Man Hunter, Unabomber. Es una serie de Netflix de 8 capítulos de 43 minutos cada uno de ellos. Uno de los temas principales es el de la posibilidad, o no, de utilizar las coincidencias y la forma de escribir como primer precedente legal, y prueba válida, en un juicio; es decir, la entonces sin nombre «lingüística forense».
El argumento es el de dar con un asesino en serie que durante un par de décadas ha estado enviando paquetes y cartas bomba de forma aparentemente aleatoria. Se presenta al FBI como unos ineptos que dan palos de ciego hasta que llega un criminólogo novato, experto en ver más allá en los textos escritos. Ahí comienza la investigación y el tira y afloja entre los que mandan en el FBI y este lingüista.
Varios capítulos más allá conocemos al asesino en serie, Ted Kaczynski. La serie nos explica cómo ha sufrido durante toda su vida para llegar a apartarse de la sociedad y odiar al Sistema. En esta parte parece como si el director de la serie sintiera fascinación por el asesino, o simplemente nos quiere enseñar el lado bueno del malo. Porque a la vez, la obsesión por el caso va arruinando la vida personal del criminólogo del FBI.
Psicológicamente es una serie muy interesante, de la que no quiero contar más detalles. Aunque como es basado en hechos reales, podríamos buscar más en Internet y enterarnos del final. Esto no es importante, porque esta serie tiene de especial el cómo está contada la historia, más que el desenlace.
Ted quería llamar la atención para que publicaran su manifiesto, y se le ocurrió la malísima idea de enviar bombas a personas que representaban al Sistema que odiaba. A su vez, parece que el objetivo de la serie es llamar la atención sobre la historia para, quizás, despertar la curiosidad sobre el Manifiesto. Y como es un tema que me gusta, os pongo el primer párrafo y el enlace al texto completo… Si me gusta lo que leo, que todavía no lo he leído, pero estoy casi seguro que tendrá bastante miga, el domingo que viene lo podemos comentar punto por punto.
LA SOCIEDAD INDUSTRIAL Y SU FUTURO
Manifiesto de «Unabomber», Por FC.
INTRODUCCIÓN
1. La Revolución Industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana. Ha aumentado enormemente la expectativa de vida de aquellos de nosotros que vivimos en países «avanzados», pero ha desestabilizado la sociedad, ha hecho la vida imposible, ha sometido a los seres humanos a indignidades, ha conducido a extender el sufrimiento psicológico (en el tercer mundo también el sufrimiento físico) y ha infligido un daño severo en el mundo natural. El continuo desarrollo de la tecnología empeorará la situación. Ciertamente someterá a los seres humanos a grandes indignidades e infligirá gran daño en el mundo natural, probablemente conducirá a un gran colapso social y al sufrimiento psicológico, y puede que conduzca al incremento del sufrimiento físico incluso en países «avanzados».
2. El sistema tecnológico-industrial puede sobrevivir o puede fracasar. Si sobrevive, PUEDE conseguir eventualmente un nivel bajo de sufrimiento físico y psicológico, pero sólo después de pasar a través de un periodo de ajuste largo y muy penoso y sólo con el coste permanente de reducir al ser humano y a otros muchos organismos vivos a productos de ingeniería y meros engranajes de la maquinaria social. Además, si el sistema sobrevive, las consecuencias serán inevitables: no hay modo de reformar o modificar el sistema así como prevenirlo de privar a la gente de libertad y autonomía.
3. Si el sistema fracasa las consecuencias aún serán muy penosas. Pero cuanto más crezca el sistema más desastrosos serán los resultados de su fracaso, así que, si va a fracasar, será mejor que lo haga antes que después.
4. Por eso nosotros abogamos por una revolución contra el sistema industrial. Esta revolución puede o no usar la violencia: puede ser súbita o puede ser un proceso relativamente gradual abarcando pocas décadas. No podemos predecir nada de eso. Pero sí delineamos de una forma general las medidas que aquellos que odian el sistema industrial deberían tomar para preparar el camino para una revolución contra esta forma de sociedad. No debe ser una revolución POLÍTICA. Su objeto no será derribar gobiernos, sino las bases económicas y tecnológicas de la sociedad actual.
5. En este artículo prestamos atención sólo a algunos de los acontecimientos negativos que han engordado demasiado con el sistema tecnológico-industrial. Además, mencionamos tales acontecimientos sólo brevemente o los ignoramos en su totalidad. Esto no quiere decir que observemos estos otros acontecimientos como triviales. Por razones prácticas, tenemos que limitar nuestras discusiones a áreas que no han recibido suficiente atención del público o en las cuales tenemos algo nuevo que decir. Por ejemplo, desde que están bien reveladas las tendencias ambientales y desérticas, hemos escrito muy poco sobre la degradación del medio o la destrucción de la naturaleza salvaje, incluso aunque consideremos esto de gran importancia.
Dios, este manifiesto es algo muy intenso, no sé cuánto me ha llevado leerlo (también he sido muy tonto de leerlo en el móvil). Me he cuestionado demasiadas cosas sobre mi situación psicológica actual y qué quiero hacer con mis estudios y mi futuro.
Me he sentido demasiado implicado en aquello que se contaba en él; quizás algunas cosas debían ser dichas. La verdad, he de decir que ¿Quién está tan obsesionado como para llevar tan lejos un trabajo como este? No puedo evitar pensar que la persona o personas a las que les pertenezca la autoría de este trabajo de verdad creen en lo que han formulado aquí y que pretenden extenderlo por medio de una serie intrigante.
Estoy asombrado, de verdad, asombrado. Cuando estaba leyéndolo no me paré a pensar que es un manifiesto de un personaje ficticio de una serie. Mentira, sí lo hice, tres o cuatro veces, pero mi conclusión era continuamente que yo estaba loco, que había entendido mal por completo el artículo, que lo que había leído antes era una ensoñación y que esto nada tenía que ver con una serie. El único momento en el que recuperé la «cordura» fue cuando el propio Unabomber refiere en su manifiesto sus «cuestionables» métodos (aunque reconozco que quizás por un instante dudé también de la irrealidad de a lo que se refería). Me sonaba todo tan convincente, yendo paso por paso en sus aseveraciones, que cuando estaba acabando de leer el manifiesto -y ya más o menos por la mitad- estaba bastante convencido de que lo que se decía en el propio manifiesto era la cruda realidad, no es que me tragase punto por punto el alegato, pero sin duda tenía la impresión de que la única solución es aquella que se presenta en el manifiesto. Quizás todo este asombro tiene que ver con mis limitaciones intelectuales. No quiero entrar a comentar el manifiesto en los comentarios.
Estoy esperando con ansias tu comentario «punto a punto».
Reflexionar sobre el sistema siempre me ha parecido interesante. Sobre el texto en sí, se publicó como chantaje para cesar la actividad de Unabomber en 1995, ni más ni menos que en The New York Times.