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A menudo leemos y escuchamos que Internet es una gran fuente de información y también que es una gran fuente de conocimiento. Sin embargo, aunque haya personas que utilicen ambos términos como si fueran sinónimos, existe una distinción bastante manifiesta ente ellos.
Por una parte, está la «información», que proviene del término latino informatio, que significa «concepto, esquema o idea», y de informare, que significa «instruir, educar o dar forma a algo». Esta se refiere a hechos o datos, que en forma de palabras, números o símbolos se obtienen a través de trabajos escritos ‒libros, revistas, periódicos o Internet‒, escuchando ‒conversaciones, entrevistas o conferencias‒ o a través de la observación directa ‒como puede ser en experimentos‒. Estos hechos se pueden presentar de una manera concreta, con una estructura o un orden, para que sean útiles de cara a algún propósito específico. Es lo que ocurre, entre otros tipos de información, con los datos del censo. A esta información se le presupone integridad, relevancia, precisión y validez, aunque no necesariamente tiene por qué ser siempre así. No es el caso cuando se dice, por poner un ejemplo, que la tierra es plana.
Por otra, está el «conocimiento», del latín gnoscere, que significa «llegar a conocer» y del griego gnosis, que significa «comprensión o indgación». Esta se refiere a las conclusiones o percepciones que se deducen de la experiencia, de la educación, de la intuición o del estudio de la información, o de todos ellos al mismo tiempo. Los conocimientos, a su vez, pueden ayudar a tomar decisiones adecuadas o acciones específicas.
En resumen, mientras que la información presenta hechos y cifras, es el procesamiento de esos hechos y cifras lo que conduce al conocimiento, es decir, a la comprensión de un tema. Frente a la transmisión de información, que es algo relativamente fácil y económico de hacer, la transmisión de conocimientos es un proceso más complejo, puesto que no es tan fácil replicar los conocimientos que se adquieren a partir de la intuición, la experiencia y el estudio. No, información y conocimiento no son ni mucho menos lo mismo, aunque sí tienen algunos puntos de confluencia. Al fin y al cabo, todo conocimiento es al mismo tiempo información, aunque, y eso es la clave, toda información no es necesariamente conocimiento.
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