Legión: Las múltiples vidas de Stephen Leeds viene a ser la mejor aproximación a Brandon Sanderson que he podido hacer. El autor americano, famoso por obras notables de la ciencia ficción y la fantasía como Elantris o El archivo de las tormentas se me había atragantado ya demasiadas veces; y es que a sus libros siempre les encuentro demasiados peros; muchas páginas sobrantes, mucho cliché, demasiada literatura rápida, de consumo presto. Pero es gratificante encontrarme con una excepción, las novelas cortas que componen Legión: Las múltiples vidas de Stephen Leeds, una obra que se mueve entre el noir y la ciencia ficción con la soltura de un personaje protagonista incontestable:

Stephen Leeds es un genio perfectamente cuerdo con alucinaciones alocadas. Es capaz de aprender cualquier nueva habilidad en cuestión de horas, pero para ello su mente necesita crear personas imaginarias a las que él llama «aspectos». Allá adonde va, se le une un equipo de expertos imaginarios que él usa para resolver problemas.
Pero, de pronto, su cerebro roza el colapso cuando los «aspectos» empiezan a cobrar vida. Una empresa lo contrata para recuperar una propiedad robada, y Stephen termina atravesando océanos y luchando contra terroristas. Lo que descubre puede alterar los cimientos de las tres religiones más importantes del mundo y, tal vez, darle una pista clave sobre la verdadera naturaleza de sus alucinaciones.

Como el propio Sanderson reconoce en el prólogo, el tema de la psicología como superpoder es algo ya explorado, es imposible que leyendo esto no nos vengan a la cabeza la trilogía de Shyamalan y más concretamente su segunda parte, Split. Habiendo visto esta cinta protagonizada por James McAvoy se entiende mucho de lo que sucede en Legión. Desde una corrosiva y ácida primera persona, Sanderson nos presenta a su personaje estrella, el detective dotado de múltiples alucinaciones que son, a sí mismas, expertas en diferentes y útiles ámbitos de la investigación. El libro se compone de tres novelas cortas que suponen el total de la historia de Stephen Leeds (aunque tal y como se cierra, y los muchos casos de los que se hablan, daría pie a varias precuelas y secuelas), de las cuales la primera, titulada sencillamente Legión, es mi preferida. En ella se nos presenta al personaje y sus alucinaciones (el irascible J.C, la metódica Ivy, el ratón de biblioteca Tobias y muchos más), y se ven investigando el robo de un objeto imposible: una cámara capaz de fotografiar el pasado. Con una idea tan de The Twilight Zone, Leeds se lanza con sus compañeros imaginarios a la caza de un científico que busca una fotografía real de Jesucristo, varios misterios del pasado que se van desenredando (y enredando más) a medida que avanza una trama de acción y humor bastante ligera. Sin duda el equilibrio entre géneros, el tono y la caracterización de los personajes es impecable, y Sanderson me resulta lo que en otras obras no me ha resultado: divertido, apasionado.

En la segunda novela, titulada Legión: a flor de piel, el tono se mantiene, aunque el número de páginas se dispara inexplicablemente (de una primera novela corta de 80 páginas pasamos a una de 160), lo que termina por pasarle factura. Esta es la que menos me gusta del conjunto. Es demasiado fiel a la primera, no preocupándose apenas en presentar nuevos personajes (alucinaciones de Leeds) más que de pasada, ahondando poco en la psicología del personaje como sí hacía antes, repitiendo chistes y poniendo al lector entre la espada y la pared en una trama que parece a punto de hacer aguas. Un cadáver robado, una tecnología basada casi en Assassin’s Creed (la posibilidad de guardar datos en las células del cuerpo humano) y la bioética como telón de fondo en una novela que empieza bien, avanza regular y consigue un buen cierre.

En el tercer acto, Las mentiras del contemplador, Sanderson se vuelve un poco más introspectivo y decide revelarnos muchas más cosas del protagonista: su pasado con la misterios Sandra, que se deja ver en casi todos los capítulos pero cuyas huellas se escapan siempre en el último momento, el pasado de Leeds con su enfermedad hasta acostumbrarse a ella (y poderla usar) y le mete un poco de drama. Es la más humana de las tres. Introduce una trama de ciencia ficción que involucra la tecnología de realidad virtual más cercana a Ready Player One (Ernest Cline) que nos vamos a encontrar, pero incluso las partes de acción quedan justificadas y son gratificantes. Vuelve a contenerse en cuanto a número de páginas (100) y se deja de dar rodeos en torno a chistes malos y diálogos de película de la siesta, dando como resultado un cierre espectacular.

Legión: Las múltiples vidas de Stephen Leeds, como ya he apuntado al comenzar, es la novela de Sanderson que sí he podido leer y disfrutar. También me temo que posiblemente sea lo menos representativo de su literatura. Son unas novelas sin demasiada pretensión (algo que al autor le sobra en otros libros), que se ciñen a un misterio básico, pero que enriquecen su discurso con unos personajes interesantes. No inventa nada pero sabe administrar las dosis justas de todas sus influencias para dar con una historia que engancha. No es la gran obra de ciencia ficción, ni mucho menos, pero es sin duda lo más entretenido de este autor. Y, en mi caso, lo único suyo que me ha gustado genuinamente. La primera vez que se editan estas tres novelas juntas en castellano, traducidas por Rafa Marín y Manu Viciano y editadas por Nova, es la excusa perfecta para adentrarse en una novela de acción y ciencia ficción que parece dirigida por Luc Besson y que se lee en un abrir y cerrar de ojos.

Brandon Sanderson (Nebraska, 1975) es el gran autor de fantasía del siglo XXI y uno de los autores más prolíficos del mundo. Ha logrado seducir a más de trece millones de lectores en treinta países, ganar numerosos premios y crear el Cosmere, el fascinante universo de magia en el que transcurren la mayoría de sus obras. Su primera novela publicada, Elantris (2006), fue recibida por el público y la crítica como una interesantísima renovación del género. También es autor de una brillante saga: Nacidos de la Bruma (Mistborn).

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