Hace tiempo mostraba un curioso experimento: unir a Charlie Brown con Kafka y convertir al protagonista de Peanuts en «Gregor Brown». Esta divertida extravagancia, en realidad, es una de las muchas que el dibujante Robert Sikoryak perpetró en Masterpiece Comics, un proyecto que se ha estado desarrollando durante veinte años y que recopila 13 historietas diferentes, en las que se mezcla, a modo de parodia, un clásico de la literatura con algunos de los cómics más conocidos. Sikoryak no solo convierte a Charlie Brown en el protagonista de La metamorfosis sino que reescribe el Génesis al estilo de Blondie de Chic Young o Cumbres borrascosas de Emily Brontë en el de Historias de la Cripta de Al Feldstein y Jack Davis, convierte al Fausto de Marlowe en el Garfield de Jim Davis o al Batman de Dick Sprang en el Raskolnikov de Crimen y castigo de Dostoievski ‒unidos por la culpa‒. Action Comics pasa a ser Action Camus para que Supermán encaje como el extranjero de Camus. Una idea parecida a la que tuvo Eric Gladstone, guionista de Marvel, al convertir a Shakespeare en superhéroe en el cómic No Holds Bard. El libro de Sikoryak incluye, por su parte, portadas, anuncios, y correos de los lectores, al estilo del Acme Novelty Library de Chris Ware.
Masterpiece Comics empezó como una broma intelectual, pero Sikoryak pronto acabó dándose cuenta de que la idea podía servir para explorar la manera en la que se relacionan los cómics con los clásicos de la literatura, en la misma línea en la que el dibujante Glen Weldon proponía desechar el término «novela gráfica», basado en prejuicios referentes al lugar que ocupan los cómics dentro del mundo de la literatura. La conclusión es la misma: no es justo menospreciar el formato cómic frente al resto de literatura simplemente porque utilice otro tipo de lenguaje distinto.
A pesar de que sus historias resultan hilarantes, Sikoryak no busca el chiste. La parodia se consigue con una reproducción exacta del contenido ‒literatura clásica‒ y de la forma ‒cómics de la cultura popular‒. Sikoryak es tremendamente fiel en ambos aspectos. El estilo de los cómics recuerda al ambiente postmoderno de los años 80 ‒hay que recordar que Sikoryak fue ayudante de Françoise Mouly y de Art Spiegelman en la revista Raw‒. «Me gusta jugar con esa idea: que cualquier cambio de un medio a otro va a cambiar completamente aquello a lo que estás prestando homenaje. Quería hacer algo donde no pudieras evitar verte enfrentado al absurdo de hacer adaptaciones, de hacer una traducción del trabajo», explicó el dibujante en una entrevista.
Además de adaptado algunos de los clásicos de la literatura más conocidos al mundo de los cómics, Sikoryak tiene el curioso mérito de haber convertido en historieta los términos y condiciones de iTunes. Imaginación y originalidad no le faltan.
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