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Si en la Tierra hay algo parecido a un paraíso para los amantes de los libros, sin duda es Islandia. En este país, considerado el tercero más alfabetizado del mundo solo después de Finlandia y Noruega, el 93 por ciento de la población lee al menos un libro al año, y un 10 por ciento publicará un libro a lo largo de su vida. Si para casi todo el mundo la Navidad comienza cuando se escucha All I Want for Christmas de Mariah Carey, para los islandeses esta fiesta empieza con el reparto del Bokatidindi, un catálogo en el que aparecen todos los libros nuevos publicados en el país. Sí, mientras en el resto del mundo recibimos los catálogos de Ikea, la Asociación de Editores de Islandia se encarga de que en cada hogar haya un catálogo con las novedades literarias del año.
Así comienza la tradición del jólabókaflóð, en la víspera de la Navidad islandesa. Pero, ¿qué es el jólabókaflóð? El Jólabókaflóð (la pronunciación es yo-la-bok-a-flot), o también conocido como «Yule Book Flood», se originó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las importaciones extranjeras estaban restringidas, pero el papel era barato. La población de Islandia no era lo suficientemente grande como para soportar una industria editorial durante todo el año, por lo que los editores comenzaron a inundar el mercado con nuevos títulos en las últimas semanas del año. Esto hizo que regalar libros se volviera algo habitual, y de ahí pasó a ser casi obligatorio.
Si bien regalar libros no es exclusivo de Islandia, la tradición de intercambiar libros en Nochebuena y pasar toda la noche leyendo sí se ha convertido en un fenómeno cultural propiamente islandés, que ahora ha empezado a exportarse fuera de sus fronteras. En los últimos años, las redes sociales han hecho que la idea se extienda a amantes de la lectura de todo el mundo. Desde La piedra de Sísifo, desde luego, siempre lo hemos tenido claro y nos sumanos sin vacilaciones al jólabókaflóð: si tienes que regalar algo, mejor que sea un libro.
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