El tiempo que el COVID-19 sobrevive en el papel es muy variable, desde unos minutos hasta varios días dependiendo de la cepa. Esto, para las bibliotecas, ha supuesto un auténtico reto. En Japón bibliotecas de todo el país lo han solucionado instalando máquinas de rayos uva, cuya luz ultravioleta tarda unos treinta segundos en esterilizar un libro.

Muchas bibliotecas, como la de Narimasu en Itabashi, al norte de Tokio, ya tenía una de estas máquinas instalada desde 2018, pero en las circunstancias actuales se está utilizando tres veces más. Son los mismos clientes los que usan la máquina, que se encuentra junto al mostrador de entrada, una vez que han sacado un libro y más tarde cuando lo devuelven. Aunque su uso no es obligatorio.

Aunque en Japón no ha habido la cantidad de casos y de muertes por COVID-19 que en otros países del mundo, ya han entrado en la tercera ola. Hasta el miércoles pasado, en el país se han dado 167.330 casos de coronavirus y 2.458 muertes.

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