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A nadie le gusta estar en un hospital. Nadie está ahí por voluntad propia. El aire interior está inusualmente caldeado, la ventilación brilla por su ausencia, el Sol pierde brillo y huele raro (presumiblemente a higiene). Pero, ya que hoy ha arrancado la campaña de vacunación contra la gripe, hablemos de qué hacer en un hospital para que no se nos vaya la cabeza. Y sí, por supuesto, la respuesta es leer. En este artículo repasamos algunas de las mejores alternativas para leer muchas horas (sin arruinarnos).

¿Estás en un hospital? Aprovecha para leer

Ya que estamos varados en el hospital —bien porque seamos pacientes o porque seamos una visita permanente— qué menos que aprovechar el tiempo. Y pasear por los pasillos con olor a lejía es una experiencia que se queda corta durante nuestras primeras horas allí. Si tenemos la suerte de ser visita, cada cierto tiempo podemos salir a respirar aire exterior, que ahora contrasta térmicamente con el calor de la climatización. Pero vamos a leer, ¿no?

La lectura puede evadirnos incluso de la respiración de nuestro compañero de habitación o del pitido de las máquinas. Quién sabe, incluso puede que cambie nuestro estado de ánimo, algo crucial al enfrentarse a una recuperación o tratamiento. ¿El problema? Semanas de hospital por delante, unas manos poco grandes para todo lo que vamos a leer, y unos bolsillos algo vacíos.

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Los libros pueden ser bastante caros. He hecho la cuenta y de los 43 libros que me he leído este 2018 y la media se sitúa en los 17,86 euros con cerca de 10 horas de lectura cada uno. Multipliquen ustedes mismos lo que puede suponer para nuestra modesta economía el pasar un mes en el hospital.

Pero tenemos solución: el ebook. Los libros electrónicos son fáciles de llevar, consumen poca energía y pesan poco. Además, hace muchos años que podemos instalarlos en nuestros teléfonos o tablets, y todos llevamos uno de estos en el bolsillo (salvo que llevemos una de esas monísimas batas de hospital). ¿Vas a vivir en un hospital durante un tiempo? Sigue leyendo…

eBiblio, la biblioteca gratuita*

No es la primera vez que hablo de eBiblio. Desde que descubrí esta biblioteca público-privada he leído en ella durante más horas de las que estoy dispuesto a admitir. Hay de todo, incluidas novedades, y puede abrirse tanto en el navegador como en la aplicación del mismo nombre. Pero, ¿cómo es que no hay que pagar nada?

No tiene nada que ver con ese negocio turbio que tienen algunos de escribir reseñas positivas a cambio de libros gratis. En realidad, la mecánica es sencilla: existe un número máximo de copias descargables en cada momento de cada libro. Tú te bajas una y la tienes durante 20 días. Luego, desaparece de tu app.

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¿Quién paga el asequible coste del proceso? La biblioteca pública. Esto significa que la aplicación funciona con nuestro usuario y contraseña de biblioteca. Así, las bibliotecas pueden reducir su costoso fondo de armario y los lectores —hospitalizados y no hospitalizados— son capaces de leer todo lo que quieran sin pagar.

La aplicación (Android/iOS) y el acceso web (aquí) van reguleros, pero van. Bajar un libro cuesta unos minutos, sí, pero a cambio podremos disfrutar de una lectura sin coste. Es, como poco, recomendable tenerla instalada.

Kindle Unlimited, barra libre de lecturas (previo pago)

Si buscamos un poco más de calidad —en el manejo de la aplicación de lectura, no en la calidad literaria— siempre podemos recurrir a Kindle Unlimited. Tampoco es la primera vez que hablamos sobre el tema, y es que la idea de abonar una cantidad moderada y tener a cambio miles de libros disponibles es jugosa para quienes superamos cierta cantidad de libros al año. El bolsillo tiene sus límites, aunque esta app también.

Kindle Unlimited cuesta 9,99 euros al mes y permite leer una gran cantidad de libros, pero no muchos a la vez. Existe un máximo de descargas a partir de las cuales uno tiene que borrar libros para seguir descargando. Nada por lo que uno no pueda pasar, pero que deja regusto a viejo. La copia digital de un libro pesa 2-5 MB, 30 MB si es un cómic. Déjame quedármelos, ¿no, Sr Bezos?

En cualquier caso, la idea es buena, y más si tenemos en mente una larga estancia en el hospital. La aplicación puede instalarse en nuestro móvil, tablet e incluso PC (aunque no hace falta usarla porque se puede leer en el navegador) y la lectura es fluida. ¿Que además tenemos algo de dinero o lo del hospital va para largo? Igual nos interesa un eBook.

Hace tiempo escribimos una guía de compra para Kindle y nuestro compañero Daniel González relató su experiencia de seis meses con un Paperwhite [119,99 euros en su versión antigua y 129,99 euros el nuevo modelo]. Ya sea este u otro modelo (seguro que los hay más accesibles) recomiendo un eBook como regalo, especialmente para aquellos niños que, por desgracia, vayan a pasar mucho tiempo en el hospital. Pocas salidas hay más agradables que los libros.

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BookCrossing y bibliotecas móviles

Siempre es buen momento para dejar ese libro que has terminado en un lugar público y escribir tras la solapa algo como “libro viajero, cuando lo termines, déjalo para el siguiente lector”. Esa es la iniciativa de Bookcrossing o proyectos similares, que han conseguido incluso abrir bibliotecas en barrios, hospitales, empresas, etc.

Resulta agradable descubrir que en el hospital en el que vas a pasar unas cuantas semanas hay biblioteca. Quizá no todo sea de tu agrado, pero siempre hay algún resquicio por el que penetra la curiosidad, y nunca está de más leer algo que nos parece poco afín. Nunca se sabe dónde estará el siguiente gran descubrimiento personal.

Algunos hospitales cuentan con biblioteca, y los celadores se encargan de desplazar un pequeño carrito con sugerencias dirigidas. Tiempo, lecturas, la posibilidad de tirarse en una cama a leer. Oye, habrá que aprovecharla, ¿no?

Prime Reading: libros, si eres Prime

Otra solución de Amazon, cuyo objetivo parece desbancar las editoriales tradicionales. Algo que, si mantiene la calidad en publicación online y libros bajo demanda, tampoco ha de afectarnos mucho como lectores. Lo importante no es qué camello nos traiga nuestra droga, sino que podamos conseguirla y que esta conserve su pureza. El resto solo es ruido.

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Hace unos meses se incluyó Prime Reading en la suscripción anual de Prime, que a su vez ha ascendido de 19,99 euros al año a 36 euros al año. Este programa incluye una serie de libros que pueden (o no) interesarnos. Yo tengo una lista creciente de estos libros “gratuitos” entre los que se incluyen Historia de dos ciudades, Cuentos para entender el mundo o Kepler 22B.

Tres euros por mes para leer un catálogo reducido pero creciente es, como poco, una opción a valorar. A mí me resulta interesante porque ya era de Prime, pero no a todo el mundo le saldrá a cuenta. Además, son tres euros más de lo que abonaríamos con eBiblio o con una biblioteca en el próximo hospital.

Sea como fuere, si nos ha tocado permanecer encerrados en contra de nuestra voluntad, qué menos que aprovechar el momento para meditar, leer y aprender todo lo que caiga en nuestras manos. Y abrir estas mucho.

Imágenes | Florencia Viadana, Martha Dominguez de Gouveia, Masaaki Komori, Jaredd Craig, Rawpixel

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