La librería Bartleby (Calle Cádiz 50, Valencia). Comics, libros, vino y un buen ambiente para hablar de lo que más nos gusta.

¿De qué se habla en una tertulia literaria?

Alberto Torres Blandina (Cosas que nunca ocurrirían en Tokio, Con el Frío, Contra los Lobos…) organiza estas reuniones en la librería Bartleby de Valencia. Un grupo de escritores, un libro en común, todo por hablar, nada que esconder.

Por fortuna, se han encontrado las crónicas de lo allí sucedido.

Junio 2019

Claus y Lucas de Agota Kristof

Claus y Lucas es una trilogía compuesta de El Gran Cuaderno (1987), La segunda prueba (1990) y La Tercera Mentira (1991). Narra la vida de dos gemelos desde sus primeros años. Son niños criados en la postguerra en una zona fronteriza. Un acierto, colegimos todos, es que la escritora no brinda ningún dato específico en cuanto a nacionalidades, idiomas hablados, localismos, época o eventos que pudiesen situar a los personajes y su entorno. De esta forma la historia toma un cáliz universal; no nos habla de los niños que crecieron en los años posteriores a la segunda Gran Guerra, que es lo que intuimos al tener en cuenta los orígenes húngaros y el año de nacimiento (1935) de la escritora, sino de la crueldad humana, tan injustificable como natural y, lamento decirlo, atemporal. En vez de una novela histórica, nos enfrentamos a una fábula descarnada, cruel, donde los niños desconocen el significado del cliché “tierna infancia”, donde cada ser humano que puebla estas líneas actúan por los impulsos animales de supervivencia y dominancia.

Una curiosidad sobre el proceso creativo de esta historia es que la escritora no tuvo intención de escribir una trilogía. Publicó El Gran Cuaderno como una novela autoconclusiva; sólo tras el gran éxito de crítica y público se decidió a continuar y extender los siguientes años de los protagonistas en La segunda prueba y La tercera mentira. En la tertulia estuvimos de acuerdo: se nota. La segunda y tercera novela son menos llevaderas y sus vaivenes con la relación y las situación de los hermanos son un tanto complejas; enmarañadas, podría ser la palabra, al tener que moldear una historia original que ya tenía un final cerrado y, sobre todo, al querer llegar al destino que la autora propone. La cantidad de series actuales que se nos vino a la cabeza con estos problemas de guion, llevados más por temas de audiencia y presupuesto, fueron numerosas. Tanto es así que estuvimos un buen rato debatiendo sobre cómo terminaba la novela, qué es lo que habíamos entendido cada uno y por qué. Otro acierto de la escritora, quizá relacionado con la complejidad de la estructura, es la complejidad de los personajes. No en pocas ocasiones quisimos definir a uno u otro personaje como “buena” o “mala” persona porque en tal parte del libro había hecho esto o aquello y sólo la situación, a veces desesperada, de una posguerra podía obligarla a situaciones límite. Entonces alguien recordaba en alguna otra parte de los tres libros una acción de tal personaje que le despojaba de cualquier definición moral en uno u otro sentido.

Es muy difícil encontrar en el mercado estos tres libros por separado. No me imagino leer los dos últimos sin conocer el primero y aun así disfrutar de la trama. Hay otra trilogía, muy en boga hoy en día, que también se vende (casi siempre) en un pack indivisible, pero en este caso se debe más a una acción comercial y de marketing que a la idoneidad de la historia en sí. Esta trilogía que me refiero, de las más abandonadas de la historia según Wall Street Journal, se vende en un pack indivisible para asegurarse que el lector compra los tres volúmenes, ya que la editorial es conocedora de las grandes probabilidades de que se abandone la lectura en el primer título. Al menos así, se asegura las ventas de los otros dos títulos, trayéndole sin cuidado si los van a leer o no. Hablamos de Las Cincuenta Sombras de Grey.

Este artículo no pretende reseñar Claus y Lucas. Muchos de los tertulianos ya lo habían leído años atrás, y otros muchos expresamos nuestro deseo de volver a leerlo de nuevo (quizá con un cuaderno, prestos a tomar notas). Recomiendo buscar reseñas propias de esta trilogía y las entrevistas que concedió la autora. También recomiendo su lectura, es duro, cruel y da qué pensar. Quizá no sea para llevar a la playa, pero sí es, en definitiva, de esos libros que no dejan indiferente a nadie.

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