La lectura tiene incontables y valiosos beneficios para aquellos que la amamos. Lo que lo hemos experimentado en nuestra propia piel estamos convencidos de ello y muchas veces nos empeñamos en contagiar a los demás con nuestra pasión porque no podemos concebir que puedan vivir sin libros. Seguro que te has sorprendido más de una vez al escuchar a alguien decir aquello de «No me gusta leer… Bueno, leí algún libro en el instituto, pero obligado» ¿Cómo puede ser que algo tan maravilloso como sumergirse en una historia ‒de cualquier tipo‒ pueda no gustarle a alguien?
Desde luego, fozarles no es el camino más acertado, porque está demostrado que obligar a los niños a leer es contraproducente ya que puede disminuir su interés por la lectura. Ahora bien, aunque a veces parezca casi imposible, y para muchos padres y profesores de Secundaria lo es, el amor por los libros es algo que se puede transmitir y enseñar.
Basta con dar la herramienta adecuada. Eso es lo que se propuso Irene Rodrigo, a la que entrevistamos hace unos meses, creando Léeme, el primer programa de divulgación literaria online. El objetivo principal del espacio es lograr transmitir el amor por la lectura a niños y mayores que no se sienten atraídos ‒todavía‒ por ella. Una de las claves más importantes para conseguirlo es conectar con las emociones.
Aquellas personas que no disfrutan leyendo, dice Irene, no es solo por cuestión de gustos, sino que no les han enseñado a entender la conexión que tienen los libros con su propia vida. Por eso habla de amar la lectura por encima de fomentarla. Una vez que ayudamos a la persona a conectar con un libro, sentirá el deseo de seguir descubriendo más de sí mismo.
¿Y cómo conseguimos que nuestros hijos, alumnos o amigos disfruten con la lectura?
¿Es posible que apliquemos nosotros mismos las claves de Léeme a nuestro entorno? Sí, para convertirnos en divulgadores simplemente hay que transmitir de manera correcta el amor por los libros a través de tres pilares básicos: el autoconocimiento, la innovación y la comunicación.
Autoconocimiento:
Ya hemos dicho que leer es conectar con uno mismo. Para demostrarle a alguien que leer es maravilloso, tendremos que conocernos a nosotros mismos y entender cómo los libros que leemos se relacionan directamente con nuestros objetivos, miedos y deseos. Una vez entendemos cómo funciona esa simbiosis lectora, seremos capaces de ayudar a otros a escoger los libros que necesitan.
Innovación:
En educación llevamos años utilizando el mismo método de fomento de la lectura, olvidando que las nuevas tecnologías son una gran herramienta para acercar a los más jóvenes al mundo literario. En el método Léeme se recogen diversas herramientas de innovación y tecnológicas para ayudar a llegar a muchas más personas.
Comunicación:
Tener un proyecto de fomento de lectura y transmitirlo con palabras desfasadas no sirve de nada. Para enseñar a alguien a amar la lectura tendremos que ser buenos oradores, por eso el método se centra también en enseñar al divulgador a aprender a comunicar. Poner un libro en las manos de un niño solo servirá si eres capaz de explicarle con las palabras correctas de qué va a servirle.

«Mi objetivo con este método es lograr acercar la lectura a todo el mundo» – Irene Rodrigo, creadora de Léeme.
Todos llevamos dentro a un lector en potencia, aunque alguno se ha quedado cubierto por capas y capas de prejuicios contra los libros. «Son aburridos», «Prefiero las películas», «No me gusta leer». A esas personas hay que llegarles a través de la creatividad para despertar a su lector dormido. Irene lo sabe y por eso propone más de 100 actividades y ejercicios prácticos. Es mucho más fácil conectar a través del juego y la creatividad.
El objetivo de este método de fomento de la lectura es conseguir que cualquier persona sienta que todos los libros hablan de uno mismo y nos ayudan a conocernos mejor e incluso a tener una vida más plena.
Desde La piedra de Sísifo, como divulgadores culturales, recomendamos el curso Transmite tu amor por los libros a cualquier padre, madre o profesor que quiera hacer llegar su pasión por la literatura.
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