George Francis Train

  «Con modestia, puedo decir que toda la historia no puede ser contada en un solo volumen», escribió George Francis Train en el prefacio de Mi Vida en Muchos Estados y en Tierras Extranjeras, la autobiografía que escribió cuando tenía 74 años. Efectivamente, Train tenía mucho que contar. Entre otras muchas hazañas y aventuras, fue encarcelado en quince ocasiones, llegó a hacer campaña como presidente, participó en varias revoluciones, apoyó el movimiento sufragista femenino en Estados Unidos, construyó un ferrocarril fallido para la reina María Cristina de España, viajó alrededor del mundo cuatro veces, e incluso tuvo tiempo para enfadarse con Jules Verne, autor de La vuelta al mundo en ochenta días.

   Nacido en 1829, Train comenzó su carrera en el negocio de los transportes a los 16 años en una compañía naviera de su primo, y desde entonces hizo y perdió varias fortunas, para sí mismo y para otros. En Gran Bretaña introdujo los primeros tranvías del país, que llegaron a todas las grandes ciudades y se extendieron por toda Europa. Con la fortuna que ganó, regresó América y utilizó todo su dinero en financiar el ferrocarril de Union Pacific. A continuación dirigió sus ambiciones al mundo de la política. Comenzó su campaña en 1869 con el objetivo final de llegar a la presidencia de los Estados Unidos, pero en mitad de su campaña anunció que haría un viaje alrededor del mundo en 80 días o menos. Comenzó en Nueva York a finales de julio de 1870, trasladándose a California en el Ferrocarril Union Pacific a California. En su viaje pasó por Yokohama, Hong Kong, Singapur, el Canal de Suez o Marsella, entre muchos otros lugares.

   En Marsella, los delegados de la Comuna irrumpieron en su habitación de hotel y le exigieron que hablara a favor de la revolución. Ni corto ni perezoso, Train entregó panfletos en defensa de la revolución y dirigió una marcha sobre las fortificaciones militares en Marsella, que finalmente se rindieron. En Lyon fue encarcelado. Con la ayuda de los medios de comunicación internacionales, Train fue puesto en libertad. Consiguió completar su viaje a finales de diciembre, unos dos meses más tarde de lo que se había propuesto.

   ¿Resulta todo esto resulta familiar a los lectores de Jules Verne? El propio autor francés afirmó que la idea de La vuelta al mundo en ochenta días surgió en 1871, al leer un artículo sobre un viaje de Thomas Cook alrededor del mundo. Sin embargo, desde finales de 1870 comenzaron a extenderse por Francia noticias de las hazañas de Train, y probablemente llegaron a oídos del escritor. En esa época Verne terminó su novela y la publicó por entregas en el diario Le Temps entre el 7 de noviembre y el 22 de diciembre de 1872 ‒de manera íntegra sería publicada el 30 de enero de 1873‒.

   ¿Fue George Francis Train la inspiración de Phileas Fogg? Verne nunca lo reconoció. Pero Train sí pareció ser consciente de esa relación. Antes de morir en 1904 volvió a dar la vuelta al mundo hasta en tres ocasiones más, consiguiendo batir su récord en la última de ellas, con un viaje de 60 días ‒enfadado después de que la periodista Nellie Bly, del New York World, diera la vuelta al mundo en setenta y dos días‒. En una ocasión le dijo a un periodista inglés, en referencia a ese viaje: «¿Recuerda La vuelta al mundo en ochenta días de Jules Verne? Me robó mi trueno. Yo soy Phileas Fogg, pero he derrotado a Phileas Fogg».

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