Las maneras en las que un lector puede toparse con un libro ‒o, como muchos pensarán, un libro puede encontrar lector‒ son insospechadas. Uno puede dejarse guiar por las recomendaciones, ya sea de las tradicionales críticas de prensa, de las reseñas de sitios como este o de las opiniones de amigos, conocidos o de personas en cuyo gusto lector confiamos; también puede, mientras visita una librería, dejarse llevar por un impulso fortuito y escoger un libro al azar basándose únicamente en un título, en el diseño de una cubierta o en una sugerente sinopsis; o tal vez siga una de las sendas más transitadas, la de los libros que abren las puertas a muchos otros libros. Gracias al mundo digital las posibilidades para descubrir libros de formas inusitadas se han ampliado enormemente. Desde la librería virtual que te recomienda libros que están relacionados de alguna manera con el que nos interesa hasta herramientas tan curiosas como el Recomendador de El templo de las mil puertas, que nos ofrece una serie de libros que se ajustan a un cuestionario previo de unas quince preguntas.
Otro servicio bastante original es Recommend Me a Book, que muestra a los usuarios la primera página de un libro al azar, sin revelar su cubierta, su título o su autor. Toda esta información solo será mostrada una vez que se llegue al final del texto. Si esa primera página no convence al lector tiene la opción de darle a un botón para pasar a otro libro y entonces se desvelará de qué libro se trataba.
Para no estar bandazos por libros que no nos interesan, la página ofrece la posibilidad de elegir género, que incluye categorías como misterio, infantil, jóvenes, biografías, autoayuda, etc. Entre los trecientos libros disponibles abundan los clásicos de dominio libre pero también hay éxitos actuales como La Vida de Pi de Yann Martel, Gone Girl de Gillian Flynn, o Harry Potter y el Cáliz de Fuego. El diseño, bastante minimalista, se puede consultar de forma cómoda en tabletas y móviles.
La idea en sí es bastante buena porque nos libera de esos prejuicios que tenemos a la hora de acercarnos a un libro, ya sea para bien o para mal, y que nos asaltan con la sola mención del nombre de su autor o de su título. De esta manera podemos descubrir nuevos libros, romper creencias preconcebidas o reafirmarnos en ellas. Los únicos inconvenientes son, quizá, que la base de datos de libros todavía no es demasiado amplia, que abundan demasiado los clásicos y que solo está disponible en inglés.
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