La música de El Fantasma de la Ópera fue compuesta por Andrew Lloyd Webber y se estrenó en Londres en 1986. La trama está basada en una novela de Gastón Leroux, titulada Le Fantôme de l’Opéra. La presentación en cuestión se exhibió en el Boston Opera House, cito en 539 Washington Street, Boston, Massachusetts, 02111, el viernes 22 de septiembre de 2017 a las 8:00 p.m. Hora Estándar del Este.
Derrick Davis interpreta al Fantasma de una manera memorable y Eva Tavares muestra una representación acertada de Christine. Crecemos aceptando que la primera persona asociada a un personaje dado tiende a ser la mejor, así sucede con Michael Keaton como Batman y con Sarah Brightman como Christine. Hasta el día de hoy, Sarah Brightman sigue siendo Christine, a pesar de sus limitaciones actorales.
El Fantasma de la Ópera es más que nada una historia de amor, aunque también alude a los celos y a la ira reprimida. Como sugiere el nombre de la ópera, el Fantasma es el protagonista y todos los demás personajes, a excepción de Christine Daaé, resultan periféricos. A pesar de lo que la audiencia pueda pensar, la trama simplemente muestra el amor que Christine siente hacia Raoul, el Vizconde de Chagny, para presentar la relación entre el Fantasma y Christine con mucho más fervor.
Sin dudas, la señorita Daaé se siente atraída físicamente hacia el Vizconde de Chagny, pero es también cierto que se encuentra fascinada espiritual e intelectualmente por el Fantasma. Las almas de Christine y el Fantasma son compatibles, ya que convergen en un amor mutuo por hacia la música, como lo demuestran las escenas Angel of Music (Ángel Musical) y I Remember (Recuerdo).
El Fantasma es un compositor desfigurado, pero sus actitudes no se asemejan a las de un monstruo circense, ya que no encarna una insaciable sed de venganza, pero tampoco adopta la inocencia infantil de Joseph Merrick, el Hombre Elefante.
El Fantasma de la Ópera es la mezcla perfecta entre la opereta, la música instrumental, y las influencias clásicas del período romántico. Aquí encontramos una ópera que atrae a millones de personas, pero que tiene una base musical sólida, una producción encomiable y una puesta en escena exquisita, la cual introdujo una cuidada escenografía y diseño de vestuario.
Además, recomendaría ver la secuela de El Fantasma de la Ópera, titulada Love Never Dies (El Amor Nunca Muere), ambientado en Coney Island, Estados Unidos de América. Webber comenzó a trabajar en dicha obra en 2006 y la trama se basa en The Phantom of Manhattan (El Fantasma de Manhattan), una novela de Frederick Forsyth. El estreno llegó al Boston Opera House (llamado originalmente Benjamin Franklin Keith Memorial Theatre) a finales de enero del año en curso, pero la obra se representará en innumerables salas alrededor del orbe.
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