La librería Bartleby (Calle Cádiz 50, Valencia). Comics, libros, vino y un buen ambiente para hablar de lo que más nos gusta.

¿De qué se habla en una tertulia literaria?

Alberto Torres Blandina (Cosas que nunca ocurrirían en Tokio, Con el Frío, Contra los Lobos…) organiza estas reuniones en la librería Bartleby de Valencia. Un grupo de escritores, un libro en común, todo por hablar, nada que esconder. En ocasiones, los autores del libro elegido se arriesgan a unirse a la tertulia.

Por fortuna, se han encontrado las crónicas de lo allí sucedido.

Junio 2016

   Antes de que llegaran todos, los primeros asistentes disfrutamos de una versión pop ochentera de Cumbres Borrascosas:

   Sí, quien más quien menos, todos hemos escuchado esta canción en algún momento dado de nuestra vida. Yo por lo menos no sabía que trataba de Heathcliff y compañía. Esto nos dio pie a hablar de aquellos que no evolucionan y escuchan siempre la misma música y hacen siempre las mismas cosas, los que no se reinventan ni arriesgan, tanto en la vida como en la literatura. Hablamos de los antiguos compañeros del colegio o del instituto y las típicas reuniones de exalumnos pasados veinte años, de lo mucho que han cambiado; todos gordos, calvos, feos, tan avejentados que parece mentira que compartamos quinta… en cambio, nosotros, pues aquí, tan guapos como siempre.

   Nos metimos en materia, nos citamos para hablar de La piel fría, la Pell freda, The Cold Skin, Le Peau froide, Kalte Haut, Kold Hud…o como queramos llamarla, ¡porque aquí la amiga en cuestión ha sido traducida a 37 idiomas! La verdad, A mí, así, a bote pronto, no se me ocurren más de quince.

   La historia trata de un hombre que decide romper con todo; acepta un trabajo de agente atmosférico en un islote perdido en el confín del mundo con la única compañía de un hombre muy extraño…y de los seres acuáticos humanoides que quieren invadirles en cuanto llega la noche. Los llaman carasapos. Etiquetan la novela de ficción especulativa. Qué poco me gustan las etiquetas.

   Eva sacó a relucir un tema muy interesante; si los personajes, en vez de dos hombres abandonados a su suerte en un islote, hubieran sido dos mujeres, ¿cómo habría sido la historia? ¿Habrían tomado las mismas decisiones? Una pregunta con mucho trasfondo que nos llevó al sempiterno debate de género. El grupo no habló de clichés ni soltó (casi) ningún chiste fácil, a mí se me ocurrieron como doscientos, pero me contuve. Todos colegimos que Eva sería la persona idónea para crear una réplica del libro con esta diferencia, ¿se casarían al final el carasapo y la prota? Me gustaría saberlo.

   De entre todos, hubo quien se leyó el libro hace un porrón de tiempo, quién se lo acababa de leer y quien no lo terminó a tiempo. De entre todos, hubo a quien le gustó, a quien no le gustó y a quien ni fú ni fá, porque la ficción especulativa no le engancha. Todos expusimos nuestras razones, pero como somos personas cabales y educadas, no pretendimos convencer a nadie, sino escuchar al otro, vamos, diametralmente opuesto a nuestros políticos, a los que, como cabía de esperar, sacamos a la palestra, quizá por la proximidad de la segunda tanda de elecciones, a ver si ahora votamos bien.

   De La piel fría supimos que habrá peli en 2017, buscamos las fotos de los actores que llevarán la ficción del papel a la pantalla. Nos sirvió para saber que algunos, al leer, se imaginan a los personajes al más mínimo detalle, le ponen caras y gestos e incluso tono de voz. Otros, en cambio, pasan de las descripciones y solo ven títeres antropomórficos sin pulimiento alguno. Por eso mismo, estos mismos lectores, a la hora de escribir, describen mucho o nada, dependiendo de cómo se genera la historia en su imaginación y, a la hora de ver la versión cinematográfica del libro, dependiendo de su naturaleza, sufren o disfrutan la elección de los actores. A aquellos que nos imaginamos todo al detalle estaremos siempre disgustados con el actor o actriz que hayan elegido, porque no se parecerá en nada a cómo lo hemos imaginado. Los que solo ven monigotes al leer, les parecerá todo bien; he ahí una ventaja.

   Sacamos a colación muchas más cosas, salió hasta la Liga de la Leche, que si la leche es buena, que si no, qué se yo, ¿y por qué leches hablamos de la Liga de la Leche?, ¿qué llevaría el vino/cerveza/coca cola que nos sirvieron? A saber. Yo, por si acaso, para la próxima vez pediré lo mismo.

   Sobre la próxima reunión también discutimos. Estas fechas son difíciles para hacer quorum. Barajamos ver una película basada en un libro, y los que tengan tiempo que también lean el libro. Si es así, por favor, pido, no, no; ruego que no sea ni Crepúsculo ni las 50 sombras de Grey, porque si es así, me hago un Hemingway. Alberto propuso alquilar un yate e irnos a Ibiza de parranda (parranda literaria, se entiende), ya que el chico invita no tendríamos que hacerle un feo, pienso yo. Quién sabe, a lo mejor acabamos en un islote.

   ¡Me pido a la carasapo!

Comentarios

comentarios