Jennine Capó Crucet (Fuente).

El 9 de octubre Jennine Capó Crucet, colaboradora del New York Times y profesora asociada de la Universidad de Nebraska, dio una charla en la Georgia Southern University sobre su novela Make Your Home Among Strangers, que se había puesto como lectura obligatoria en primero. El libro, publicado en 2015, cuenta la historia de una niña cubanoamericana de Miami que es aceptada en una prestigiosa universidad de Nueva York y que lucha por adaptarse al entorno privilegiado y predominantemente blanco.

El problema vino cuando llegó el turno de preguntas: algunos asistentes la acribillaron por criticar a los blancos en su historia. Todo empezó cuando un estudiante se quejó de que el libro hacía demasiadas generalizaciones en cuanto a los privilegios de los blancos y que esto chocaba con la intención del campus universitario de promover la diversidad cultural. La respuesta que dio Crucet es que en su novela aparecía esa visión porque es algo real, que existe, incluso en el mismo momento en que un estudiante blanco le estaba haciendo esa pregunta. Esto no hizo sino encender los ánimos y muchos de los asistentes se sumaron al debate.

Muchos de ellos sintieron que Crucet había estado atacando a los blancos durante una hora y que había dejado claro que todos los que estaban asistiendo a su charla ‒aproximadamente uno de cada cuatro estudiantes en la Georgia Southern University son blancos‒ eran unos privilegiados.

Después del evento, Crucet tuiteó que había habido «comentarios agresivos e ignorantes» durante el turno de preguntas de la charla y agradeció a «algunos estudiantes increíbles y brillantes» que la defendieran. «En la firma, nos abrazamos y lloramos. Estoy feliz de conocerlos», escribió. En las respuestas del tuit varias personas que supuestamente asistieron al evento la acusaron de «intimidar a los blancos» y mostrar odio hacia ellos y le dijeron que si habían asistido a la charla era solo porque era obligatoria.

El mismo día en que Crucet dio su charla, por la noche, un grupo de estudiantes se reunió en el campus y quemó su libro, según puede verse en vídeos publicados en Twitter. Russell Willerton, jefe del departamento de Escritura y Lingüística de la Georgia Southern University, emitió un comunicado en Facebook en el que se mostraba consternado y decepcionado, lamentando el hecho. Al enterarse, Crucet tuiteó: «Aquí es donde estamos, Estados Unidos». En tuits ya eliminados, algunos estudiantes respondieron a la autora con imágenes de ejemplares rotos de su novela y con vídeos del libro ardiendo.

Si bien varios de los departamentos de la universidad han condenado la quema de libros, John Lester, vicepresidente de Comunicaciones Estratégicas y Marketing, dijo que «no están planeando acciones contra ninguno de los estudiantes involucrados en este incidente». «Si bien está dentro de los derechos de la Primera Enmienda de los estudiantes, la quema de libros no se alinea con los valores de Georgia Southern ni alienta el discurso civil y el debate de ideas», dijo Lester. Kyle Marrero, presidente de la Georgia Southern University, describió lo ocurrido como un «ejemplo de la libertad de expresión». La falta de consecuencias por parte de la universidad, que ha condenado el hecho pero no ha tomado medidas con los responsables, no disuadirá para que incidentes como este no se vuelvan a repetir en el futuro. Como dijo Crucet: «Aquí es donde estamos, Estados Unidos».

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