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Los famosos rollos de Herculano fueron desenterrados en 1752 en las ruinas de Herculano, que fueron cubiertas de cenizas por el Monte Vesubio en el año 79 d.C. El descubrimiento se produjo, específicamente, en la biblioteca de una gran villa que se cree que pertenecía al suegro de Julio César, Lucio Calpurnio Pisón Cesonino. Como informa Nicola Davis en The Guardian, los documentos fueron un hallazgo importante, ya que el sitio, que se conoció como la Villa de los Papiros, era la única biblioteca intacta conocida del mundo antiguo. Sin embargo, la mayoría de los documentos se carbonizaron en registros enrollados, lo que hizo que los textos fueran inalcanzables.

«Aunque se puede ver que hay escrito en cada rollo de papiro, abrirlo requeriría que el material fuera realmente flexible, y ya no lo es», dijo a The Guardian Brent Seales, director de la Iniciativa de Restauración Digital de la Universidad de Kentucky. Eso no ha impedido que los investigadores intenten acceder a lo que hay escrito en los rollos, la mayoría de los cuales se cree que se perdieron en la historia. Se han realizado intentos para desenrollar aproximadamente la mitad de ellos utilizando diversos métodos, que generalmente conllevan su destrucción o que hacen que su tinta se desvanezca.

Seales ha informado que él y su equipo ahora están tratando de leer el texto de los rollos utilizando la tecnología Diamond Light Source, un sincrotrón situado en Oxfordshire, en el Reino Unido, que produce una luz que puede ser miles de millones de veces más brillante que la del sol. Probarán el método en dos rollos intactos y en cuatro fragmentos más pequeños de L’institut de France.

«Aplicamos una luz muy intensa sobre el pergamino y luego detectamos en el otro lado una serie de imágenes bidimensionales. A partir de eso, reconstruimos un volumen tridimensional del objeto para leer el texto de una manera que no destruya el material», le explicó Laurent Chapon, director de ciencias físicas de Diamond Light Source, a Reuters.

Los algoritmos de aprendizaje automático intentarán usar esos datos para descifrar lo que estaba escrito en los pergaminos. «No esperamos ver de inmediato el texto de los próximos escaneos, pero proporcionarán bloques de construcción cruciales para permitir visualizarlos», dice Seales en un comunicado de prensa. Si la técnica funciona, el equipo espera usarla en otros novecientos rollos de Herculano. «La herramienta se puede utilizar en los datos de los rollos aún enrollados, identificar la tinta oculta y hacerla más visible», dice Seales.

No es la primera vez que que hablamos en La piedra de Sísifo sobre los esfuerzos de Seales por desentrañar lo que hay escrito en los rollos de Herculano. Seales comenzó a investigar técnicas para crear imágenes en 3D de documentos antiguos y descifrar pergaminos descoloridos o dañados en el año 2000. En 2005, entró en contacto por primera vez con los pergaminos de Herculano, la mayoría de los cuales se encuentran en un museo en Naples, y decidió que centraría su atención en ellos. Desde entonces, el avance de la tecnología le ha ayudado a profundizar en ellos. En 2016, sus investigaciones saltaron a la fama cuando usaron escaneos de micro-CT para leer un pergamino carbonizado encontrado en un arca cerca del Mar Muerto en En Gedi. Debido a que la tinta usaba metales, Seales pudo detectar la escritura. Luego usó su software avanzado para desenrollar digitalmente el pergamino y volver a armarlo para saber que el documento de mil quinientos años de antigüedad era un fragmento del Libro de Levítico.

Sin embargo, los rollos de Herculano plantean un problema diferente: los romanos no usaban metales pesados en sus tintas a base de carbono, aunque algunas de ellas contenían plomo. Eso hace que el contraste entre la tinta y el papiro no sea muy fuerte. Ahí es donde entra el aprendizaje automático. Según Davis, el equipo está preparando los algoritmos utilizando trozos de pergaminos carbonizados donde la escritura aún es visible. La esperanza es que el software aprenda las diferencias microscópicas entre el pergamino donde alguna vez hubo tinta y ahora no queda nada. La esperanza que les queda es poder perfeccionar el proceso en los próximos meses.

La mayoría de los pergaminos de la Villa de los Papiros han sido obras filosóficas en griego sobre el epicureísmo, pero existe la posibilidad de que algunos de los rollos carbonizados contengan textos latinos. También es posible que haya más pergaminos sin descubrir en partes de la Villa que aún no han sido excavadas. Por ejemplo, el año pasado se descubrió entre los papiros una obra nueva sobre historia de Séneca el Viejo. Lo que está claro es que si finalmente se accede al contenido de los pergaminos, será un valiosísimo hallazgo para historiadores y arqueólogos por igual. Como concluye Seales en su comunicado de prensa: «forjaremos un camino para revelar cualquier tipo de tinta sobre cualquier tipo de sustrato en cualquier tipo de artefacto cultural dañado».

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