A pesar de haber dedicado gran parte de su vida a escribir libros para niños, Dr. Seuss nunca tuvo hijos. Y no es que el escritor no quisiera. De hecho, sí quería, pero fue imposible porque su primera esposa, la también escritora Helen Palmer, tuvo que someterse a una operación para extirparse los ovarios. El matrimonio decidió afrontar la dolorosa angustia de no poner tener hijos con una actitud que bien podría denominarse seussiana: inventaron una hija imaginaria llamada Crisantemo-Perla.
El matrimonio Geisel no dudaba en presumir de las maravillosas habilidades de su hija imaginaria: podía usar crema de chocolate para elaborar estofado de ostras y poseía un talento sobrehumano para la costura. Fue incluida en algunas de las postales navideñas de los Geisel y el libro Los 500 sombreros de Bartolomé Cubbins, de 1938, contenía una dedicatoria a ella: «A Crisantemo-Perla, de 89 años de edad, hacia 90». Crisantemo-Perla no fue la única niña imaginaria que el matrimonio incluyó en postales navideñas. Su biógrafo Philip Nel añade unos cuantos niños más a la lista: Norval, Wally, Wickersham, Miggles, Boo-Boo y Thnud En una ocasión, incluso, los Geisel hicieron que seis niños del barrio posaran con ellos para una de esas postales navideñas.
Aunque Dr. Seuss no se manifestó nunca de forma explícita sobre la frustración que le provocaba el hecho de no tener hijos, sí que dejó pistas en algunas de sus obras. En esta época el autor escribe dos historias que tratan el tema de la adopción: el relato corto «Matilda, el elefante con complejo de madre» en 1938 y en la década de 1940 Horton empolla el huevo, donde aparecería por primera vez el elefante de ¡Horton escucha a Quién!.
Helen se suicidó en 1967, tras una prolongada enfermedad, y Dr. Seuss se volvió a casar, esta vez con Audrey Stone Dimond, convirtiéndose en padrastro de los hijos de ella. Lo que nunca sabremos es qué ocurrió con Crisantemo-Perla. De cualquier modo, el hecho de no haber tenido hijos no parece haber sido un impedimento para convertirse en uno de los más grandes escritores infantiles de la historia.
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