WestWorld

   Westworld nos relata un concepto utilizado para describir cierta conducta robótica. «The Uncanny Valley» se utiliza para describir robots o animaciones que se acercan lo suficiente a la realidad. Cuando una réplica antropomórfica es tan casi humana, pero irreal en algún nivel intrínseco, muestra un comportamiento tan humano, que causa un rechazo entre los observadores humanos. Si podemos cruzar ese valle, esa repugnancia se disipará y se convertirá en empatía.

   La percepción de este fenómeno de que si una unidad robótica es bastante diferente al humano, sus características se verán más resaltadas, provocando empatía. En cambio, si esta unidad es casi real rozando lo humano, se resaltaran sus diferencias no humanas, creando una sentimiento de «objeto extraño» desde nuestro punto de vista humano.

   Esto plantea tres preguntas. Primero, ¿se puede cruzar el Valle inquietante? Segundo, ¿podemos crear una vida artificial tan humana que no podamos distinguir la diferencia? Y tercero, «¿debemos cruzarlo?»

   En Westworld, el Valle de lo inquietante se ha cruzado y si no se ha cruzado, entonces los científicos detrás del proyecto han llegado cerca. Naturalmente, esto es posible en la serie porque la IA es tan avanzada, que cuando dos mujeres en un tren comentan con entusiasmo que todos los anfitriones «parecen tan reales» es porque en realidad lo son. Nuestros cerebros, como espectadores, nunca tienen que cuestionar esto. Pero en el fondo del espectáculo, es una cuestión importante. ¿Qué tan real es demasiado? En un parque temático donde una de las opciones es matar o violar sin escrúpulo, ¿qué tan real es demasiado real?

   Y como los anfitriones (las unidades robóticas) comienzan a salir de sus roles estipulados gracias a esta actualización de códigos en su programación llamado «Reveries» o ensueños, actualización que nos lleva a la siguiente pregunta, a pesar de su artificialidad: ¿estos ensueños, que se podría decir que son la conciencia misma, no los hacen humanos ya?

   Luego está la prueba de Turing. Esto es muy similar al Valle de lo inquietante, aunque se trata de comportamiento más que apariencia. ¿Puede una inteligencia artificial mostrar la inteligencia humana, la empatía y así sucesivamente a tal grado que se vuelven indistinguibles entre humanos? Esta pregunta parece hacer latir el corazón de Westworld.

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