Las grandes obras de arte también pueden esconderse ante nuestras propias narices. Imaginemos un libro viejo, de al menos un par de siglos, lujosamente encuadernado y con los bordes de las páginas dorados. El libro en sí mismo es ya una obra de arte, ningún bibliófilo lo dudaría, pero en sus páginas puede haber oculta otra obra de arte, una pintura. Dependiendo de cómo se doblen los bordes frontales, en principio dorados, pueden aparecer prácticamente de la nada cuadros extraordinarios.
Hace unos años la Universidad de Iowa publicó una serie de fotografías de un conjunto de cuatro volúmenes de libros científicos de 1837 que revelaban la práctica de ocultar pinturas en los bordes frontales de los libros, una costumbre que era desconocida por mucha gente desde que empezara a practicarse hace siglos. Colleen Theisen, bibliotecaria de Colecciones Especiales de la Universidad de Iowa, reveló los secretos de estos libros en una publicación titulada «Es un secreto para todos» e hizo una serie de fotos para This Is Colossal. Los cuatro libros de Robert Mudie, titulados Primavera, Verano, Otoño e Invierno, tienen ocultos en sus bordes frontales la pintura de un paisaje relacionado con la estación que da título al volumen. Los cuadros solo aparecen cuando las páginas se doblan de una manera determinada. Para pintar este tipo de cuadros el artista desconocido tuvo que sujetar las páginas con una abrazadera y al soltarla la imagen desaparecería. A continuación se pintaban los bordes de dorado para esconder más aún la pintura.
Este tipo de pintura se remonta al menos al siglo X, pero la técnica de ocultar la pintura con el libro completamente cerrado se acaba perfeccionando a mediados del siglo XVII, sobre todo a partir del el artista italiano Cesare Vecellio. Inicialmente, las pinturas presentaban símbolos de las familias, pero en la segunda mitad del siglo XVIII, los pintores especializados en este tipo de arte comenzaron a pintar escenas o paisajes detallados, o incluso imágenes eróticas. Con el tiempo las escenas pintadas se fueron volviendo complejas e imaginativas, e incluso se llegó a desarrollar la técnica de hacer imágenes diferentes según si las páginas se doblaban hacia un lado o hacia otro.
El artista y encuadernador Martin Frost ha creado este tipo de pinturas escondidas desde 1970. Algunas de sus más de 3.300 obras de arte se encuentran en museos de todo el mundo. Especialmente sorprendentes, por lo distintas que son de las típicas pinturas escondidas, son su serie de retratos y su colección de pinturas en miniatura.
A continuación una selección de algunas de las pinturas ocultas más impresionantes reveladas.

Jerusalén Entregado. Un poema heroico traducido del italiano de Torquato Tasso por John Hoole, Londres, 1797

Lady Jane Grey, una historia en dos libros con poemas en inglés y latín, de Francis Hodgson, impreso en 1809

El calendario real, y el registro de la corte y de la ciudad, para Inglaterra, Escocia, Irlanda, y las colonias, para el año 1849

Las Obras Poéticas de Alexander Pope con memorias, tesis y notas explicativas, por el Rev. George Gilfillan, 1863

La Santa Biblia con la pintura de una escena de una peluquería con monos en forma humana, impreso en 1883
Dejo también algunos ejemplos en vídeo. Un par de vídeos sobre los libros de Robert Mudie, uno del canal de YouTube de la Biblioteca Pública de Boston, uno sobre una copia del Paraíso perdido de Milton, además de otro par de vídeos sobre el proceso de elaboración, el último de ellos del ilustrador Stephen Bowers. También dejo un vídeo de treinta minutos donde el experto Phillip Pirages habla de este arte, con un montón de anécdotas fascinantes.
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