«Si vas a intentarlo, ve hasta el final. De otra forma ni siquiera comiences. Si vas a intentarlo, ve hasta el final. Si vas a intentarlo, ve hasta el final. No hay otro sentimiento como ese. Estarás a solas con los dioses y las noches se encenderán con fuego. Hazlo, hazlo, hazlo. Hazlo. Hasta el final, hasta el final» – Lanzar los dados.

Últimamente me acuerdo mucho del tipo de la foto. Charles Bukowski se tiró a la piscina a los 49 para intentar dedicarse a esto de escribir. Afortunadamente para él y para muchos de sus lectores, la piscina no estaba vacía. Tuvo éxito en la literatura, aunque parece que eso no fue suficiente para apaciguar sus impulsos autodestructivos.

Así, en 1969 un editor le propuso un pequeño sueldo mensual para dedicarse de lleno a escribir. De aquella decisión pudo surgir el poema de arriba: «Si vas a intentarlo ve hasta el final». El propio editor dijo una vez sobre aquel encuentro que, Puede decirse que cuando Charles y yo nos conocimos fue como cuando el señor Rolls conoció al señor Royce.

Y Bukowski dejó su puesto de trabajo en la oficina del Servicio Postal.

Últimamente me acuerdo mucho de Charles Bukowski porque hace ya más de dos años que dejé mi trabajo de oficinista para tirarme a la piscina… Aún no sé si tenía agua o no… Pero me queda claro que como dijo él «Tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco… o quedarme fuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morir de hambre».

Aquí os dejo unas pocas frases de Charles Bukowski sobre estas cosas:

  • No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!
  • La diferencia entre un valiente y un cobarde, es que un cobarde se lo piensa dos veces antes de saltar a la jaula con un león. El valiente simplemente no sabe lo que es un león. Sólo cree que lo sabe.
  • Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado. Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple.
  • Me parece que la vida está totalmente desprovista de interés, y esto lo sentía especialmente cuando trabajaba ocho horas por día. La mayor parte de los hombres trabajaban ocho horas al día, y tampoco ellos aman la vida. No hay ninguna razón para amar la vida para alguien que trabaja ocho horas al día, porque es un derrotado.
  • ¿Qué demonios saca un hombre de pensar? Sólo problemas.
  • La civilización es una causa perdida; la política, una absurda mentira; el trabajo, un chiste cruel.
  • Francamente, estaba horrorizado con la vida, con lo que un hombre tenía que hacer simplemente para comer, dormir y mantenerse vestido. Entonces me quedaba en la cama y bebía. Cuando bebía el mundo aún estaba allí afuera, pero por el momento no te tenía agarrado del cuello.
  • Nuestra sociedad la hemos formado con nuestra falta de espíritu; es como si nos la mereciésemos.
  • Si eres un fracasado, es muy probable que seas un excelente escritor.
  • Casi siempre lo mejor de la vida consiste en no hacer nada en absoluto, en pasar el tiempo reflexionando.
  • Ese es el problema con la bebida, pensé, mientras me servía un trago. Si ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo.

 

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otra forma ni siquiera comiences.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
Esto puede significar perder novias,
esposas,
parientes,
trabajos y,
quizá tu cordura.

Ve hasta el final.
Esto puede significar no comer por 3 o 4 días.
Esto puede significar congelarse en la banca de un parque.
Esto puede significar la cárcel.
Esto puede significar burlas, escarnios, soledad…
La soledad es un regalo.
Los demás son una prueba de tu insistencia, o
de cuánto quieres realmente hacerlo.

Y lo harás,
a pesar del rechazo y de las desventajas,
y será mejor que cualquier cosa que hayas imaginado.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
No hay otro sentimiento como ese.
Estarás a solas con los dioses
y las noches se encenderán con fuego.

Hazlo, hazlo, hazlo.
Hazlo.
Hasta el final,
hasta el final.

Llevarás la vida directo a la perfecta carcajada.
Es la única buena lucha que hay.

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