
La librería Bartleby (Calle Cádiz 50, Valencia). Comics, libros, vino y un buen ambiente para hablar de lo que más nos gusta.
¿De qué se habla en una tertulia literaria?
Alberto Torres Blandina (Cosas que nunca ocurrirían en Tokio, Con el Frío, Contra los Lobos…) organiza estas reuniones en la librería Bartleby de Valencia. Un grupo de escritores, un libro en común, todo por hablar, nada que esconder.
Por fortuna, se han encontrado las crónicas de lo allí sucedido.
Enero 2019
Tertuliamos el Premio Puchi Award 2018, todo un lujo, más si cabe, porque disfrutamos de la compañía de la autora, María Bastarós.
Historia de España contada a las niñas es una red de historias cruzadas. Retazos de vidas desechas, de personajes rotos que pasean sus miserias en su día a día. Los capítulos, cortos e intensos, nos permiten ver la deconstrucción de cada uno de los protagonistas y tejer la relación que les une. A muchos nos sonó a la película Crash, dirigida por Paul Haggis, pero con un sabor patrio y actual.
Lo primero que comentamos con María fue el título. Que no engañe, no es una crónica, ni un ensayo ni un manual. Es una novela de personajes. El título se inspira en las publicaciones españolas de mitad de siglo que se usaban para instruir a las niñas en los quehaceres diarios propios de las mujeres en esa época. Esa discriminación de género que sufrieron nuestras madres y abuelas sirve a María como inspiración de estas vidas manirrotas. Tanto el título como el estilo de la portada (con unas letras grandes rosa fosforito) nos llevó a preguntarnos cuál es el lector potencial de esta novela. No nos extrañó saber que la mayoría, por el momento, son lectoras, aunque los hombres de la tertulia disfrutamos mucho con el libro; no vimos razones para que el tema, la trama o los personajes estuvieran enfocados a un género en concreto. Si es verdad que el punto de vista se centra más en mujeres que han sufrido de alguna forma u otra. El lector encontrará a unas gemelas raptadas, una adolescente anoréxica suicida, una conferenciante desdichada con su vida sentimental, una mujer casi anciana, alcohólica funcional, expatriada en un pueblo de mala muerte de los Estados Unidos, una vegetariana que pierde el oremus por un desengaño y se engulle, solo para empezar con su vorágine autodestructiva, seis hamburguesas del Mc Donald´s…y como no, también señalar, como si fuera otro personaje más, un pueblo del norte de España poblado sólo por mujeres (luego nos enteramos por qué). Los hombres que conforman los opuestos tampoco tienen desperdicio: un montañero defensor de los animales y la naturaleza que rapta y abusa durante meses de dos adolescentes (inspirado en el monstruo de Amstetten), un policía obsesionado con una antigua relación sentimental y, que no falte, mi personaje preferido: un niño a punto de entrar en la adolescencia, criado en este pueblo de amazonas, que, por cosas de custodia, pasa a ser responsabilidad de un macho alfa, cazador, propietario de un bar en los aledaños de un casino abandonado, a las afueras de la Ciudad, cobijado a la sombra de un toro de Osborne decapitado, viviendo en una casucha prefabricada. Solo por leer la evolución de este personaje, Miguel, merece la pena Historia de España contada a las niñas.
Quiero resaltar la conclusión con la que la autora termina la descripción de este último lugar:
«Estas tres reliquias (casino abandonado, toro Osborne decapitado y un castillo de solo dos paredes) proyectan su sombra sobre la calzada de alquitrán sudoroso como una metáfora idílica de nuestra España: nobleza decrépita, canibalismo nacionalista y escondidos monumentos al vicio, un día alabados y otro expoliados y comidos por los gusanos».
Quien disfrute del estilo de narración de Quentin Tarantino lo reconocerá en el estilo de María Bastarós. La introducción de uno de los personajes aparece como intersticio capitular, al gusto de Kill Bill, y es que, aunque la localización de la novela es en España (salvo este capítulo, ambientado en Tonopah un pueblo a mitad de camino de Reno y Las Vegas), los lugares y sus personajes podrían formar parte de un guion de este director, que a su vez bebe tanto del Spaguetti Western. María nos habló de sus viajes y su predilección por el estado de California, y es que su novela rezuma calor y tierra de desierto, personas solitarias y ambientes hostiles. Sí, las urbanizaciones de lujo de Altea, según cómo se mire, también pueden encuadrarse en este tipo de lugares.
No podía faltar, teniendo la oportunidad de preguntar a la autora, de curiosear su proceso creativo, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de historias y personajes que se cruzan una y otra vez y cómo encajan en toda la historia como si de un puzle se tratara. Muchos de nosotros pensábamos en el ya mencionado corcho gigantesco, muy a lo CSI, con infinidad de notitas y cuartillas unidas por lazos y flechas que unían todo el conglomerado. Más o menos acertamos. Donde nos impresionó fue en la forma en que se formó cada historia. La mayoría de los tertulianos imaginamos que cada trama ya estaba escrita en su totalidad, por separado, y que el proceso de cruzarlas convenientemente vino después, en una suerte de cálculo preciso para intercalar cada información en el momento adecuado para conseguir mantener en vilo al lector. No fue así. María escribió los comienzos de casa personaje, y proyectando lo que necesitaba de cada uno de ellos, fue conformando la trama, cruzándolas al mismo tiempo, moldeándolos, hasta conseguir un todo. El corcho existió, los lazos que unen todas las notas también, pero la diferencia a la hora de crear Historia de España contada a las niñas es notoria. Bravo por el oficio de María Bastarós.
Me alegro de haber leído el Premio Puchi Award 2018, no quiero dejar de recomendarlo.
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