El manuscrito Borges de Alejandro Vaccaro

Reconozcámoslo: existe tal cantidad de libros relacionados con Borges que comienzo a tener mis dudas de que hubiera espacio para todos en la biblioteca de Babel. Todos los años aparecen textos nuevos que analizan alguna de sus obras, nuevas biografías, novelas gráficas, transcripciones de alguno de sus diálogos perdidos, ensayos que relacionan al escritor argentino casi con cualquier cosa, desde la ciencia ficción hasta las matemáticas, pasando por la teoría política. Este apellido, de seis letras, se ha convertido en una fórmula recurrente en las cubiertas de muchas de las novedades editoriales, algo sin duda debido al magnetismo que produce su figura, no solo en el entorno hispano sino en todo el mundo en general. Una obra aguda y reflexiva, llena de referencias eruditas, con grandes toques metafísicos, y una escritura precisa y equilibrada, así como la combinación de una memoria prodigiosa y una ceguera precoz son algunos de los elementos que contribuyeron a crear un mito que forma parte ya del imaginario colectivo.

En este contexto habría que situar una de las últimas incorporaciones al corpus de obras del universo borgiano: El manuscrito Borges de Alejandro Vaccaro. ¿Qué clase de libro se esconde tras un título que utiliza una fórmula, inaugurada por El código da Vinci, que, de sobada, empieza ya a resultar cansina? ¿Acaso alguna trama conspiratoria y secreta escondida en alguna de las obras del vate argentino?

Lejos de eso, o no tanto, El manuscrito Borges trata de ser un thriller de misterio. El libro ha sido publicado por la editorial Renacimiento, a través de Espuela de Plata, en la que, entre otras cosas, ha tratado de crear una pequeña pero interesante colección de novelas pertenecientes al subgénero del bibliomistery, que incluye ficciones en las que se mezclan libros y crímenes, normalmente asesinatos. En esa línea ha publicado los dos libros que sirven de referencia para este subgénero: El exlibris de Colfax de Agnes Miller y Libros peligrosos de Marco Page.

En El manuscrito Borges confluyen una serie de circunstancias tan contradictorias y singulares como el propio Borges. Para empezar, es un thriller que no es un thriller. Como cualquier novela negra se inicia con un crimen, en este caso un asesinato, en apariencia sin móvil ni sospechoso. Sin embargo, es casi imposible no sospechar cuál es el motivo desde las primeras páginas, y finalmente acaba confirmándose. A partir de ahí, el protagonista iniciará una pequeña investigación extraoficial para descubrir al criminal, al tiempo que se van intercalando un par de tramas más, fácilmente conectables con la principal. ¿Qué decir de una novela de misterio que carece de misterio? Como poco, insuficiente. Pero es que hay más.

No cabe duda de que Alejandro Vaccaro anda sobrado de conocimientos sobre Borges y sobre el mundo de los libros. Al fin y al cabo es el presidente de la Asociación Borgesiana de Buenos Aires y miembro de la Sociedad de Bibliófilos Argentinos. Antes de publicar El manuscrito Borges, Vaccaro contaba con tres publicaciones sobre el autor argentino, entre las que figuran libros de corte ensayístico, de entrevista o biográfico. Ahora bien, esta es su primera incursión en el terreno de las novelas, y eso se nota. Es evidente que Vaccaro ha recurrido a un argumento no demasiado difícil, accesible tanto para él como escritor como para sus potenciales lectores, sin demasiados giros ni sorpresas. Los personajes parecen vacíos de vida, llevados por motivaciones que resultan cuanto menos incomprensibles cuando no poco creíbles. Todo parece impostado, como un escenario de cartón piedra ante el que los personajes salen a representar una especie de comedieta descafeinada.

Tras este párrafo cabría pensar que El manuscrito Borges me ha resultado insoportable y, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Me ha encantado. Sí, es una mala novela, pero es un excelente homenaje a Borges y, ante eso, cualquier borgiano de pro se derretiría. Toda la ficción, mal montada, es una mera excusa para exponer una ingente cantidad de detalles y curiosidades sobre el escritor argentino. A poco que se lee salta a la vista de que es un ensayo mal disfrazado de novela. No es solo que la acción sea mínima y que esté mal montada o que los personajes sean descaradamente planos, es que los diálogos son extensas cadenas de datos borgianos que dan detalles que en una ficción en condiciones estarían de más.

El manuscrito Borges tiene otros detalles, aparte de la omniprensencia del autor de El Aleph, que harán las delicias de los borgianos. Está lleno de referencias y guiños a su obra. Existe un paralelismo entre los protagonistas de la novela y algunos de los personajes del escritor argentino. El final, del que no desvelaré nada, se relaciona con «La intrusa», en el sentido de que los dos personajes comparten el secreto de un crimen y se ponen de acuerdo para mantenerlo así.

El que se tope con este título que no se lleve a engaño. Dentro no va a encontrar un apasionante trhiller lleno de misterio, acción y giros inesperados al estilo de El código da Vinci o El club Dante pero con Borges como protagonista. Lo que no quiere decir que no pueda disfrutarlo, y mucho, igualmente, siempre y cuando tenga el alma de borgiano. El resto, por favor, abstenerse. Hay ensayos sobre Borges mucho más rigurosos, sistemáticos y aprovechables.

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