Esta es la semana 40 del año y llevo leídos 39 libros gracias a aquel reto que me marqué. Casi todos los libros leídos son de ensayo, aunque de tanto en tanto cae alguna novela –hoy arranco Proyecto Marte, de L. J. Salart–, y eso me ha ayudado a aprender sobre una gran cantidad de temáticas. Treinta de los libros leídos tenían referencias al futuro, y es que se aproximan cambios en nuestra vida.
¿Cómo va a cambiar nuestra vida? ¿Debemos hacer algo para prepararnos? ¿Me voy a quedar sin empleo? ¿Está cambiando nuestro comportamiento? ¿Qué negocios surgirán y cuáles se precipitarán al olvido? Si te interesa echar un vistazo a lo que viene, he reunido cinco lecturas imprescindibles para comprender los cambios que vienen.
El fin del mundo tal y como lo conocemos, de Marta García Aller
No es la primera vez que hablo sobre El fin del mundo (2017). Este verano ya hice una recopilación de libros divulgativos de temática empresarial, y lo toqué de refilón. Hoy le dedico algo más de espacio, y es que Marta García Aller nos avisa del final de nuestro mundo. Tranquilos, no se ha puesto un cartel el cartel de “El fin está cerca” ni se pasea por las calles advirtiendo del regreso de Lucifer.
En este ensayo en primera persona, Marta nos habla de los cambios tecnológicos que ha percibido en su vida. Parece mentira lo que hemos avanzado si echamos la vista atrás. En un par de generaciones hemos dejado atrás las guerras y las enciclopedias, hemos cambiado de moneda y hemos pasado de llamar con el teléfono del bar del pueblo a llevar un ordenador portátil en nuestros bolsillos.
Marta cuenta, a su vez, cómo algunos países parecen sacados de nuestro futuro: en Suecia no admiten moneda en metálico en casi ningún sitio, en Nueva York taxistas y VTC luchan juntos contra los vehículos autónomos, algunas ciudades ya están probando la renta básica universal, el pago por servicio está desterrando la posesión de vehículos, teléfonos e incluso viviendas, etc.
¿Futurista? Todo lo mencionado tiene al menos cinco años. El mundo está cambiando tan rápido que no nos da tiempo a asimilar lo nuevo. Mientras tanto, nuestro mundo llega a su fin como está llegando a su fin el ir al cine frente a servicios como Netflix. La pregunta que muchos nos hacemos es: ¿Nos dará tiempo a prepararnos?
El empleo del futuro, de Manuel Alejandro Hidalgo
Dice Manuel en El empleo del futuro (2018) que sí, que nos dará tiempo a adaptarnos al cambio. En parte porque nacimos en él, y en parte porque llevamos tiempo haciéndolo. En su reciente ensayo analiza el mundo que nos precede y cómo ha cambiado la fuerza laboral en los últimos siglos. Buenas noticias: la empleabilidad no ha cambiado desde el siglo XIX, haya máquinas o no. El nivel de paro de la Revolución Industrial se ha mantenido 200 años.
Uno de los mayores temores de los últimos años es que un robot de aspecto humanoide nos quite el trabajo. Que salga más barato que nosotros y nos desplace. Ojo, que puede pasar. Si nos dedicamos a conducir, por ejemplo, es poco probable que en dos décadas tengamos trabajo. Pero el grueso de los empleos seguirán existiendo, y algunos serán vintage.
Manuel analiza con optimismo el mundo laboral para concluir que sí, habrá cambios y probablemente nuestros empleos se transformen. Pero desaparecer del todo solo lo harán unos pocos, a la vez que otros nuevos surgen. ¿El motivo? Es muy difícil automatizar al 100% un empleo. Para ello este tiene que ser repetitivo, rutinario y manual (de nuevo: conducir).
En su análisis, con un gran volumen de referencias, Hidalgo advierte indirectamente de que las personas menos formadas serán quienes más sufran la automatización, mientras que aquellos que estudien se beneficiarán. Nada nuevo bajo el Sol, lleva pasando desde hace dos siglos. Su libro, además de instructivo, lo considero interesante: te anima a analizar tu profesión.
El mundo en 2050, de Laurence C. Smith
Laurence C. Smith también es una persona optimista, incluso cuando todo lo demás sea gris. El cambio climático, la deforestación y el esquilmar los océanos es malo, eso todos lo tenemos en cuenta. Ahora bien, en un mundo en que todo eso ya es un hecho, ¿habrá futuro? ¿Tendremos algo que hacer? ¿Vamos a morir todos? En El mundo en 2050 (2011), un libro que me hizo meditar, encontramos esperanza, y hasta negocio.
El autor es el tipo de persona documentada y con conocimiento transversal que encaja como un guante en La Piedra de Sísifo. Aproximándose desde la creciente demografía, el aumento de la demanda de los recursos, la globalización y el cambio climático, ha sido capaz de dibujar el contorno de un 2050 más optimista que de costumbre, incluso con varios grados más en nuestro termómetro.
Si algo destaca de este volumen es la documentación. Cientos de referencias por capítulo y una bibliografía que tira de espaldas, es uno de los volúmenes más interesantes, fieles a la realidad y sin sesgos. El mundo es el que es, y Laurence lo analiza sin ópticas ni complejos. Ahora, con lo que tenemos, ¿qué podemos hacer? Sin duda interesante, aunque deja de lado la importante vertiente social…
El sentido del rumor, de Marc Argemí
“¿Las redes sociales nos han cambiado, o ya veníamos con taras de antes?”, se podría preguntar Juan Soto Ivars al analizar cómo arden las redes. Marc Argemí también analiza el fenómeno de las redes sociales en El sentido del rumor (2017). ¿Qué nos puede enseñar Twitter sobre nosotros mismos? Bueno, ya vimos que Twitter sabe bastante sobre nosotros, pero analizándolo obtenemos tendencias globales.
¿Podríamos saber quién ganará las próximas elecciones en base al ruido de Twitter? Argemí ya trabaja en una metodología que intenta traducir la estimación de voto en base al tono y volumen de la conversación en redes, y tuve la suerte de poder entrevistarle. Lo cierto es que Marc ha logrado avances importantes, y se acercaron mucho al Brexit o las elecciones españolas.
Esto significa que las redes sociales tienen un “pulso” que podemos leer y, con él, acercarnos de forma aproximada pero acertada a qué piensa la gente. Sin duda es una herramienta potente con la que leer a la sociedad y conocer su intención (de forma global, siempre) ante grandes cambios sociales.
Los delitos del futuro, de Marc Goodman
Los cuatro volúmenes anteriores son bastante optimistas, qué menos que sembrar un poco la tristeza en el cierre de esta breve lista. Y, para ello, nadie mejor que la sinceridad de Marc Goodman sobre los delincuentes digitales (dato irrelevante: he leído 5 libros de gente llamada Marc este año), quien nos habla de Los delitos del futuro (2015).
Aunque formalmente el libro solo habla del futuro en la parte final del libro, para la mayoría de los lectores estos delitos parecerán de ciencia ficción. Y es que vivimos en un mundo en el que los delincuentes navegan con facilidad por nuestros datos, y a menudo no nos damos cuenta del peligro.
Lo cierto es que no hay sistemas informáticos inexpugnables, y que la mayoría de las veces el problema no es que el sistema operativo esté obsoleto o que el antivirus pare apenas una fracción de los ataques: el problema eres tú, ¡que haces clic donde o cuando no debes!
Imágenes propias.
No hay comentarios