Enseñar inglés a los niños puede ser un verdadero desafío. Algo que los identifica es la facilidad con que suelen distraerse. Sin embargo, el potencial infinito de aprendizaje de estos hace que la enseñanza del inglés se vuelva una tarea divertida. A edades tempranas, se ha comprobado que es mucho más sencillo que aprendan otro idioma.
La apasionante labor de enseñar inglés se debe ver desde otra perspectiva a la hora de enseñar a niños. En estos casos, es necesario implementar todo tipo de estrategias para que las clases se conviertan en todo un gratificante éxito. No solo para el educador, sino también para los pequeños aprendices.
Dinámica y diversión
Si trabajas con niños el reto es mantenerlos enfocados sin que se aburran mientras aprenden. Con los idiomas es fundamental mantener un ambiente dinámico y divertido. Traer palabras nuevas en otra lengua que en principio no entienden puede hacer que pierdan el interés de inmediato. Y con esto, el control de la clase si no se implementa una buena dinámica.
No es necesario que tener credenciales de cursos y experiencia en pedagogía para crear una estratégica divertida. Lo ideal es mantenerlo simple pero motivador. Se necesita mucha energía, movimiento, expresiones divertidas y gestos cautivadores. Las actividades de canto, baile, juego con formas y los colores son algunas de las posibles opciones.
Si se cuenta con herramientas audiovisuales, no hay que dudar en aprovecharlas al máximo. Los videos e imágenes, sobre todo de caricaturas, suelen tener un efecto positivo al momento de captar su atención. La tecnología abre un mundo de posibilidades muy amplio para la enseñanza del inglés, especialmente a niños.
Comienza por lo básico
Al enseñar inglés a niños que nunca han tenido ningún contacto con el idioma inglés, se debe empezar por lo más simple y básico. Las primeras lecciones se enfocan en el abecedario en inglés, los saludos y presentar su nombre. Aunque parezca poco, ya con eso se tiene bastante contenido para trabajar por un par de clases. La estrategia es hacer que el mismo contenido llegue de todas las maneras posibles hasta que se haya consolidado.
Se crean tarjetas coloridas de tamaño adecuado que puedan ser fácilmente visibles a cierta distancia por todos. En cada tarjeta se escribe la letra, palabra o frase que se quiere enseñar. A la vez, asociarla con otra tarjeta donde sólo aparezca un dibujo representativo de la misma. Solo queda invitar a los niños a conectar la palabra con su imagen y estimular su aprendizaje a través de la asociación. Cuando se muestren las tarjetas, pronunciar el sonido en inglés para que ellos luego repitan cada vez.
Repite con creatividad
La clave es la repetición pero no monótona ni aburrida. Se puede jugar con caras graciosas y tonos de voz divertidos para animar a los niños a repetir. Un truco es jugar con la voz para enseñarles a pronunciar las palabras o frases en inglés que se buscan enseñar.
A los niños les divierte mucho los gestos graciosos y el actuar. Acompaña el aprendizaje por repetición con juegos de desafío y recompensa. Así se estimula su participación. A la vez repite una y otra vez el mismo contenido presentado creativamente en distintas formas hasta que sea aprendido.
Aprende jugando
Convierte la clase en un jardín de juegos. Que no sientan que están en una escuela si no en un lugar de recreación. Organiza actividades que despierten sus inteligencias. Se pueden esconder objetos que representen la palabra o frase que quieres enseñar.
También mostrarles un objeto, indicando su pronunciación. Luego se esconde, instruyendo a los niños a ir en su búsqueda en cuanto se pronuncie el sonido en inglés. Las actividades de movimiento estimularán su aprendizaje de otro modo. Así, se divierte el educador enseñando mientras los niños se divierten aprendiendo inglés con estos prácticos trucos. Dejando volar la imaginación se pueden idear un sin número de estrategias efectivas para la enseñanza de este idioma.
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