El pasado viernes la jornada transcurría con normalidad en el londinense Sotheby’s. La última subasta correspondía a una obra de Banksy titulada Girl With Red Balloon. La pieza de acrílico pintada con aerosol representaba a una niña que extendía su brazo hacia un globo con forma de corazón, flotando más allá de su alcance. La oferta subió hasta 1,4 millones de dólares, una cantidad que empataba con el anterior récord del artista en 2008. Finalmente, el martillo cayó para indicar el final de la subasta.
En ese momento, el lienzo de la pintura comenzó a desplazarse hacia abajo, pareciendo traspasar el marco y reapareciendo debajo en tiras verticales. Los que estaban alrededor de la obra y presenciaron lo ocurrido no dieron crédito a lo que acababa de pasar: el cuadro se había autodestruido ante su atónita mirada a causa de un mecanismo que estaba secretamente instalado en el marco. Al día siguiente Banksy publicó un video en Instagram donde mostraba cómo había instalado la trituradora en el marco de Girl with Red Balloon. El artista explicaba que había construido el marco en secreto para que se activara en caso de que la obra fuera subastada. «El impulso de destruir es también un impulso creativo», comentaba Banksy en el vídeo.
Según ha dicho en un comunicado Alex Branczik, director de Sotheby’s, es la primera vez en la historia que una obra de arte se destruye automáticamente justo después de haber sido subastada. Además, teniendo en cuenta que fue algo totalmente inesperado, añadió que todavía están intentando averiguar qué significa lo que ha ocurrido en el contexto de la subasta.
El incidente generó dudas sobre cómo Banksy, que ha logrado mantener su verdadera identidad secreta durante décadas, lo había logrado y si había estado en la subasta disfrazado. Con el paso de los años el artista se ha ido ganando la reputación de hacer un arte callejero, pintando por las noches y en secreto, casi siempre con con mensajes provocativos, subversivos e incluso antiinstitucionales. Eso no ha impedido que se obra pase a formar parte de los engranajes del sistema capitalista, llegando a convertirse en uno de los artistas actuales más cotizados. Él ha criticado duramente ese sistema que lo ha encumbrado y ha intentado ponerlo en jaque, llegando incluso a vender sus lienzos por sesenta dólares a través de una tienda en Central Park. En 2013 animaba a la gente a que no comprara arte callejero que no hubiera sido creado específicamente para ser vendido.
¿Acaso ha sido esta una más de la críticas de Banksy contra el sistema? De cualquier modo, el momento en el que el cuadro se trituró forma ya parte de la obra de arte original. Según la página MyArtBroker.com, que revende piezas de Banksy, Girl with Balloon ha incrementado su valor anualmente un 20% en los últimos años. ¿Qué ocurre ahora que ha sido destruido? No hay que compadecerse del comprador, de quien Sotheby’s no ha querido dar la identidad. Comenta Joey Syer, cofundador de MyArtBroker.com, que paradójicamente la pintura habría incrementado su valor un 50% de golpe.
Haya sido intencionado o no, lo que Banksy no puede controlar son los límites del arte y lo que eso conlleva en el mercado. Algo parecido ocurrió en 2002, cuando el gato de la artista Tracey Emin desapareció y ella puso carteles de «Se busca» por todo el barrio. Hubo muchos que arrancaron esos carteles y trataron de venderlos como obras de arte. Girl with Balloon es ya más que una pintura o que una pintura instalada dentro de un marco con una trituradora secreta. Girl with Balloon es ahora la subasta en la que se autodestruyó y es toda la atención mediática que ha recibido. Incluso destrozada, es el hecho de ser la primera obra que se autodestruye en la historia del arte, y de ser por eso una obra única. Eso es quizá lo que más deba fascinarnos del arte, que aunque pensemos que lo hemos visto todo nunca dejará de sorprendernos.
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