera poco, resultó tan influyente para el movimiento romántico en el ajedrez y para otros jugadores, que con los años se han llevado a cabo juegos similares a los que se les llama de forma parecida en honor a la primera inmortal. Así podemos encontrar: La inmortal de Mackenzie, La inmortal de Zukertort, La inmortal de Steinitz, La inmortal de Rubinstein, La inmortal de Zugzwang, La inmortal polaca, La inmortal uruguaya, La inmortal del siglo XX, La inmortal del ajedrez postal, La inmortal letona, La inmortal china, etcétera. Todo surgido por un encuentro casual entre dos genios de su época que decidieron sentarse a jugar amistosamente sin saber que, por casualidades de la vida, pasarían a formar parte de la historia.
Muy buena manera en que describe el ajedrez. También creo que ayuda a mejorar el nivel de aprendizaje de una manera inteligente. Compré ajedrez en lacienciadejaun para ayudar a mi hijo a progresar en la academia y en la vida. inscribirlo en un campamento de ajedrez de verano es una decisión inteligente, ya que ofrecen un producto diferente en una cantidad muy inferior con información a través de blogs.
Sí, quiero sugerir a los demás que también es esencial que aprendas cómo puedes defenderte de un posible Shepherd Check , cuando vayas con fichas negras.