El gobierno húngaro, que es conocido por su hostilidad hacia el colectivo LGBT, ha escrito un nuevo capítulo en su historia de intransigencia hacia la diversidad: amparándose en la necesidad de proteger a los consumidores, ha obligado a una editorial a que añada una advertencia que indique que el libro contiene «comportamientos incompatibles con los roles tradicionales de género». El libro en cuestión, elaborado Labrisz, una asociación LGBT, es una antología de cuentos de hadas titulada Wonderland es para todos, que incluye algunas historias con esta temática.
En el volumen encontraremos, por ejemplo, una historia sobre dos príncipes que se casan, una Blancanieves de piel oscura o cuentos protagonizados por minorías, como gitanos o personas con discapacidad, pero tratados desde un punto de vista positivo. El objetivo de la antología, dicen sus creadores, es enseñar a los niños a ser respetuosos con toda clase de personas. Sin embargo, esto contrasta con la visión del gobierno, que en un comunicado oficial ha dicho que «el libro se vende como un cuento de hadas en su portada y está diseñado de tal forma, pero oculta el hecho de que representa un comportamiento incompatible con los roles tradicionales de género».
El libro se hizo conocido cuando un político de la extrema derecha destrozó un ejemplar en una rueda de prensa. Además, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, que ha adoptado una política cada vez más hostile hacia los grupos LGBT, calificó el libro de «propaganda homosexual» el año pasado. Por su parte, Labrisz, junto con Hatter, otro grupo en favor de los derechos de los homosexuales, dijo que demandaría al gobierno por la obligación de poner la advertencia, algo que describió como discriminatorio e inconstitucional.
Este es solo un episodio más, tal vez significativo por lo que tiene de simbólico, en la trayectoria homofóbica del gobierno húngaro. En mayo, se votó para poner fin al reconocimiento legal de las personas trans y en noviembre, se enmendó la constitución para declarar que en una familia «el padre es un hombre y la madre es una mujer», lo que significa que las parejas homosexuales y trans ya no pueden adoptar niños.
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