Años 60, un joven Brian May, con tan solo 16 años ya era un apasionado de la música y estaba buscando su primera guitarra eléctrica, pero por desgracia, esto era algo que su familia no se podía permitir.
Para su suerte, su padre Harold, era un reconocido ingeniero electrónico a la par que artesano. Así que ambos dos tuvieron una idea: por qué no crear la mejor guitarra que haya existido nunca partiendo desde cero. Y se pusieron manos a la obra con un proceso que duraría un total de dos años y daría lugar a una de las guitarras más reconocidas de la historia.
También conocida como Fireplace (La Chimenea), por el lugar de donde sacaron la madera para construirla, Old Lady (Vieja Señora) o La Red Special (La Roja Especial), la guitarra de Brian May ha recorrido todo el mundo tanto con Queen como siendo solista y ha conocido todos los estudios de grabación de donde salieron discos tan memorables como Innuendo.
Su propósito era crear una guitarra totalmente original con un sonido propio, a pesar de no haber construido nunca antes una y de no disponer de las herramientas adecuadas. Convirtiendo una de las habitaciones de su casa en un pequeño taller, empezaron a trabajar en la construcción de esta guitarra.
Comenzaron a recolectar todo tipo de materiales, como por ejemplo la madera de un vecino que estaba a punto de tirarla y que provenía de una chimenea con más de 100 años de historia. Esta madera de caoba, a pesar de estar apolillada, se convirtió en el característico mástil de la Red Special. De hecho, el propio Brian May dice que si te acercas a la guitarra aún puedes ver los pequeños agujeros causados por las polillas.
El puente, el diapasón… todo está hecho a mano, y muchas veces con piezas del costurero de su propia madre. Después de dos años y tras haber gastado solo 18 libras en su construcción, la Red Special estaba lista para brillar pues, según declara su dueño, “La guitarra tiene vida propia”.
Tanto el aspecto como el sonido son algo único. Además, Brian lo acentúa desistiendo de tocar con una púa tradicional y utilizando en su lugar una moneda, ya que le da un toque que parece encajar perfectamente con la guitarra.
A partir de ese momento, Brian May no se ha separado de su Red Special, utilizándola tanto en conciertos como en grabaciones, pues la considera una parte más de sí mismp.
A día de hoy, podemos comprar una réplica de la guitarra de Brian, en su propia web (https://shop.brianmayguitars.co.uk/), pudiendo tener entre nuestras manos una réplica de una de las guitarras más apreciadas de la historia del rock.
Esta historia es un claro ejemplo de superación y de cómo muchas veces las barreras nos las ponemos nosotros mismos. Y es que, si estamos destinados a algo, ya sea ser una estrella de rock o un escritor de éxito, tarde o temprano acabará sucediendo.
Siempre que amamos algo le ponemos nombre. Puede parecer materialista lo que voy a decir, pero hay algunos objetos que nos elevan o nos ayudan a elevarnos espiritualmente.