Ayer hablábamos sobre una iniciativa que recientemente ha llevado a cabo una librería estadounidense para visibilizar el desequilibro que todavía sigue existiendo en el mundo de la literatura y de la edición: volver del revés los libros escritos por hombres para resaltar los pocos libros que hay escritos por mujeres. Y en la literatura infantil, como no podía ser menos, encontramos una situación parecida. No es ya que las mujeres escriban o publiquen pocos libros infantiles, es que este tipo de libros, clave no solo para la formación de la afición lectora sino del desarrollo integral de los niños, se han empeñado de forma reiterada en perpetuar ciertas imágenes y roles estereotipados sobre la figura de la mujer. Solo hay que pensar en los típicos cuentos de hadas protagonizados por princesas indefensas a las que un valiente y fornido príncipe tiene que sacarle las castañas del fuego.
Por suerte, esa anticuada visión de género poco a poco se ha ido superando con libros como Good Night Stories for Rebel Girls, escrito por Elena Favilli y Francesca Cavallo y que en a partir de mayo será publicado en español de la mano de Planeta. Se trata de un libro formado por cien cuentos para antes de ir a dormir sobre la vida de cien mujeres extraordinarias del pasado y del presente, ilustrados por sesenta artistas femeninas de todo el mundo. Uno de los materiales de promoción que ha lanzado el libro y que se ha viralizado a través de Facebook es un vídeo titulado «La horrible verdad sobre los libros infantiles», en el que una madre y una hija hacen un experimento que recuerda al de la librería.
En una estantería de literatura infantil, ambas deciden retirar libros siguiendo cuatro criterios: libros donde no exista personaje masculino, libros sin personajes femeninos, libros donde los personajes femeninos no hablen y libros sobre princesas. El objetivo, en este caso, no es exactamente ver cuántos libros quedan al final, porque entonces no se habrían retirado los libros sin personajes masculinos, sino ver cuántos libros se quitan con cada criterio. De los libros sin personajes masculinos se retiran 3, frente a los 76 que no tienen ningún personaje femenino. Según un estudio mencionado en el propio vídeo, de una muestra de 5.000 libros infantiles, solo un 25% de ellos tenía algún personaje femenino. Si a esta última cifra añadimos los libros donde aparecen mujeres pero no hablan el número de libros asciende a 141. En la lista realizada por Time sobre los 100 mejores libros infantiles de todos los tiempos, solo en 56 de ellos habla una mujer. Finalmente, el panorama es desolador cuando se terminan por retirar los libros que tratan sobre princesas y la estantería queda casi vacía.
Si además hubiéramos hecho la tarea de retirar los libros escritos por hombres, como hizo la librería de Ohio, es muy probable que la estantería hubiera quedado totalmente vacía. Veronica Juárez ha escrito en su blog una interesante reflexión sobre este vídeo y ofrece una lista de autoras infantiles y juveniles que consiguen huir de los estereotipos de género: Astrid Lindgren, Madeleine L’Engle, Diana Wynne Jones, J. K. Rowling o Gabriela Mistral. Poco más habríamos encontrado en esa estantería. Afortunadamente, hay personas que están luchando por cambiar esta situación, como Elena Favilli y Francesca Cavallo, o como la editorial sueca Olika, que en los últimos años se ha posicionado como uno de los grandes baluartes de la literatura infantil políticamente incorrecta.
[…] algo que difícilmente puede ponerse en duda. Hace unos años una librería estadounidense hacía un curioso experimento para demostrarlo: eliminar de una estantería todos los libros que no tuvieran personajes […]