
Molasses Books. Foto de Garrett Ziegler
La innovación en el mundo de las librerías no solo pasa por añadir junto a los libros botellas de crianza, grifos de cerveza, confortables sillones, música refinada o mesitas vintage. Se están llevando a cabo ideas muy originales, como permitir al cliente ser el dueño de su propia librería, dejarle dormir en ella como si fuera un hotel, eliminar el WiFi para evitar distracciones digitales o vender un único libro. Molasses Books, una nueva librería situada en el norte de Brooklyn, en Nueva York, ofrece una nueva ingeniosa alternativa: cambiar libros por cerveza ‒o por otras bebidas como café, tés o vino‒.
En realidad no es ni mucho menos una idea descabellada. La librería ofrece al usuario que va a revender sus libros un 30% del precio original aproximadamente, lo que supone una cantidad que suele oscilar entre los 5 y los 8 dólares. Si una cerveza puede costar entre 3 y 6 dólares ‒y el precio máximo para cualquier bebida es de 6 dólares‒, en realidad la librería no está haciendo sino conseguir que el cliente se gaste el dinero que habría sacado con la reventa del libro en una consumición. Por supuesto que el usuario puede optar con quedarse con el dinero o incluso por cambiar un libro por otro, con el trueque tradicional que existe en muchas librerías de segunda mano.
La idea de Matthew Winn, creador de Molasses Books, es convertir este establecimiento en mucho más que en una librería, en un punto de encuentro para lectores del barrio, donde poder charlar sobre libros, intercambiarlos y tomarse un café o una cerveza. Winn, que ha trabajado en cafeterías y ha vendido libros en la calle, sabe que abrir una nueva librería en Brooklyn, donde hay infinidad de librerías ‒muchas de ellas minoristas o especializadas en tomos raros‒ es toda una aventura. De alguna manera tenía que buscar alguna manera de que Molasses Books, un pequeño establecimiento que primero fue peluquería y después galería de arte, destacase. Eso sí, en la línea de las librerías londinenses que han vetado el WiFi de sus instalaciones, Molasses Books tampoco permitirá que sus clientes la visiten con portátiles. Al fin y al cabo, es una librería y nada tiene que robarle el protagonismo a los libros o a una conversación. Bueno, nada salvo una buena cerveza.
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