Heathen llega en un segundo volumen, cuya lectura se me ha retrasado por cuestiones navideñas y de acumulación de lecturas, pero más aún porque había olvidado algunas de las claves de su primer volumen, por lo que he cedido leer esta segunda parte tras releer la primera.

La vikinga expulsada de su pueblo por besar a otra mujer Aydis, animada por la diosa del amor Freyja, navega a mar abierto para llegar hasta Heimdall, la entrada mágica a la tierra de los dioses. La travesía es complicada y, para sobrevivir al peligroso viaje, la brava pagana necesita la ayuda de una variopinta tripulación de mujeres-pirata y sirenas devoradoras de hombres. Mientras tanto, la valquiria maldita Brynhild y Freyja están socavando el poder de Odín, poniendo a prueba la paciencia del dios-rey y arriesgándose a sufrir su ira.

Una contribución a los cómics queer que habla de identidad, de lucha y de amor y que, para la crítica cultural Eva Cid, nace de la necesidad de su autora de “cuestionar los límites y jerarquías del mundo de los hombres y de los dioses”.

La propia autora define la obra como un “cómic feminista lesbiano vikingo”, algo que podría parecer una provocación, pero es un fiel reflejo de lo que encontrábamos en la primera parte. Un cómic aquel más centrado en la acción que esta continuación, que sí que se centra en el desarrollo personal de la protagonista, una vikinga expulsada de su aldea por su identidad sexual y perseguida por los dioses. Una combinación entre aventura, mitología y revelación sexual.

Esta serie de Natasha Alterici pone el foco de atención en Brynhild, personaje al que conocimos bien en la primera parte, por lo que en esta segunda la narración se centrará en los peligros que la acechan, y de los que ella no es consciente, y en la propia aventura, protagonista indiscutible. Sin que por ello abunden las escenas de acción (que no lo hacen), la trama avanza hacia delante con la protagonista teniendo que atravesar el mar del norte, y aliándose con unas piratas liberadoras de esclavos para ello. La ayuda de unas criaturas perversas, la ira de Odín, las luchas de poder… En el segundo volumen de Heathen la narración se vuelve más sosegada, como corresponde a un momento de la historia en que nos tomamos un momento para coger fuerzas y lanzarnos de nuevo a la acción.

El dibujo es lo que más destaca en Heathen. Aunque sus diálogos y premisa argumental acompañan, sin duda los lápices de la autora destacan por encima del conjunto, así como una elección del color que acompaña un paisaje frío. Se transmite en cada página el imaginario del folclore vikingo, la mitología entorno a Odín y las grandes gestas. La voz de la protagonista va adquiriendo una mayor y más marcada personalidad, mientras que se prescinde del relleno que acusa la primera parte.

Resulta interesante aquí la dicotomía entre el paganismo y el cristianismo, que se viene introduciendo desde el tomo anterior, y que comienza a desarrollarse más aquí. De forma sutil, eso sí, como todo lo que tiene que ver con la historia como tal. La autora no parece interesada en retratar una época ni darnos una lección de historia, sino en escoger un escenario atractivo para el tipo de historia que quiere narrar: una sobre una mujer guerrera, lesbiana y perseguida por ello.

La narración resulta ágil, los textos hacen un buen trabajo complementando los dibujos, y el conjunto se vuelve más visual que la primera parte, algo que se agradece. La paleta de colores no varía demasiado, y los lápices se mantienen a un nivel sobresaliente. Heathen es una obra trabajada, al menos en su vertiente puramente estética, si bien su guion parece querer despuntar a cada momento y se esfuerza por sorprender, aunque a veces cae en la complacencia y en algunos tópicos que echan por tierra las sorpresas.

No es que los amantes de la serie Vikings o del videojuego Hellblade vayan a encontrarse con un rico valle inexplorado, pero Heathen no les habla a esos (posibles) lectores: es ante todo una historia femenina y feminista, LGTB y con toques de magia y aventura. Una lectura ligera y entretenida que no hace grandes alardes, pero a la que no se le pueden reprochar grandes fallos. De la siguiente parte espero algo más de riesgo en su narración y unos toques de acción que le sentaron bien al primer volumen.

Podéis leer un avance aquí.

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