Yuval Noah Harari es uno de los pensadores más influyentes de nuestro tiempo. Está en boca de todos y le hemos visto formar parte de las mesas redondas más importantes. A pesar de que no ha inventado la rueda (ninguna de las ideas que ha sido capaz de combinar en sus respectivos libros es suya), lo cierto es que ha logrado sintetizar la realidad de modo tal que todo lo que dice resulta de interés.

Si su primer libro, ‘Sapiens. De animales a dioses: breve historia de la humanidad’ (2014), miraba al pasado del ser humano y buscaba ser una cronología detallada del mismo; y su segundo libro, ‘Homo Deus: Breve historia del mañana’ (2016), observaba la historia reciente y su futurología; en el tercer volumen de su colección, ‘21 lecciones para el siglo XXI’ (2018) toca hablar del futuro inmediato.

Un libro para aprender y reflexionar

Aunque el estilo inconfundible de Yuval sigue muy presente, hay un antes y un después entre sus dos libros anteriores, que reseñamos en su momento aquí y aquí, y este tercer ejemplar. Para empezar, es un libro-lista. Cada capítulo puede ser leído por separado y no hay un hilo conductor más allá de la emergencia por empezar a tomar decisiones pero cuyas preguntas no nos estamos haciendo.

Como viene siendo habitual, el autor nos hace pensar y, en este caso, además, nos invita a aprender a aprender y a desaprender sobre algunos temas. Quizá por eso este profesor israelí decidió incluir la palabra “lecciones” en su título. Si por algo destaca el volumen es por un marcado acento didáctico en el sentido de pedagógico o formativo. Podríamos caer en el error de llamarle cuñado.

Lo cierto es que Yuval guarda cierta distancia aséptica con sus lecciones: así es el mundo, estos son los problemas, deberíamos pensar en ellos. Deja al lector plantear las soluciones y, en los casos en los que aporta alguna, no se moja en demasía. Rodea el problema, lo parametriza, y apunta a soluciones que han dado otros expertos intentando, como buen historiador, de minimizar su impacto.

¿De qué tratan sus lecciones?

A decir verdad, Yuval toca todos los palos. Como hemos adelantado, no ha inventado nada y su libro es una magnífica recopilación de problemas. Ya sea hablando de religión, algoritmos, presencia digital, desigualdad, justicia o educación, habla apoyado en hombros de quienes le precedieron.


Pero ha sabido juntar con acierto aquellas cuestiones decisivas que a todos nos tocarán durante las próximas décadas. Aquí el índice (traducido del inglés, perdón si no coincide con la versión en castellano):

  • El desafío tecnológico. (1) Desilusión, (2) trabajo, (3) libertad, (4) igualdad.
  • El desafío político. (5) Comunidad, (6) civilización, (7) nacionalismo, (8) religión, (9) inmigración.
  • Desesperación y esperanza. (10) Terrorismo, (11) guerra, (12) humildad, (13) Dios, (14) laicismo.
  • Verdad. (15) Ignorancia, (16) justicia, (17) post verdad, (18) ciencia ficción.
  • Resiliencia. (19) Educación, (20) significado, (21) meditación.

Aunque estoy particularmente inclinado a dar puntos extra a mi amada ciencia ficción, lo cierto es que los tres últimos puntos, especialmente el de significado, son probablemente los capítulos más importantes a nivel filosófico y de hábitos. Par un libro que trata sobre la reflexión, esto dice mucho. Y un aspecto queda claro al leer a Yuval: vamos a tener que cambiar de hábitos.

Adiós al temible presente

La mala praxis política que arrastramos, el uso de la fe para solucionar problemas ajenos a ella, o el modelo de producción y consumo actual, no nos llevan por buen camino, cada uno a su modo. Ojo, que jamás hemos tenido el nivel de oportunidades o esperanza de vida actual. Pero todo tiempo tiene sus demonios, y Yuval los rodea con un gran círculo rojo para hacerlos visibles sin pretender sembrar ninguna nueva religión.

Preocupa especialmente la automatización, esa misma que podría no solo dejarnos sin trabajo sino liberarnos del mismo; los efectos negativos del cambio climático, que serán mucho peor que el modesto desplazamiento de personas actual debido a las guerras; o el auge de los nacionalismos, esa incapacidad para hablar con una sola voz planetaria.

Toca tomar decisiones. Toca mover ficha. Es tiempo de moverse a nivel social, de experimentar una nueva economía y de aprender a vivir con un nuevo clima. Se acercan curvas. Quien esté mejor informado sabrá surfearlas. También se acerca la Navidad. Para mí, blanco y en botella el regalo estrella.

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