En La piedra de Sísifo hemos visto toda clase de obras de arte insólitas: desde una cama revuelta hasta el cartel que un artista hizo cuando se le perdió el gato y lo estaba buscando. También hemos tenido ocasión de preguntarnos si todo esto es arte, a raíz de la exposición de una obra consistente en un montón de escombros en un festival de arte. Y cuando parecía que estábamos inmunizados contra la sorpresa, llega Maurizio Cattelan pegando un plátano con cinta adhesiva a una pared y declarando que esta es su última obra de arte.
Esta obra es en realidad una serie de tres titulada «Comediante» y se ha mostrado en la Art Basel Miami, la feria de arte contemporáneo más grande del mundo. Dos de ellas se vendieron al momento a dos compradores desconocidos, supuestamente franceses, por una cantidad de 120.000 dólares cada una. La tercera, todavía sin vender, tiene un precio todavía mayor: 150.000 dólares. La galería ya está en negociaciones con un museo que quiere adquirir la tercera.
Debido a su naturaleza, la obra plantea una serie de problemas difíciles de resolver. Para evitar la falsificación, el propietario recibirá un certificado de autenticidad. Además, como el plátano va madurando hasta pudrirse, la obra incluye una sustitución periódica por un plátano nuevo y tal vez, con el tiempo, por una nueva cinta adhesiva, que también acabará perdiendo sus propiedades adherentes. De hecho, ya en la propia Art Basel Miami, después de tres días de exposición, el plátano que quedaba se cayó al suelo, ante lo cual el personal del stand donde se exhibía volvió a colocarlo. Es más, alguien se atrevió a comerse uno de los plátanos delante de un atónito público. Lo que no se sabe ahora es si tendrá que pagarle los 120.000 dólares al comprador o si bastará con reponerlo por uno nuevo. Según Lucien Terras, a pesar de este hecho, la obra de arte permanece intacta, porque la obra no es el plátano en sí, sino la idea.
Además, si el plátano hay que sustituirlo cada pocos días, ¿durante cuánto tiempo se llevará a cabo ese ritual? ¿Después de veinte años se seguirá reemplazando por uno nuevo? Es más, si la obra habría que sustituirla por completo cada cierto tiempo, queda en el aire la pregunta de qué han comprado esos dos coleccionistas por 120.000 dólares. Aparentemente, Lucien Terras tiene razón: la idea de un plátano pegado a una pared con cinta adhesiva.
Según Emmanuel Perrotin, el galerista de Cattelan, la obra parece una broma pero si se mira con perspectiva se ve mucho más de lo que se aprecia a simple vista. En declaraciones a Artsy dijo que Cattelan estaba empeñado en la idea de mostrar un plátano, pero que no sabía cómo hacerlo. Primero intentó una reproducción en resina, y a continuación otra en bronce, pero ninguna de las réplicas le convencía. Al final optó por la que consideró la mejor solución: un plátano verdadero.
Esta obra, la primera que Cattelan hace para una feria de arte después de quince años, se inscribe en su tradición irónica e irreverente. Este artista, que está considerado uno de los más famosos y controvertidos del arte contemporáneo, saltó a la fama sobre todo cuando diseñó un retrete de oro macizo de 18 quilates, completamente funcional, valorado en 1.250.000, que fue robado recientemente mientras formaba parte de una exposición en el palacio Blenheim, en Woodstock, Oxforshire. La pieza, que se mostró por primera vez en el Museo Guggenheim de Nueva York y que generó colas de horas, era una sátira sobre el exceso de riqueza, en la línea de Cattelan de generar provocación y debate sobre el arte y la vida en general.
No hay comentarios