Creo que he pasado toda mi vida como lector huyendo de aquellos libros que tuvieran algún tufo lejano a autoayuda o por el estilo. No tengo ningún argumento válido para no leer este tipo de literatura sino el más básico e instintivo hedonismo: me dan mucha pereza. Eso de dar consejos para tener éxito en la vida o en el trabajo me parece propia de una visión peligrosamente simplicista, sobre todo si los lectores son consumidores pasivos, que jamás van a intentar poner en tela de juicio esos “principios universales”. He visto a muchas personas terminar más frustradas cuando la realidad supera las fórmulas baratas.
Pues sucede que este libro, a simple vista, suena mucho a esa especie: se llama Outliers: The Story of Success y lo escribió un periodista y sociólogo canadiense de nombre Malcolm Gladwell. El subtítulo que pone, al menos la edición en español es: «Por qué unas personas tienen éxito y otras no».
Es un libro que habla sobre el éxito como concepción abstracta, y para ello nos aterriza con ejemplos concretos: Joe Flom (el “mejor abogado de todos los tiempos”), Los Beatles, Bill Gates o la aerolínea Korean Air.
Pero no se asusten, Gladwell deja claro desde el inicio que no hará un típico análisis de por qué estos casos son considerados superexitosos (son los «fuera de serie» que le dan nombre el libro) sino que indagará en todos los aspectos económicos, sociales, demográficos, individuales, familiares y hasta culturales que permitieron que estos «fuera de serie» llegaran hasta el Olimpo de sus áreas.
También hay que aclarar que el libro no indaga en la concepción filosófica de qué es realmente el «éxito», sino que parte de la idea capitalista del mismo: personas que han triunfado como nadie más en sus campos de acción (música, informática, abogacía, etc.): ricos, famosos y quizás incluso guapos.
Pero fuera de eso, el libro le tira tierra a esa idea ingenua que ha germinado en nuestros imaginarios (sí, culpa de los libros de autoayuda) que las personas excepcionalmente exitosas se “formaron a sí mismos”, de la nada; o, en casos más radicales, la idea de que el éxito viene incrustado en el ADN.
Tampoco es que el libro le reste méritos al esfuerzo personal, a la pasión o a la cantidad de horas que dedicamos a alguna actividad hasta volvernos buenos o muy muy buenos. Pero sí enfatiza en que, en todos los casos que se consideran excepcionales, se juntaron un sinfín de variables que terminaron marcando el camino para la gloria. Algunas de esas variables dependieron totalmente del trabajo y el esfuerzo, pero hubo muchas otras que respondían a situaciones y contextos muy específicos que no podían ser controlables.
Aquí hay una cita que extraje del libro, que me parece que ilumina lo que trato de decir:
Todo lo que hemos aprendido en Fuera de serie nos dice que el éxito sigue un curso predecible. No es el más brillante quien tiene éxito […] Tampoco es el éxito una suma llana y simple de las decisiones y esfuerzos que emprendemos motu proprio. Más bien es un don. Nuestros fuera de serie se caracterizan por haber disfrutado de oportunidades… y haber tenido la fuerza y el ánimo de aprovecharlas. […] Se trata de una lección tan simple, que resulta asombroso cuán a menudo se pasa por alto. Estamos tan seducidos por los mitos del mejor y el más brillante y el hombre hecho a sí mismo, que creemos que los fuera de serie brotan de la tierra tan naturalmente como los manantiales. Miramos a Bill Gates y nos maravillamos de vivir en un mundo que da a un chico de trece años la llave para convertirse en un empresario fabulosamente exitoso. Pero esa es la lección incorrecta.
Tiene, por su puesto, sus fallas. Como que todos los ejemplos citados y estudiados pertenecen al primer mundo, donde precisamente los contextos crean una atmósfera propicia para que existan estos «fuera de serie». Aunque el principio en el que el libro se basa podría extrapolarse a nuestros países, la cosa es más complicada y necesariamente tendría otros matices.
Pero la lección más valiosa es esta: el contexto, la situación social, las oportunidades y la forma en la que nuestros padres (o abuelos, o tutores) nos educaron es fundamental para alcanzar el éxito. No se trata de caer en una visión determinista, por supuesto, pero son factores que necesariamente hay que tomar en cuenta.
Lo interesante, es que esa perspectiva también aplica para aquellas personas que en pleno siglo XXI siguen creyendo que en el mundo «los pobres son pobres porque quieren».
Cierro, para reforzar los párrafos anteriores, con esta cita:
Para construir un mundo mejor, es preciso que sustituyamos el patrón de los golpes de suerte y las ventajas arbitrarias que hoy determinan el éxito —como la suerte en la fecha de nacimiento y los avatares afortunados de la vida— por una sociedad que ofrezca oportunidades a todos.
Oportunidades para todos. Eso.
[…] percepción de ésta. Lo que viene determinado por las desigualdades. Malcolm Gladwell en su libro Fuera de serie (Outliers) habla del pueblo de Roseto, USA, y su bajo índice de enfermedades cardiovasculares motivado, entre […]
[…] Pueden leer la reseña completa aquí: Los “fuera de serie” y la reinterpretación del éxito. […]