Handbook For Mortals

   Abrirse hueco en el mundo de las novedades editoriales no es precisamente empresa fácil. Quien lo haya intentado lo sabrá. Incluso aunque se consiga despertar el interés del lector entre tanta competencia feroz, los márgenes de ganancia suelen ser escasos, tantos que pocos son los escritores que puedan presumir de ganarse la vida escribiendo. Uno de los caminos para lograrlo es conseguir aparecer en alguna lista de recomendaciones con prestigio o con una audiencia considerable. Por ejemplo, en la lista de bestsellers de Amazon. No es imposible para un autor completamente desconocido aparecer en ella. Para demostrarlo Brent Underwood hizo un experimento en el que subió a la plataforma un libro falso y lo convertió en bestseller en cinco minutos y con una ridícula inversión de poco más de dos euros y medio.

   Pero la lista de bestsellers del New York Times parece ya harina de otro costal. Para aparecer en ella hay que superar las 5.000 ventas, que puede parecer que no es mucho, pero es más difícil de conseguir de lo que se piensa. Hay editores que gastan indecentes sumas de dinero en publicidad y que cuentan con el aval de suplementos culturales y blogs de primera línea para conseguirlo. Todo el mundo quiere aparecer en ella pero cuesta mucho dinero hacer realidad ese sueño.

   Durante las últimas 25 semanas, el puesto número uno de la lista de bestseller del New York Times para YA le correspondía a  de Angie Thomas, un drama racial sobre una chica que ve cómo un policía mata a su mejor amiga. Angie Thomas puede sentirse afortunada porque ha conseguido lo que pocos escritores logran: en su debut ha logrado que trece editoriales estadounidenses se disputaran sus derechos en una acaloradísima subasta, ha logrado convertirse en uno de los grandes éxitos del YA de este año, ha reunido miles de lectores por todo el mundo e incluso está a la espera de que la historia se acabe convirtiendo en película ‒termómetro final del éxito de un libro‒.

   Hasta ahí todo normal. Pero algo extraño pasó. Algo no iba bien con la lista de bestseller. De repente un libro desconocido desbancaba a la novela de Angie Thomas,  de Lani Sarem. Esta novela, salida de la nada, era el estreno editorial de GeekNation. La sinopsis de Amazon es la siguiente: «Zade Holder siempre ha sido una joven de espíritu libre, de una larga dinastía de tarotistas, adivinos y magos. Tras crecer en una pequeña ciudad no muy adecuada, Zade está decidida a forjar su propio camino. Deja su casa en Tennessee para liberarse de su sobreprotectora madre Dela, la hechicera y adivina de la ciudad». El libro apenas tenía una semana y su lanzamiento se había avisado con un comunicado de prensa del que se han hecho eco páginas como The Hollywood Reporter, que no es precisamente un sitio conocido divulgar literatura YA. ¿Quién es Lani Sarem? No hay información salvo una página en IMDb. Ni siquiera el mundo del blogging, muy dado al entusiasmo con las novedades, parecía haber hablado de la novela.

   El escritor y editor de YA Phil Stamper fue quien se dio cuenta de este éxito repentino e inexplicable y dio la voz de alarma, señalando el escaso tráfico que generaba la página de GeekNation, la imposibilidad de comprar el libro ni en Amazon ni en Barnes & Noble y, por último, su escasa relevancia. Otro usuario, el escritor Erik. J Brown, señaló que las reseñas del libro en Amazon tenían muy dudosa calidad. El libro, además, tenía pocas reseñas en Goodreads, todas ellas de 5 estrellas y algunas de ellas duplicadas. ¿Cómo es posible que un libro con un ranking tan bajo en Amazon, que está temporalmente fuera de stock, de repente se convierta en el libro más leído de YA, todo ello sin que ningún suplemento cultural, blog o red social haya hablado de él? La única manera es haber comprado grandes cantidades de la novela en las librerías que el New York Times utiliza para elaborar su lista, pero no en cantidades tan altas como para hacer saltar las alarmas de que algo raro está pasando. La teoría que Kayleigh Donaldson apunta en Pajiba es que GeekNation ha utilizado el New York Times como plataforma de lanzamiento del libro con vistas a su adaptación cinematográfica.

   La autora Sarah M. Carter consiguió hacerse con una copia del libro y ha puesto capturas de algunas de sus páginas, donde puede verse que es horripilante.

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