Dirigida por Jean-Marc Vallée, cuenta la verdadera historia de Ron Woodroof, un estafador de Dallas en 1985 cuya vida se desmorona repentinamente cuando descubre que es VIH positivo y que solo le pronostican 30 días de vida. Su desesperación por obtener los escasos tratamientos disponibles en ese momento le lleva a cruzar fronteras y regresar con medicamentos no certificados por la sanidad americana (Zidovudina o AZT) para ayudar a combatir la enfermedad en un proceso que va en contra de las prácticas médicas habituales. Dallas Buyers Club ofrece una visión profunda del estigma social y el dolor al que están sometidos los homosexuales y las personas infectadas por el VIH/Sida, así como las diferentes construcciones de poder estructurales existentes en el entramado médico.

La medicina es una construcción social compuesta de creencias y prácticas que solo son posibles cuando son sostenidas y llevadas a cabo por miembros de una sociedad organizada con alta división del trabajo y especialización. En este sentido, desde la perspectiva antropológica existe una abundante investigación sobre lo que entendemos por enfermedad y sus diferencias, la lengua española no dispone de palabras que distingan estas singularidades por lo que en antropología de la salud se utilizan los términos en inglés cuyo idioma diferencia los conceptos entre disease, illness y sickness (enfermedad, padecimiento y disfunción social, en ese orden). La noción de disease se refiere a la dimensión psico patogénica o biológica de la enfermedad; illness hace referencia a la dimensión cultural, es la respuesta y la experiencia humana a ésta; y, sickness capta las dimensiones sociales del proceso (históricos, económicos o sociales) que disease e illness lo hacen de manera individualizada. En la película se aprecian los primeros dos conceptos, pues se observa que el personal médico confía en la ciencia para combatir la enfermedad al atacar las células infectadas (disease) mientras que Ron se convierte en un activista que se enfoca en la enfermedad en las comunidades (illness).

Matthew McConaughey y Jared Leto ofrecen actuaciones dignas de un Óscar en la asombrosa historia de un cowboy sureño con VIH y una activista transgénero. El papel de Ron, interpretado por el magnífico McConaughey, experimenta el desarrollo del personaje de muchas maneras, pero la más importante es su transformación de un libertino egocéntrico a un destacado activista en la lucha contra el Sida. En la cultura estadounidense de la década de 1980 en la que vive Ron, el estigma y la discriminación contra la homosexualidad está tan descaradamente presente como la discriminación contra las personas infectadas por el VIH. Ron es en un inicio un personaje rudo, un cowboy drogadicto y mujeriego que no tolera a los homosexuales. Dallas Buyers Club encuentra su antídoto para estas debilidades a través del personaje de Rayon interpretado por el polifacético Leto, un luchador transgénero que sufre de VIH a quien Ron conoce en el hospital. Debido a las terribles circunstancias y porque Rayon puede vencer a Ron en el póquer (entiéndase el póquer como un juego de hombres), Ron deja que Rayon le enseñe a dejar de lado algunos de sus prejuicios. Es en esta relación donde cobra un especial sentido social, ya que Ron pasa de protagonizar un rol de poder en el que es aceptado socialmente a protagonizar un rol vulnerable en el que es denigrado e insultado a gritos de Fag! (maricón) por su propia familia y amigos de rodeo, despedido de su trabajo y desahuciado de su hogar. El director logra plasmar todos los factores que propician la exclusión, las consecuencias sociales que acarrean y los diferentes elementos que componen ser positivo de VIH, ya que el deterioro que produce el Sida no solo concierne a la salud sino también al deterioro psicológico, emocional y social que padecen las personas a lo largo de todo el proceso por el que se transita junto a la enfermedad.

Tras una serie de acontecimientos, Ron decide cruzar México en busca de los fármacos que prometen aliviar los síntomas del VIH no reconocidos en Estados Unidos por la comunidad médico-farmacéutica. Por ello, al regresar establece un club de compradores enfermos de VIH por el que cobra una cantidad de dinero por ser miembro y así poder adquirir los medicamentos a la vez que Ron, desde una evidente perspectiva capitalista, descubre la oportunidad de ganar dinero rápidamente a través de una necesidad básica no cubierta y esencial como es la salud. A medida que aumentan los miembros del club, Ron consigue ganarse su lealtad y desacredita los métodos del hospital. Este problema de ética política en la comunidad médica se visibiliza como una organización culturalmente estandarizada perteneciente a los dominios sociales de poder e interés que se manifiesta en la inequidad humana como el resultado de una distribución desigual de la pobreza. Vallée consigue evidenciar que la biotecnología conduce a nuevas estructuras de desigualdad debido a las formas en que las empresas farmacéuticas distribuyen los medicamentos que podrían salvar la vida de una persona, pues aquellas con menos recursos tienen más probabilidades de sufrir y de que su sufrimiento sea silenciado. Esto último queda muy claro especialmente hacia el final de la película cuando Ron y Rayon hablan sobre el significado de tener una vida normal concluyendo ambos que ésta no existe. La evolución completa del personaje de Ron de persona lucrativa a una más caritativa llega al final de la historia incluso su capacidad para tratar a los clientes del club de compradores como seres humanos dignos es una portentosa transformación en gran parte forjada por el afecto que siente por Rayon.

Mientras que Ron puede ser un reflejo de los términos de identidad americana, sexualidad y masculinidad, Vallée desarrolla en la película otro elemento importante como son las desigualdades existentes contra el colectivo LGTBI visibilizando la amenaza que supone contra los derechos humanos basados en la orientación sexual o su identidad de género. Si bien es cierto que la comunidad LGTBI siempre ha sido un grupo injustamente vilipendiado por diversos sectores de la sociedad, el VIH/Sida fue otro factor añadido como método de culpabilización de la víctima a una epidemia hasta entonces en desarrollo investigador, en otras palabras, la víctima infectada por VIH sufría en soledad el desprecio y repudio constante de una sociedad desalmada que le culpaba de su propia enfermedad.

En el inicio de la película, Vallée presenta una alegoría de la historia que el director quiere narrar a través del toro y su simbología. Comienza con un toro de rodeo conquistando a su jinete que simboliza la enfermedad y la vida de Ron y termina con él montando el toro con control y confianza lo que demuestra cómo Ron vence la enfermedad simbólicamente, vence sus miedos y se hace cargo de su propia vida, pudiendo ser capaz de vivir la llamada vida normal a pesar de que siempre convivirá con el VIH.

Comentarios

comentarios