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Parto de la premisa de que, en principio, todo está interrelacionado de una u otra forma. De este modo, la naturaleza nos está devolviendo el maltrato a la que la estamos sometiendo: calentamiento global, contaminación, catástrofes naturales, borrascas con nombres de mujer (ya era hora de que se nos nominase en algo) o virus que se están haciendo tan fuertes que parece que van a acabar con los superhombres que nos habíamos creado, con los poderes financieros y económicos a nivel mundial. Quizás sea el momento de analizar que estas luchas de dominio del mundo, que las separaciones y fronteras ya no tienen sentido, que tendremos que luchar todos unidos en aras a un Universo de y para todos.

Este sentido de Universo, entendido etimológicamente como el todo vertido hacia la Unidad, es lo que nos va a llevar a superar el atomismo, la separación, el individualismo, el “homo homini lupus” de Thomas Hobbes. Lo subjetivo depende de las individualidades, implica separación, y el objetivismo unión.

El relacionismo se acerca más al objetivismo, sobre todo por su idea de llegar a la unidad, aunque no nos quedemos con la búsqueda de una única Verdad. Y si llegásemos a ella diríamos que solo se puede hacer conectando los diversos conocimientos que nos lleguen a través de las distintas disciplinas del conocimiento: ciencia, historia, filosofía, etc. Todos estos conocimientos están cohexionados. De ello, es una buena muestra la conexión tanto de los conocimientos como de las redes sociales a través de internet.

Desde este punto de vista… ¿Podremos explicar, por ejemplo, el S. XVIII tan sólo desde un punto de vista? Rotundamente no. Tendremos que conectar los conocimientos ilustrados a través de la filosofía, de la literatura, de la historia, de los avances en la industria, etc. No se trata de separar, de desmembrar conocimientos, sino de conectarlos, de coserlos. Es lo que trató de hacer el enciclopedismo en esa época. Aunque la realidad posterior es que lo que ha hecho la especialización científica ha sido separar conocimientos, atomizar. Esa especialización tiene su lado positivo, porque ha permitido mayores avances en la ciencia, pero por otro lado nos está haciendo menos humanos, más egoístas.

Tendrá que acentuarse la inminente segunda pandemia para que aunemos voluntades en torno al bien común. Solo, de este modo, la especialización y los avances científicos y médicos podrán tener un mismo y único objetivo: salvar a una humanidad que se encuentra desmembrada.

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