Hace ya unos cuantos años leí un relato de Sergio Mars. Me tocó tanto la fibra que siempre que encuentro ocasión lo propago como buenamente pueda; al tomar una cerveza con un amigo, en cenas, sean románticas o no, en los descansos del entreno…puedo afirmar con casi toda seguridad que, desde que lo leí, a cada persona que ha entrado en mi vida se lo he explicado y recomendado. Después de acabar de leer La Disonancia de las Esferas, de Sergio Mars, he meditado por qué entonces adopté un cuento suyo y por qué ahora concluyo que es uno de mis escritores de ciencia ficción favoritos.

Los relatos de este autor son una apuesta segura. Por una parte, ha recibido multitud de premios, imparte talleres de escritura y gestiona el blog Rescepto indablog, activo desde 2007 con más de 770 reseñas sobre todo lo que esté relacionado con la ciencia ficción, fantasía y terror. Es un ratio de casi 60 reseñas al año, casi nada. Por otra parte, se licenció en Biología con la especialidad en Genética Molecular. Todo esto se traduce en relatos precisos, con estructuras efectivas, que tratan temas inquietantes y, muy importante, sus conocimientos confieren un empaque y consistencia que los convierte en trascendentes. Que no se asuste nadie, el autor hace uso de la ciencia para vestir, no al contrario. Soy un auténtico profano de ciencias, elegí letras puras en cuanto se me dio la oportunidad, sin embargo, entiendo y disfruto —mucho— todo lo que escribe este autor. Para él, las explicaciones científicas están al servicio de la trama y sus personajes; la información en los relatos de Sergio Mars fluye al servicio narrativo de la historia. Si tenéis a algún chaval a mano en edad escolar que le ocurre con la ciencia lo que me ocurría a mí, La Disonancia de las Esferas puede ayudaros. Ojalá me hubiese topado yo con un autor como Sergio Mars cuando era un zagal.

La Disonancia de las Esferas es una antología de nueve relatos que ocupa 260 páginas. En la presentación el autor confesó que están ordenados por nivel de optimismo, de menos a más. Eso sí, no vayáis a pensar que los últimos relatos son jauja. Si os gustan las resoluciones de las historias en Black Mirror, Love, Death & Robots o La Dimensión Desconocida (The Twiligt Zone), os gustará cómo termina Sergio Mars sus historias.

En Horror Vacui, un científico visita a su colega, que es también su némesis. Lo hace acompañado de una botella de coñac y dos copas; acaba de descubrir que el centro del universo colapsó hace miles de años. Ha calculado que, debido a las enormes distancias, la ola de devastación que se está tragando nuestra existencia llegará a la Tierra en una hora y veintidós minutos. Quiere vivir el final junto a su enemigo. Las conclusiones a la que estos científicos llegan en sus diálogos son geniales.

En Museion, relato finalista de premio L´Iber 2019, el encargado de un museo histórico de dianoramas se afana en arreglar el desbarajuste que deja en las exposiciones la visita de los colegiales.

Llegamos a la Bestia Humana de Birkenau, que nos sitúa en la entrevista de un superviviente del holocausto Nazi, asistente forzoso de Mengele y testigo de sus experimentos genéticos. Se palpa en cada línea la documentación exhaustiva que realizó Mars sobre este episodio negro de la humanidad.

En 161´62, Premio Pascual Enguídanos 2018, nos ponemos en la piel de un grupo de exploradores de otras dimensiones. Cada exploración que realizan es una ventana a una esfera de 161.62 metros y disponen de ocho minutos y cincuentainueve segundos para realizarla. Normalmente es un trabajo aburrido —las probabilidades de encontrar vida en el universo son muy escasas—, sin embargo, los protagonistas de esta historia no están preparados para enfrentarse a lo que encuentran en su última exploración. Este es uno de los relatos dónde más se hace notar los conocimientos en Biología del autor.

En La Teoría de la Metaconspiración presenciamos el descubrimiento de una conspiración espeluznante. La protagonista —universitaria que se afana por terminar su tesis— estudia por qué los bulos pseudocientíficos tienen más repercusión en las redes que los estudios serios. Esta teoría me da mucho que pensar. Ah, que no se me olvide, Neil deGrasse tiene un papel fundamental en el relato, qué lujo.

Mytolítico es seguramente el relato más simpático. Se llevó el premio Ignotus en 2012. Un gran porcentaje de la humanidad se ha transformado en figuras mitológicas. Seguimos los problemas de un revisor de metro que se ha convertido en minotauro. También nos encontraremos con gnomos, enanos, hydras, elfos…y dinosaurios, que, aunque no sean figuras mitológicas, os va a encantar a los que leáis la antología la explicación de por qué aparecen.

Ruedas dentadas de un reloj imaginario, premio Domingo Santos 2017, nos sitúa en un mundo donde la astrología es una ciencia muy avanzada e indispensable en la sociedad. Conocer el lugar y la hora exacta del nacimiento de las personas es una información muy poderosa.

La Disonancia de las Esferas es el último relato de esta antología donde en un universo no sólo conocido sino también explorado la democracia ha colapsado. La humanidad, cansada de la corruptela e ineficacia de un sistema político originado siglos atrás, consigue perfeccionar una nueva versión de gestión gubernamental llamada Noocracia; se trata de un sistema robotizado que evalúa y cubre las necesidades y deseos de todos y cada uno de los habitantes. Los resultados están a la vista, la calidad de vida de la sociedad, de toda la sociedad, nunca ha sido tan alto. El único pero: las decisiones no son tomadas por personas, sino por máquinas. En este relato los protagonistas son un hombre que reniega de la sociedad, por lo que solicitó un puesto de mantenimiento en el rincón más alejado del universo conocido, y un joven idealista que llega a su estación con una misión por cumplir. Relato que hace cuestionarnos la importancia de quién toma las decisiones por nosotros. ¿Cómo nos sentiremos cuando las máquinas decidan mejor que nuestros políticos?

He comenzado hablando de un relato que adopté años atrás y que siempre que tengo oportunidad lo recomiendo, sobre todo a aquellas personas que por muy interesante que les parezca y por mucho que les recomiende un libro o un relato no lo van a leer, siquiera se queden confinados en casa 40 días. Sabiendo que algunos de los relatos de La Disonancia de las Esferas ya habían sido publicados anteriormente, me abstuve de leer el índice, por si tenía la suerte de topármelo aquí. Comencé a leer con la expectación del niño ante la visita de los Reyes Magos, y me embargó una felicidad parecida cuando me lo encontré entre La Teoría de la Metacosnpiración y Mytolítico. Su título es Gancho en el cielo. Unos exploradores llegan a un planeta con indicios de civilización colapsada sólo un par de miles de años atrás. Una civilización tan avanzada que lanza señales de radio al universo incluso tantos años después de que una hecatombe acabara con ellos. Todavía hay posibilidades de encontrar vida, sería un hito que la humanidad que habitaba ese planeta hubiera resistido tras tantas adversidades. Lo que allí descubren los exploradores sólo puede explicarlo un biólogo. Jo, pedazo de relato, oigan.

No me extiendo más. Regalaros La Disonancia de las Esferas, estoy convencido que también adoptaréis alguno de sus relatos.

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