La librería más grande de un país tan extenso como lo es Rusia tiene que ser una librería gigante, ¿verdad? Pues sí: tres plantas que ocupan casi una manzana entera, manzana moscovita, repletas de estanterías del suelo al techo con miles de libros.  Estaba claro, no podía ser de otra manera… pero esta librería tiene más peculiaridades, aparte de ser la más grande de Rusia.

Para llegar hasta ella no hay que fiarse de Google, que NO lo sabe todo.  Simplemente hay que seguir el camino que marcan los vendedores ambulantes de libros desde la parada de metro más cercana, Lubyanka. Las dos entradas que tiene son bastante pequeñas para lo que es el edificio y para lo que son las entradas en Rusia.  Hay una tercera puerta, un poco más escondida, por la que solo se puede salir, no entrar.  La fachada es majestuosa y tiene escaparates en los que se han representado con muñecos de trapo diferentes escenas de la historia de la literatura rusa.  Son representaciones tan modestas que resultan tiernas y a la vez admirables.  Cuando entras, te recibe un robot bastante majo que te pregunta si te puede ayudar.  Habla en ruso y si no te entiende dice: “perdona, no he entendido, ¿puedes hablar más alto?”.  Tendrían que ponerlo en español o que dijera “perdona, solo hablo ruso”, en español también.  La planta a la que se accede es a la del medio de las tres que tiene y en ella se encuentran las últimas publicaciones, los libros de historia, de leyes, de religión, de autoayuda (en esta sección encontré los libros feministas).  También está la sección de papelería, de souvenirs, de plumas, de dulces, una gran sección de mapas enormes y las cajas.   En esta planta también está sentado el principal modelo de la cadena de librerías, que representa a los escritores rusos.  Las estanterías ocupan toda la pared, de arriba a bajo y de lado a lado.  Hay escaleras de metal en cada estantería para que los clientes lleguen ellos solitos a los estantes más altos y hay una mesa de lectura por cada sección.  Los carteles que indican los pasillos son de un color rojo chillón y además hay pantallas que indican las novedades, las ofertas y las secciones.  Esto choca bastante con el estilo general de la librería porque las mesas son bastante básicas, las estanterías de madera ya vieja y el suelo… madre mía, el suelo… yo quiero pensar que algún día brilló como el suelo de los hoteles, porque ahora, a primera vista, parece asfalto directamente.

El ambiente de la librería es el de un lugar bastante concurrido, con gente cogiendo los libros, abriéndolos, leyéndolos, oliéndolos… También es una atracción turística, de ahí que la aglomeración sea quizá excesiva.  Hay mucho personal, casi una persona por cada sección.  Los empleados van vestidos de rojo como las luces chillonas de los carteles y en general son amables.  En la planta de arriba está la sección infantil, la sección de aprendizaje de idiomas, de poesía, de teatro y los libros en lenguas extranjeras.  Esta última es una sección bastante grande si la comparamos con otras librerías, pero bastante pequeña para lo que podría ser allí. La impresión que me llevé de los libros en general es que son bastante antiguos… En la sección de las últimas publicaciones se encontraban libros de 2017.  Además, no encontré lo que buscaba, que en otros sitios no me ha resultado para nada complicado.  Buscaba un poemario de Pushkin con la traducción de los poemas al español y no encontré nada de poesía traducida del ruso al español.  Ya fijándome solo en los poemarios, solo había ediciones y reediciones de Pushkin, Block y otros autores rusos e internacionales.  La planta -1 es otra historia, está llena de vitrinas con objetos de colección como sellos, monedas, billetes y todos sus accesorios.  También hay obras pictóricas a la venta y están los libros sobre arte.  En esta planta encontré un rinconcito con muchas fotos enmarcadas de Putin y no muy lejos la cafetería.

Me parece un sitio digno de visitar por sus peculiaridades, pero no me conquistó como lo han hecho otras librerías; creo que la aglomeración de gente fue uno de los motivos y el hecho de que dediquen tan poco espacio a la poesía fue el principal.

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