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   Playboy apareció en 1953, llegando a alcanzar la nada despreciable cifra de 7,2 millones de lectores en 1972. Hoy en día cuenta con más de 1,5 millones de lectores y varios millones más visitan su página web cada mes. Su propietario, el reciente fallecido Hugh Hefner, describió en su día la revista como un «manual para el hombre urbano». En Estados Unidos, donde se ha convertido en una institución, la broma de decir que se compra solo por los artículos forma ya parte de la cultura popular. Pero algo tiene de cierto: desde sus comienzos además de mujeres desnudas Playboy incluyó en sus páginas enjundiosos artículos sobre política y cultura, entrevistas con personas famosas e influyentes y trabajos de algunos de los escritores más importantes de la segunda mitad del siglo XX en adelante. Entrevistas con Miles Davies, John Lennon o Ian Fleming compartían número junto a historias y ensayos de Kurt Vonnegut, Joyce Carol Oates, Hunter S. Thompson o Vladimir Nabokov.

   Muchos fueron los autores que se negaron a publicar en Playboy, ya fuera por principios o porque lo consideraban poco adecuado hacia sus esposas o sus hijas, pero muchos otros lo hicieron. La revista de Hefner no solo dio salida a trabajos polémicos, dirigidos a un público adulto, sin ningún tipo de censura, sino que pagó bien a sus escritores. Se atrevieron a publicar cosas que otros medios no habrían publicado y consiguieron que personas que estaban poco habituadas a leer ficción literaria la leyeran.

   A continuación un repaso por veintidos grandes escritores que publicaron en Playboy.

Ray Bradbury

Ray Bradbury en 1954

   Cuando Ray Bradbury publicó Fahrenheit 451 en 1953, la novela no fue reconocida al instante como el clásico que hoy en día se considera. En una de las primeras jugadas literarias de Hugh Hefner, compró los derechos de la novela por 400 dólares para serializarlo al año siguiente, dándolo a conocer a una audiencia mucho más amplia. Su siguiente contribución fue, en 1956, el cuento «La primera noche de Cuaresma», que se encuentra en su libro Remedio para melancólicos. En el se narra el encuentro entre un escritor y un conductor, el día anterior al comienzo de la Cuaresma y el propio día de Cuaresma. En sus comienzos Playboy solo podía permitirse reimprimir las historias, por lo que Bradbury fue una de sus primeras apuestas económicas. A partir de ese momento el autor se convertiría en uno de los más frecuentes en la revista.

Roald Dahl en 1959

   Además de ser uno de los más importantes escritores de literatura infantil de la historia, con casi una veintena de libros maravillosamente perversos, inquietantes y surrealistas, Roald Dahl también se atrevió entre 1965 y 1974 con varios cuentos más oscuros, enfocados a un público adulto, reunidos en un libro de 1974 titulado El gran cambiazo. En 1965 publicó en Playboy «El visitante», una historia que combina erotismo, misterio y horror, en la que narra un apasionante y lamentable encuentro sexual en el que participa el tío Oswald, que se describe como el mayor fornicador de todos los tiempos. Esta historia acabaría convirtiéndose en la novela Mi tío Oswald. Aunque la primera aportación de Dahl para Playboy fue, en 1959, un relato titulado «Un buen hijo».

Jack Kerouac

Jack Kerouac en 1959

   Dos años después de publicar su clásico de la Generación Beat En la carretera, en 1959, Jack Kerouac escribió una precuela corta para Playboy titulada «Before the Road», donde se cuenta la historia de Dewey Moriarty antes de encontrarse con Kerouac para recorrer el país juntos. Otro relato corto, «Good Blonde», apareció en 1965, cuatro años antes de la muerte del escritor.

Ian Fleming en 1963

   El creador de James Bond escribió varias historias para Playboy y su novela Al servicio secreto de su Majestad fue serializada en la revista entre abril y junio de 1963. En la versión cinematográfica de esta novela, por cierto, aparecida seis años más tarde, se incluía una escena en la que el actor de Bond George Lazenby leía un ejemplar de Playboy. James Bond era el ejemplo perfecto del prototipo de lector de Playboy, ese «hombre urbano» que quería Hugh Hefner. De hecho, con su impecable traje y su martini en la mano, hay cierta similitud entre el personaje de James Bond y el propio Hefner. Eso explica que como dijera John Cork, fundador de la Fundación Ian Fleming, «en 1960, Ian Fleming, James Bond y la revista Playboy se convirtieron en una fuerza cultural casi sinónima». Una unión que continuó más allá de la muerte de Fleming a mediados de los años sesenta.

Arthur C. Clarke en 1964

   La relación de Arthur C. Clarke también es larga, pero su historia más importante fue «Dial F For Frankenstein» de 1964, sobre una red telefónica cada vez más interconectada que se apodera del mundo. ¿Familiar? Se dice que el joven Tim Berners-Lee, conocido por ser el padre de la Web, lo leyó y se inspiró en este relato para idear Internet.

James Baldwin en 1964

   En el número de diciembre de 1964 James Baldwin publicó «Words of a Native Son», que era más un ensayo que una obra de ficción. El texto fue reimpreso en la antología The Price of the Ticket, que trata sobre la escritura en general y sobre la escritura de teatro en particular.

P.G. Wodehouse en 1966

   El escritor humorístico P.G. Wodehouse publicó en 1966 una historia corta titulada «Sticky Wicket at Blandings», que forma parte de la serie El castillo de Blandings, iniciada en 1935, en la que se describe la Inglaterra rural, tradicional y aristocrática, inocente y optimista, que tanto gustaba al autor, con fina ironía.

Ursula K. Le Guin en 1968

   Ursula K. Le Guin publicó «Nueve Vidas» en 1968, inicialmente sin revelar su identidad, usando solo sus iniciales, para no escandalizar a los lectores varones. Uno de los editores de Playboy le dijo que «muchos de nuestros lectores se asustan ante las historias escritas por mujeres». Más tarde la autora diría que esa fue la primera y única ocasión en la que se encontró con un prejuicio contra las escritoras. «Nueve Vidas» cuenta la historia de una nave espacial en la que toda su tripulación están formada por clones del mismo joven. Aunque se vio obligada a usar sus iniciales, este relato le dio bastante fama a la autora y le valió una nominación para los Premios Nebula a la mejor novela corta en 1969.

Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez en 1968

   Antes de convertirse en un escritor conocido en todo el mundo, Gabriel García Márquez pasó por diferentes publicaciones periódicas, entre ellas Playboy, donde publicó en 1968 «El ahogado más hermoso del mundo». En aquel momento García Márquez acaba de escribir Cien años de soledad, novela que le empezó a granjear fama internacional. En el relato de Playboy se narra la historia de un pequeño pueblo pesquero que intenta resolver el misterio de un cadáver ‒el más hermoso del mundo‒, una muestra del realismo mágico que acabó consolidándose como su estilo literario personal. La historia sería incluida en 1972 en La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela desalmada.

Vladimir Nabokov

Vladimir Nabokov en 1969

   El autor de Lolita publicó un fragmento de su novela Ada o el ardor en 1969, y años antes, en 1964, había publicado una larga e interesante entrevista. Pero el golpe maestro por parte de la revista ocurrió en 2009, cuando Playboy se anotó un nuevo y controvertido tanto al conseguir los derechos de su novela inacabada El original de Laura, que el autor quiso que se destruyera tras su muerte, y publicó un fragmento de 5.000 palabras.

Joyce Carol Oates en 1971

   En la edición de octubre de 1971 Joyce Carol Oates publicó el relato «Saul Bird Says: Relate! Communicate! Liberate!», que le valió un premio por parte de la revista. La historia, una sátira oscura sobre la política radical del campus, fue reeditada más adelante como «Pilgrim’s Progress». La autora recibió algunas críticas por su participación en Playboy. La Organización Nacional para las Mujeres lo desaprobaba y le escribió para convencerla de que no lo hiciera. Ella respondió: «Nunca he publicado nada en una revista con la que esté enteramente de acuerdo con cada página. En una sociedad democrática debe haber vías de comunicación en las publicaciones que atraigan a una amplia variedad de personas, de lo contrario escritores con ciertas creencias serían leídos solo por personas con esas mismas creencias, y el cambio o el crecimiento llegaría a su fin. Playboy es asombrosamente liberal, e incluso revolucionario en cierto sentido».

Italo Calvino en 1973

   En 1973 a Italo Calvino le llegó la noticia de que IBM estaba interesada por un cuento o un texto literario escrito con ordenador y que cumpliera con unos requisitos determinados que fueran casi imposibles de conseguir por otros medios. Por aquel entonces los escritores utilizaban máquinas de escribir y los ordenadores estaban reservados a unos pocos. Calvino no tardó en descubrir que no era tan sencillo acceder a uno de ellos, así que decidió resolver mentalmente los cálculos. El resultado fue «El incendio de la casa abominable», que acabó en la edición italiana de Playboy. Poco importó esto a Calvino porque ese relato tenía un único destinatario: Oulipo, al que lo presentó como ejemplo de desafío de sus propias capacidades matemáticas. El cuento fue recogido junto a otra treintena de relatos en La gran bonanza de las Antillas, de 1981.

Norman Mailer en 1974

Con la publicación ya consolidada, Playboy no tuvo ningún inconveniente en gastar una suma de seis cifras para fichar a uno de los pioneros del periodismo del siglo XX para que escribiera la crónica de la legendaria pelea entre Muhammad Ali y George Foreman que tuvo lugar en 1974 en Kinshasa, Zaire, en ese entonces la República Democrática del Congo. Poco después el artículo, en dos partes, fue ampliado y publicado como libro con el título de La lucha ‒recientemente Taschen lo retomó añadiéndole las fotografías de Neil Leifer‒.

Hunter S. Thompson en 1974

   El creador del periodismo gonzo publicó en Playboy en 1974 una crónica sobre la borrachera de unos pescadores en Cozumel, México. El texto dio título a un tomo póstumo que recoge otros reportajes de Thompson, traducido al español y publicado por la editorial Anagrama.

Jorges Luis Borges en 1977

   Sí, por increíble que parezca, Jorge Luis Borges también pasó por Playboy. En el número de mayo de 1977 publicó su cuento «El otro», traducido por Thomas di Giovanni.

Gore Vidal en 1979

   Aunque Gore Vidal escribió ficción, en Playboy destacó sobre todo por el ensayo «El sexo en la política», publicado en enero de 1979, en el que defendía que los políticos usan temas candentes, de moda, normalmente relacionados con el sexo, para controlar la sociedad y distraer de asuntos más importantes. Este texto, bastante visionario para la época en la que fue escrito porque incluye ya aproximaciones a los conceptos de heteronormatividad y patriarcado, es una crítica al sistema político de Estados Unidos. Curioso escaparate eligió Vidal para hablar de sexo.

Haruki Murakami en 1985

   Murakami publicó en Playboy en 1985 el relato titulado «El segundo asalto a la panadería», más tarde recogida en la colección El elefante desaparece. Esta historia se inicia con una pareja recién casada incapaz de satisfacer su hambre. Este hambre, unida al exceso de cerveza, hacen que el marido confiese que es víctima de una maldición porque él y sus amigos atacaron una panadería cuando era más joven. Según su esposa, esa maldición solo puede romperse atacando otra panadería, así que la pareja decide asaltar un McDonald’s. En español este relato también ha sido publicado por la editorial Libros del Zorro Rojo en una edición ilustrada.

Joseph Heller en 1987

   Al hablar de la gestación de Catch-22, Robert Gottlieb lo comparó con una operación de cirugía: «[Joseph Heller] acaba de cortar el trabajo, tratar los órganos ofensivos y volver a coserlo». Había un capítulo que a Gottlieb no le gustaba nada, que le parecía «pretencioso» y Heller no vaciló en sacarlo. No era, sin embargo, demasiado pretencioso para ser publicado en Playboy. La historia fue anunciada como «El capítulo perdido de Catch-22» en el número de diciembre de 1987. El texto, «Yossarian Survives», tiene el típico humor sombrío e ingenioso de Heller y conviene leerlo en el contexto de la novela de la que se supone que fue omitido.

David Foster Wallace en 1989

   «My Appearance» fue el título original de la primera historia de ficción que David Foster Wallace publicó en una revista, concretamente en Playboy. Después de rechazar varias propuestas de Foster Wallace, la entonces editora Alice Turner aceptó «My Appearance», con algunas modificaciones. El título, que parecía poco atractivo para los lectores de una revista masculina, fue cambiado por «Late Night».

Margaret Atwood en 1991

   A pesar de ser un icono feminista, Margaret Atwood ha publicado varias historias en Playboy: The Bog Man en 1991, The Bad News en 2006 y The Age of the Bottleneck en 2008. La más conocida de todas ellas es la primera, que trata sobre el descubrimiento de un hombre de 2.000 años durante un viaje en el que una estudiante canadiense entabla una relación amorosa con su profesor de arqueología, que está casado.

Chuck Palahniuk en 2004

   El enfoque sensacionalista de Chuck Palahniuk hacia el sexo y la violencia lo ha convertido en un referente inevitable dentro de la cultura popular. Después de haber impactado a decenas de personas durante una gira, el cuento «Guts» fue publicado en el número de marzo de 2004 de Playboy antes de ser incluido en su novela Haunted. Según la prensa, Palahniuk afirmó que «Guts», una historia excesivamente violenta sobre la masturbación, había provocado el desmayo de un total de 73 personas durante las lecturas.

Kurt Vonnegut en 2008

   A lo largo de los años, Kurt Vonnegut publicó en Playboy artículos, ensayos y narraciones. Muchos de esos trabajos se han recopilado en Armageddon in Retrospect, publicado después de su muerte. Se puede tomar como referencia la fecha de 2008 para mencionar la publicación de fragmentos de esta obra póstuma, pero la revista había estado publicando entrevistas con el escritor a lo largo de los años, desde 1973.

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