Sin duda debe ser incluido en la lista de los libros que más daño han hecho a la Humanidad. En Mein Kampf Hitler expone su teoría racista que divide el mundo dos razas, una superior y otra inferior, propone el asesinato en masa de todos los judíos y defiende una guerra contra Francia y Rusia para establecer la supremacía del imperio alemán. En definitiva, alimentó el odio que ayudó a Hitler a subir al poder. Aunque inicialmente el libro fue ignorado, tras su publicación en dos volúmenes en 1925 y 1927, después de que su autor fuera nombrado Führer de Alemania tuvo una gran repercusión en Europa. Se calcula que en 1945 solo en Alemania había unos diez millones de ejemplares en circulación, por lo que se podría catalogar como un bestseller sin precedentes. A fin de cuentas, el estado entregaba un ejemplar a cada pareja recién casada.
Unas cifras que están muy lejos de las que el libro ha conseguido en el último año, pero aún así, contra todo pronóstico, es posible considerar el manifiesto de Hitler como un nuevo bestseller en Alemania. Durante siete décadas el libro estuvo estuvo prohibido en el país, pero el pasado año expiraron sus derechos de autor, hasta entonces propiedad del Estado de Baviera, y el ensayo de Hitler volvió a las estanterías de las librerías alemanas en forma de edición crítica. Con 85.000 ejemplares vendidos a lo largo del 2016, Mein Kampf se pasó 35 semanas en la lista de bestsellers de la editorial Der Spiegel, según informa The New York Times. De hecho, la editorial ha anunciado que a finales de mes lanzará una nueva tirada, la sexta, y las peticiones para traducir el libro a diferentes lenguas vienen de países de todo el mundo.
La idea de reeditar Mein Kampf en Alemania no estuvo exenta de polémica, como es lógico. Lejos de limitarse a imprimir el texto original sin más, este nuevo Mein Kampf es el resultado del consenso de docenas de historiadores, expertos y representantes de museos, sitios conmemorativos, escuelas e iglesias, coordinados por el Instituto de Historia Contemporánea de Múnich; tiene más de 2.000 páginas e incluye unas 3.500 anotaciones históricas críticas que tienen el objetivo de contextualizar la obra. Según Andreas Wirsching, director del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, «las discusiones sobre la cosmovisión de Hitler y el manejo de su propaganda han presentado una oportunidad ‒en un momento en que las creencias políticas autoritarias y las consignas de extrema derecha vuelven a ganar popularidad‒ para reexaminar las despreciables raíces y los resultados de las ideologías totalitarias».
A pesar de este ingente aparato crítico el libro no ha dejado de ser comprado por decenas de miles de personas, lo que indica que es poco probable que lo hayan hecho extremistas de derechas o neonazis ‒que era uno de los temores iniciales‒, porque estos tienen fácil acceso gracias a Internet al texto original. Aunque no hay estadísticas exactas del perfil de lector que ha comprado el libro, todo parece indicar que son personas interesadas por la política y por la historia, así como educadores, tal vez llevados de George Santayana de que «aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo».
Desde este punto de vista, parece que el hecho de que Mein Kampf se haya convertido en bestseller en Alemania es una buena noticia. Además, como concluye Erin Blakemore en el blog de la Smithsonian, «rodear las palabras de Hitler con un frenesí de notas es la mejor manera posible de hacer inofensiva una prohibición a escala nacional».
Esta misma mañana discutía con un usuario de Twitter el por qué prohibir una opinión (por diferente a la tuya que sea) puede resultar en una tragedia a largo plazo.
Prohibir un libro o contenido de cualquier clase lo único que hace es intentar tapar una opinión que -nos guste o no- está ahí y hay que lidiar con ella. Si no dejamos que libros que no nos gustan aparezcan en las librerías, pronto nos quedaremos sin libros que mostrar, y además tendremos que lidiar con muchos frentes abiertos de personas que en su momento estuvieron reprimidas en uno u otro sentido.
Creo que hay que ver este libro, además, como lo que es: un registro histórico de una época pasada que más nos vale tener bien aprendida para evitar bucles.