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Podremos comenzar planteándonos si… ¿Es posible que todo lo que experimentemos sea una invención nuestra?

Desde luego, no compartimos las teorías ni de Protágoras ni de los relativistas. La verdad no puede depender de cada hombre, no puede ser producto de la invención de cada uno. Si todo fuese producto de nuestra invención podríamos vivir en un mundo ilusorio, como el de los sueños.

De todos modos, toda experimentación será producto de una comprobación empírica y ahí no cabe invención alguna. Por eso quizás lo que deberíamos plantearnos es si… ¿Es posible que todo lo que experimentemos sea, en efecto, nuestro descubrimiento de algo que ya existe? La realidad, los objetos, ya está ahí cuando nacemos y nosotros lo que hacemos es ir descubriéndolos, vamos aprendiendo realidades conforme experimentamos con ellas. La realidad como creación del propio hombre. Esto del descubrimiento podría relacionarse con la “aletheia” de los griegos: sacar de su ocultamiento aquello de lo que hablamos o pensamos y que nos permita descubrirlo.

Quizás quepa una tercera posibilidad y es si… ¿Parte de lo que experimentamos podría ser un descubrimiento y la otra una invención? Esto es posible si considero varias realidades posibles, si descubro objetos y realidades ya existentes e invento otras supuestas realidades que para mí no pertenecerían a un mundo real sino al imaginario y ficticio. Yo puedo descubrir un sendero que previamente estaba ahí y puedo optar por caminar por él y, al mismo tiempo, puedo inventar, en una novela, ese sendero imaginario.

Entonces, si fuese cierto que inventamos la realidad ¿se seguiría aplicando la teoría de la adecuación? No veo la relación tan directa que se quiere dar aquí a la teoría de la adecuación con la invención ya que la teoría de la adecuación dice que la verdad es la adecuación del pensamiento con la realidad. Y algo que es inventado, puede ser un pensamiento falso, ficticio, inadecuado con la realidad.

Y si fuese cierto que inventamos la realidad… ¿Se seguiría aplicando la teoría pragmática? Cuando inventamos la realidad no se puede hablar de verdad sino de certeza, es algo subjetivo. Con algo inventado podríamos experimentar hasta llegar a verificarlo. Eso es lo que haría la teoría pragmatista de la verdad. Tendremos que corroborar y verificar nuestras ideas, nuestros pensamientos, que pueden ser o no inventados, para descubrir si son ciertos. Una idea aunque sea inventada si está verificada es válida.

Dicho esto… ¿Es posible que las teorías éticas tradicionales presupongan una realidad inmutable, al igual que lo presupone la teoría de la correspondencia?

Entendemos por correspondencia a la adecuación entre lo conocido y la realidad. Una adecuación entre un sujeto y un objeto. En este sentido Tomás de Aquino decía que hay una adecuación entre el entendimiento y la cosa.  Si esa adecuación, entre nuestro pensamiento y los objetos, se da se está presuponiendo una realidad que ya está ahí, que es objetiva. Nuestro papel entonces está en descubrir esa realidad, redescubrirla, que nuestro pensamiento la saque a la luz. Nuestro papel consistirá en ser como la partera. Algo parecido a lo que hacía Sócrates con la mayéutica.

Esto nos puede llevar a seguir planteándonos si… ¿Es posible que las teorías éticas que refuerzan la creatividad y la autorrealización presupongan una realidad inventada al igual que hace el pragmatismo? Las teorías éticas que refuerzan la creatividad y la autorrealización defienden el uso, o mejor dicho, la consecución de la libertad, de la adecuación de los objetos y de nuestras acciones para conseguir nuestra felicidad. Crear es propio de seres libres.

¿Y qué ganamos o perdemos tanto con la teoría de la adecuación como con la pragmática?

-Con la teoría de la adecuación ganaríamos en objetividad ya que de ello depende la absoluta adecuación de lo que pienso con lo real. En el uso de los conceptos tendríamos las cosas mucho más claras ya que siempre habría coincidencia entre algo que decimos y los hechos. En este sentido mi pensamiento es verdadero cuando se corresponde con los hechos que describe. De otro modo estaremos mintiendo.

Sin embargo, con esta teoría perdemos todo tipo de creatividad por parte del sujeto, perdemos lo que el vivir, el entender la realidad. Vivirla es hacerla mía, darle mi perspectiva, acogerla bajo mi punto de vista como diría Ortega. Esta teoría da por supuesto que las cosas tienen en sí mismas una realidad independiente de mi conocimiento. Aunque, lo peor de todo es que muchos pensaron que esta realidad podía ser conocida en sí misma. Ni tan siquiera hablaron de que aunque ya estaba, nosotros podríamos descubrirla. Sin embargo, de algo de lo que no tenemos constancia no podremos percatarnos y, por lo tanto, no serán verdad alguna para nosotros.

-Con la teoría pragmática como correcta ganamos en que es un hecho el que nosotros formamos parte de la realidad, el hombre, al vivir, está integrado en un mundo, en una cultura, en un contexto, en una circunstancia como diría Ortega. Y al vivir, o mejor dicho, al tratar de vivir mejor, necesitamos cambiar la realidad que no nos deja vivir. La verdad es un invento realizado por nosotros, como seres inteligentes, para poder sobrevivir. Por lo tanto, tendremos que partir del buen uso que podemos hacer de nuestra inteligencia para llegar a la verdad. Las cosas ya no me vienen dadas. En el pragmatismo debe haber una verificación de la supuesta realidad, la verdad se hace cierta por los acontecimientos que la verifiquen. Debe haber un proceso para que las ideas sean validadas. Lo verdadero es lo útil, lo que descubro que puede tener su función en la experiencia. La teoría pragmática no se puede quedar en el plano teórico, la de la adecuación sí. La teoría de la adecuación es más racionalista y la del pragmatismo más empirista.

Con la teoría pragmática perdemos al destruirse todas las leyes objetivas, ya que aceptamos como verdadero cualquier cosa que nos agrade. Si cambiamos las cosas, si inventamos la realidad puedo posiblemente cambiar mi punto de vista a la hora de verla pero en modo alguno la realidad misma. Cuando yo escucho a alguien decir que algo (el mundo) es así, lo primero que hago es cuestionarme si aquel que lo dice no es el primer beneficiario de que las cosas sean como él las dice. Es una subjetividad utilitarista, en función de los intereses y del egoísmo de quien la expone. Con la teoría pragmática reniego a lo absolutamente verdadero, no puedo hablar del hombre absolutamente sabio. Tendremos que vivir con la verdad de hoy y estar dispuestos a llamarla falsedad mañana. En esto creo consiste la verdad: en vivir hacia adelante y en comprender hacia atrás. El pragmatismo mira hacia el futuro y la teoría de la adecuación, entendida de un modo racionalista, se orienta hacia una eternidad pasada

Llegados a este punto, se hacen necesarias las correspondencias entre una adecuación objetivista y una teoría pragmática como subjetivista.

¿Puedo considerar la teoría de la adecuación como objetivista? Si lo que descubro se tiene que corresponder con una realidad que ya estaba ahí, objetiva, la misma para todos, si es una verdad universal y eterna, tiene que estar fuera de toda perspectiva. Sin embargo, compartimos con Ortega que el objetivismo es incorrecto porque todo conocimiento depende de un punto de vista. Por lo tanto, el conocimiento es múltiple y depende de  la unión de todas las perspectivas.

¿Puedo considerar la teoría pragmática como subjetivista? Podría ser, porque las expectativas serán diferentes para cada uno. La expectativa depende del sujeto pero el subjetivismo me puede llevar a un relativismo y, por lo tanto, no se podría alcanzar nunca la verdad. Por el contrario el pragmático confía en que puede alcanzar la verdad; lo que ocurre es que no habría una sola verdad sino tantas como expectativas diferentes.

Entonces… ¿Puedo considerar algo parecido las expectativas y las perspectivas?

De nuevo, nos apoyaremos en Ortega ya que para él la realidad tiene como muchas caras, como si veo una escultura desde muchos lados. Si el espectador cambia de lugar cambia la perspectiva. Pero, y en esto se diferencia del perspectivismo, si el espectador es sustituido por otro, situado en el mismo lugar, la perspectiva no varía. Para Ortega la realidad es múltiple, hay muchos paisajes y todos verdaderos. La realidad no se puede ofrecer de modo idéntico a distintos espectadores, entre otras cosas porque depende del espacio y del tiempo en que esté para cada uno. Si una perspectiva pretende ser la única será falsa. Esto sería el racionalismo puro. Por eso Ortega propone una razón que acepte esa visión perspectivista de la realidad, la que él llama razón vital e histórica. La razón vital nos muestra que las diferencias individuales, las de cada pueblo, las de cada momento de la historia, no son impedimento para alcanzar la verdad, sino el medio de lograrlo. Cada uno de nosotros somos un punto de vista esencial. Y, entonces… ¿No coge Ortega, cuando dice esto último del “descubrimiento”, de cada uno de nosotros, de la teoría de la adecuación? La diferencia esencial es que Ortega no ve una única realidad sino múltiples. ¿Mi punto de vista no es mi descubrimiento particular del objeto?

-Ortega y Gasset, J. La rebelión de las masas, 1939. Austral. Buenos Aires
– “ Ideas y Creencias 1964. Austral. Buenos Aires
– “ Obras completas, 1983 Alianza Editorial. Madrid

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