Carátula del DVD

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   Los dos momentos más importantes de la vida de Mark Twain estuvieron vinculados al cometa Halley: su nacimiento y su muerte. Twain nació el 30 de noviembre de 1835, durante una de las visitas a la Tierra del cometa Halley. Este detalle marcó tan profundamente al autor que en algún momento llegó a escribir: «Vine con el cometa Halley en 1835. Sé que viene otra vez el próximo año [1910], y espero irme con él. Será la mayor decepción de mi vida si no me voy con él. El Todopoderoso ha dicho, no hay duda: ‘He aquí dos fenómenos inexplicables; entraron juntos, deben salir juntos’». Y así ocurrió: Twain murió al siguiente regreso del cometa a la Tierra, 74 años después, el 21 de abril de 1910 ‒suponemos que la decepción le duró al escritor un día‒.

   Inspirándose en esta asombrosa coincidencia en 1985 se lanzó Las aventuras de Mark Twain, o Comet Quest, que es como se la conoció en el Reino Unido. Dirigida por Will Vinton, la cinta tiene el honor de ser el primer largometraje de la historia del cine que usa la técnica del claymation, que es una variante stop motion que consiste en animar figuras de plastilina o de arcilla. No es que anteriormente no se hubieran hecho películas usando el claymation ‒empezamos a tener ejemplos, de hecho, en la década de los 20‒, pero no es hasta mediados de los 80 cuando empezamos a encontrar algo más aparte de cortometrajes.

   La película, protagonizada por el propio Mark Twain, pone al escritor ya anciano a los mandos de una aeronave dispuesto a cumplir su última cita con el cometa Halley. Sin embargo, tres de sus personajes más célebres y queridos, Tom Sawyer, Huckleberry Finn y Becky Thatcher ‏‒la novieta de Tom‒, consiguen colarse en la aeronave y cuando descubren las intenciones del escritor tratan de sabotear el viaje pensando que el desenlace de ese encuentro supondrá la muerte de Twain.

   Las aventuras de estos cuatro personajes a través de tormentas y cielos traicioneros sirve como nexo de unión para ir insertando toda una serie de episodios extraídos de distintas obras de Mark Twain; no solo de Las aventuras de Tom Sawyer y de Las aventuras de Huckleberry Finn, sino también de Cartas desde la Tierra, La visita al cielo del capitán Stormfield, El forastero misterioso, o incluso el que sería su primer cuento famoso «La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras».

Fotograma de la película

Fotograma de la película

   Aunque la película está hecha con figuras de plastilinas pensar que está dirigido a un público infantil es un error. El propio Vinton tuvo sus dudas con respecto a la calificación por edad y en ningún momento quiso calificar su película como infantil. Y es que, inspirándose en la novela incompleta El forastero misterioso, uno de los personajes que aparecen en la película es Satanás, bajo una imagen muy original y muy distinta a la clásica. Aunque alrededor de este personaje hay un halo tenebroso capaz de asustar a los más pequeños, la esencia del personaje reside en la profundidad de sus reflexiones filosóficas. Basta con echarle un vistazo al momento en que el crea y destruye un pequeño reino de arcilla.

   A pesar de que la calidad de la animación y la singularidad de la trama hacen de esta película una auténtica obra de arte ‒como en su día reconoció la crítica especializada‒, pasó por taquilla sin pena ni gloria. Por suerte nunca es tarde para rescatar joyas como estas de un inmerecido olvido.

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