Los libros nos ayudan a evadirnos, pero estos días leer está siendo complicado. Los españoles estamos encerrados en casa debido al coronavirus. Nunca pensé que viviría una cuarentena que, como poco, durará dos semanas y que probablemente superará los dos o tres meses.
Hay quien dice que ahora tenemos más tiempo libre para leer, pero también es cierto que reina la intranquilidad. Concentrarse se hace complicado. La cantidad de noticias sobre el virus nos satura. La OMS lo ha llamado infodemia para sintetizar la epidemia de información.
Además, más allá de cualquier posible contagio, muchos de los lectores habéis notado un nivel de ansiedad y malestar generalizado al no poder salir a la calle. Ayer, 199 personas se llevaron multas por salir a realizar actividades lúdicas, como correr o pasear por la calle. Muchos de nosotros necesitamos aire fresco. ¿Hay alguna forma de centrarse en la lectura, ahora que tenemos tiempo?
¿Qué voy a hacer durante la cuarentena?
En mi caso particular lo tengo fácil: puedo teletrabajar, que de hecho es algo que hago desde hace muchos años. Pero el tiempo de gimnasio, de paseos, de ver museos o ir a ver a amigos se ha reducido a cero. Así que he decidido usar ese tiempo para estudiar (y hacer algo de deporte en casa).
En otras palabras, acabo de ganar unas 10 horas semanales para estudiar una materia y leer más. Ya estoy apuntado a una academia y llevo dos semanas recibiendo clases online. Es lo que toca. El problema es que, fuera de las clases, me cuesta bastante concentrarme. Y lo mismo os pasará con la lectura.
Hay dos puntos que resultan paradójicos. Por un lado, he llegado a pasar 12 días sin salir de casa, pero podía centrarme. Ahora que me prohíben salir, quiero estar fuera. Por otro lado, ahora disponemos de mucho más tiempo para leer o estudiar, pero el deseo de dar paseos hace que resulte difícil concentrarse.
Adiós televisor, adiós móvil, adiós redes sociales
Personalmente he apagado el televisor, la radio y los periódicos, que consulto una vez al día. Las noticias en bucle orientadas al coronavirus no me sientan bien. Empezando porque aburren y terminando porque me generan ansiedad. Lo siento por la parte que me toca con este artículo.
El siguiente paso ha sido hacer uso de una aplicación llamada Detox (Android) para bloquear el terminal. Esta aplicación permite convertir tu móvil en un bonito pisapapeles. Solo podrás usarlo para llamar por teléfono. Una distracción menos con la que lidiar.
Por último, tengo instalado en Chrome una extensión llamada Waste no time y tengo bloqueadas todas las redes sociales durante algunos horarios. Me resulta imposible entrar en Twitter en determinadas horas. Todo esto forma parte de la estrategia de aislarme del ruido mediático.
Hola, rincón tranquilo junto a la ventana
Una vez verifico que no puedo ser interrumpido por nada ni por nadie, cojo el cuaderno de estudio o el libro y acudo al sofá o la silla de oficina (sí, me ayuda a relajarme). Además, suelo coger un cojín no demasiado grande y colocarlo sobre las piernas cruzadas a modo de sello o losa. Por descontado, puedo retirarla a voluntad, pero de alguna forma se ha convertido en un símbolo de compromiso.
El cojín significa que no me levantaré en una hora, a veces dos, y decido los minutos de antemano para evitar caer en el autoengaño. A partir de ahí, me coloco una alarma en el móvil, me pongo música con auriculares, y lo bloqueo con la app de arriba. A partir de entonces solo me queda la lectura, o el estudio.
Cuestión de hábitos
No, no he desarrollado un hábito en las últimas 48 horas. Lo cierto es que soy una persona que se distrae con una mosca, y cuya evasión mental hace difícil volver a concentrarse. Es el problema de que todo (cultura, arte, política, ingeniería, sanidad, economía…) te resulte interesante. He tenido que aprender.
Lo que quiero intentar transmitir al lector es que todo esto es cuestión de hábitos, y que tenemos por delante meses de aislamiento social con los que practicar. Quizá las primeras semanas estemos más nerviosos, estado que podemos usar para hacer ejercicios físicos de intensidad moderada.
Hace tan solo unas semanas habrías dado un brazo por disponer del tiempo libre que tienes por delante. Ahora que lo tienes, puedes tratar de usar las siguientes horas para aquella tarea para la que llevas tiempo intentando sacar unos minutos diarios. Ha llegado el momento.
Espero que mis improvisados consejos sean de ayuda. Entiendo que no todos somos iguales, pero también que no somos casos únicos. Existen patrones de comportamiento y los pasos de arriba pueden dar tranquilidad a muchas personas. Mucha suerte, y feliz cuarentena.
Imágenes | Ben White
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