El padre del terror moderno nos presenta en esta obra una historia clásica del terror, tan oscura y visceral como sus mayores éxitos.

Sin embargo, algo desentona en este libro. No es exactamente a lo que nos tiene acostumbrados…

Explicaré. Toma cualquier novela de Stephen King. Bien. Ahora reduce al mínimo lo sobrenatural, apártalo hasta que no sea más que un ligero trasfondo. ¿Ya no da tanto miedo no? Eso podríamos pensar, pero ocurre todo lo contrario.

La incertidumbre es regla para Stephen King. Es el recurso más básico de este autor, uno de los más primitivos miedos, “lo desconocido”. Pero en esta novela sabes exactamente lo que está pasando, en todo momento. Esa constante presencia de lo sobrenatural como el centro de la trama, aquí apenas existe.

Es una historia simple, una familia que recién se muda a una casa en el campo, al lado de la carretera, y día a día te van desarrollando sus vidas, te van mostrando como son por dentro.

Pero y eso ¿qué interés tiene? Hasta la mitad del libro, todo lo que les ocurre son sucesos normales, cotidianos, o al menos “reales”. Y aún con eso, no podrás soltar el libro. Te engancha, como un anzuelo, desde la primera página. Te identificas con el protagonista, Louis, con sus problemas y situaciones siendo padre y esposo, te encariñas de su familia, los Creed. Como buen padre de familia, quieres cuidar de tus hijos, saber más de tu esposa, que nada malo les pase. Son tus seres queridos, hasta el gato.

Por eso, cuando llega ese punto mágico, esas sutiles pinceladas de terror, y King te muestra uno de sus giros clásicos, se te hace un nudo en el estómago, se te encoge el corazón. Pues tu miedo llega mucho más allá que un simple “jumpscare” como los del cine. Es psicológico, y tu cabeza te grita, les grita, que cosas malas van a ocurrir. Un terror mucho más real, mucho más humano, en todos los sentidos.

Y entonces llega el final, sin sobresaltos, sin elaboración compleja, pues la historia ha seguido su curso de forma racional, o al menos lo más racional que se puede permitir este género.

Es un libro entretenido, con un ritmo ágil y estilo sencillo, muy rápido de leer. Si estás buscando algo para pasar el rato, esta novela te sirve. Pero si no te gusta el terror, esa sensación intensa de riesgo, no llegues al final, es una advertencia.

Porque juro que nunca había sentido tanto miedo al pasar la última página, al cerrar un libro.

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