Friedrich Wilhelm Nietzsche (Fuente).

La relación Hegel-Nietzsche es digna de atención por las polémicas que ha suscitado y por la importancia que merece la etapa juvenil en la formación de Hegel, al punto que uno de los más destacados investigadores de su obra, Georg Lukacs, filósofo y crítico literario húngaro, le dedicó su libro El joven Hegel (1948).

Es frecuente escuchar en las aulas universitarias, en conferencias, foros, etc, el desagrado de catedráticos y profesores consagrados al estudio avanzado y sistemático de Hegel, su molestia inmediata por la comparación de Hegel con un filósofo de carácter irracionalista, como ha sido calificado Nietzsche. Esto lo confirma Georg Lukacs, en otro de sus conocidos textos, El Asalto a la razón(1ª edición): «Son muchos los profesores de filosofía que reprochan a este pensador el no haber llegado a construir un sistema, razón por la cual se niegan a incluirlo entre los filósofos. Nietzsche, por su parte, se declara resueltamente contrario a todo lo que sea sistema».(1959: 260). Sin embargo, el mismo Lukacs advierte que bajo el estilo aforístico de Nietzsche, puede descubrirse también una cohesión sistemática. (Ibid: 262)

Esto resulta comprensible si se entiende que estos profesores y pensadores de filosofía han estudiado y asimilado en forma avanzada el sistema hegeliano, en todo su cuerpo de ideas racionalistas idealistas en la Fenomenología del espíritu, la Ciencia de la lógica, y La Filosofía del derecho y lo consideran, con razón, los elementos fundamentales de su sistema, apartando la etapa juvenil de la formación de Hegel, punto donde entendemos que se ubica la coincidencia, sin que esto signifique la invalidación de su posición racionalista.

En efecto, la coincidencia de puntos de vista entre ambos filósofos se ubica en la etapa juvenil para Hegel. Para algunos autores resulta notable la similitud entre el pensamiento del Joven Hegel y Nietzsche (Maresca, Silvio. s/f: 10).

Utilizando la expresión de Georg Lukacs, la trayectoria de ambos pensadores se puede calificar de «paralelismo divergente», especialmente para Hegel, quien en su etapa juvenil, entre los 17 y 30 años, desarrolló una obra filosófica de gran importancia por su aporte e influencia en saber teológico-religioso de su tiempo y en algunos aspectos de su obra posterior, al punto que Lukacs lo califica de «periodo teológico» (1970: 35). Lukacs, coloca entre comillas este periodo, para atacar-hecho que compartimos- lo que él considera como falsificaciones históricas hacia Hegel, por parte de algunos filósofos, como Dilthey, que que utilizan este periodo del pensamiento de Hegel para calificarlo de irracionalista, calificación falsa para Lukacs, ya que Hegel no concibió la religión en un sentido místico, sino en un sentido moral vinculado con la libertad del hombre. (Lukács G. 1970: 22-24), la cual tiene su fundamento en la doctrina moral de Kant y en la religión del pueblo griego, respectivamente.

El caso de Hegel, a diferencia de Nietzsche, después de los treinta años de edad, entra de lleno en el desarrollo de su conocido sistema filosófico idealista -racionalista hasta el final de su vida, con sus conocidos y brillantes textos filosóficos, claramente diferenciados de esa primera etapa juvenil. Por su parte el caso de Nietzsche, su formación y proceso de aprendizaje, desarrollo y aporte filosófico, es mucho más lineal y acorde con las normas de su época, en el sentido de la realización de sus estudios primarios y secundarios, su ingreso a la universidad en los estudios de teología y filología, hasta catedrático de la Universidad de Basilea, donde comenzaron a publicarse sus ideas a través de sus muy difundidos textos que invocan sus temas más importantes, como el superhombre, el eterno retorno, la muerte de Dios, la voluntad de poder,que desarrolla a lo largo de su vida.

Es obvio que Hegel también cumplió su etapa de estudios primarios, secundarios y universitarios. Sin embargo, un aspecto que lo diferencia de algunos de sus discípulos en su etapa formativa, es haber entrado a temprana edad en el seminario teológico de Tubinga, que aunque no fue decisivo en su formación, dejó cierta influencia en su quehacer religioso.

De acuerdo con R. Kroner, los escritos del joven Hegel, si bien muestran signos de su educación académica, prueban en creciente escala la influencia directa del movimiento que surgía. Especialmente en los libros y opúsculos del filósofo, teólogo y crítico literario alemán, J.G. Herder, donde le indicaba que la razón estaba animada por sentimiento y la reflexión por la intuición (1981:18) De su admiración por el pueblo griego, al igual que sus discípulos, Holderlin y Schelling, que veneraban el mundo griego por haber alcanzado «una civilización elevadamente humana, basada sobre la libertad política, la sabiduría filosófica y la perfección artística». De allí su admiración por la religión griega y la comparó con la religión cristiana, destacando su amplio contraste. Así, de acuerdo con las ideas de Herder comenzó a aceptar la religión griega, llamada «religión del pueblo». pues coincidían con los ideales exaltados por el romanticismo de entusiasmo y fantasía. Para este momento Hegel tiene una concepción clara de lo que debe ser la religión, basado en su desacuerdo con la religión cristiana. La religión no debe ser teológica, es decir, no apegada al dogma, ni a la memoria; ni supramundana;ni exaltar el sufrimiento, ni el martirio; ni clerical; ni escolástica, ni individual. En suma debe ser «un poder viviente que florece en la existencia real de una nación, en sus hábitos, sus ideales, costumbres, acciones y fiestas, en sus corazones y la voluntad, en sus hazañas, así como también en su imaginación (….) ha de cultivar el sentimiento de la belleza como hizo la religión griega». la cual no tenía ni sistemas teológicos, ni instituciones eclesiásticas, ni reglamentos, ni credo, ni dogma, ni normas morales codificadas, ni templo, ni teología.(Ibid: p.p:19-20).

Más tarde Hegel entra en contacto con la filosofía de Kant, en el terreno moral, con su texto de la Crítica de la razón práctica y profundiza y diferencia claramente a las dos religiones. La griega la concibe como humana y racional y la cristiana como institucional y legal, basado en un libro extranjero y en un dogma impopular, de donde surge el conocido concepto de «positividad», como crítica a la religión cristiana. De allí surgió su texto La positividad de la religión cristiana(1797-98).Este concepto aparece en Hegel gracias a su contacto con Kant, ya que la filosofía moral de Kant descarta todos los elementos de «positividad», en todas las religiones, por considerarlos de carácter históricos y no puramente religiosos La positividad se asocia con la historicidad. Aun cuando la religión griega tenía carácter histórico positivo, estaba más cerca de la libertad moral y la autonomía.Este texto de Hegel es anticristiano y antieclesiástico. Es hostil a las enseñanzas e instituciones cristianas. (Ibid: 22).Positividad significa para el joven Hegel ante todo la supresión de la autonomía moral del sujeto. En este sentido, esta concepción estaría íntimamente emparentada con la de la moral kantiana, y efectivamente contiene muchos elementos de ese parentesco (Lukács, G: 1970: 49).

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Fuente).

Donde se concreta la influencia de Kant en Hegel, fue en la obra de este, conocida como la Vida de Jesús(1795), donde éste aparece como maestro de la religión moral de Kant.Aqui Jesús aconseja acatar la ley de la moralidad y que la voluntad no puede ser afectada sino por la ley. Jesús dice: «se ordena amar a vuestros amigos y a vuestra nación (…) Respetad a la humanidad y aun a vuestro enemigo, si no podéis amarlo». La doctrina de Jesús se orientaba hacia una religión puramente moral, contra la superstición y la positividad. Sin embargo Jesús no pudo evitar la intromisión de los medios positivos en la religión cristiana, así que se introdujo el factor de la autoridad eclesiástica y la positividad en todas las instituciones religiosas. Para Hegel el mensaje de Jesús supera la división hombre- esclavo y unifica al hombre internamente. Es el sentido del perdón de los pecados y la redención por el amor divino. Es una interpretación del Evangelio y del dogma cristiano que culmina en la idea del amor. Es lo que Kroner llama «el panteísmo del amor» en Hegel, que ya prefigura los rasgos de su futura metafísica, porque ilustra la reconciliación de los opuestos supera el racionalismo, el emocionalismo y el empirismo unilaterales (1981:33).

Hegel siempre manifestó inquietud por el problema de la reconciliación de los opuestos, desde sus lecturas del Evangelio. El todo y las partes, lo universal y lo singular, lo finito y lo infinito y pensaba que la explicación de su reconciliación sólo era posible por la religión, y no por el pensamiento. Su etapa juvenil centrada en la religión y el espíritu están indisolublemente ligadas a su filosofía posterior, cuando aclara y afina su posición filosófica que la unidad original de todas las cosas, no es el objeto de una intuición mística, sino una verdad descubierta por la lógica. (Ibid:35). Hegel pensaba que muchas de las contradicciones de las cosas divinas, lejos de ser negativas para la comprensión permite captar la vida. Concluyó que ni Jesús, ni el amor, ni el espíritu pueden lograr la reconciliación como objeto de la vida y el pensamiento, asi que emprende un viraje hacia la religión griega por que expresa mejor la realidad de la unidad nacional, y hacia la religión protestante. (Ibid:44)

Todo este conjunto de ideas y conceptos influyeron en Hegel para constituir una actitud frontal contra el cristianismo y la iglesia católica romana, y comienza su viraje hacia la iglesia protestante, considerada como una mejor aproximación hacia una religión totalmente moral, exenta de los elementos positivos. Este viraje se concreta en su obra: El espíritu del cristianismo (1800), donde muestra una gran inclinación por la doctrina del Evangelio. El principio moral del Evangelio es la caridad, el amor, la belleza espiritual. Una belleza espiritual que combina el alma griega y la razón de Kant.

Hegel adopta la religión protestante porque es la que ha logrado la unidad entre lo universal y lo singular, que es la razón. Es decir la unidad entre lo temporal (finito) y lo intemporal (infinito). La religión anterior a la Reforma, la católica,mantenía separados lo temporal y lo intemporal, siendo cada uno indiferente al otro, quedando separados la voluntad del yo hombre y la religión. De ello resulta la desunión y la servidumbre. Lo temporal era considerado por la religión católica como incapaz de contener el bien. De allí que el bien se convertía en un más allá, en algo fuera de este mundo y sin posibilidad de realizarse o de ser realizado en él. En cambio, la nueva Iglesia, la Iglesia protestante, concibió una relación distinta entre el espíritu y lo temporal.La religión católica fue incapaz de unir lo temporal con lo intemporal. Y esta incapacidad se debe a su prejuicio de que lo finito es lo malo, incapaz de bien alguno (Vásquez E. 1992:107).

El punto de coincidencia más claro entre el joven Hegel y Nietzsche es la posición anticristiana y la admiración por Jesús de este último. Según Lukacs (Asalto a la razón) Nietzsche, al igual que Hegel, fue un gran admirador del mundo griego. Aunque aquí toma un camino diferente a Hegel, para asumir su posición anticristiana, al declarar su concepto de lo dionisíaco, cuando formula la contradicción entre lo socrático y lo dionisíaco, es decir, la contraposición entre la razón y el instinto, lo cual demuestra a las claras su concepción irracionalista (1959: 266) De este punto parte la concepción de la ética nietzscheana con la consigna de «la subversión de todos los valores» y para ello hace falta, ante todo, la liberación de los instintos. De allí parte su planteamiento de que toda religión, principalmente el cristianismo, toda filosofía, toda moral, se asignaban como misión contrarrestar la liberación de los instintos, reprimirlos,deformarlos, debilitarlos. Nietzsche se presenta así como un crítico severo de la moral teológica-cristiana pasada y futura. (Ibid: pp.281-282).

Fernando Savater confirma muchas de estas propuestas de Nietzsche, al considerar que sus antecedentes intelectuales se remontan a la Grecia presocrática y que para Nietzsche el cristianismo era exangüe, hipócrita, debilitado en teologias acomodaticias y prácticas hueras (2003:37-51). La posición central de Nietzsche contra el cristianismo, es que, esta corriente confirma la gran escisión entre dos mundos, uno alto y puro y otro despreciable.De acuerdo con esto su moral sería:los pobres, los débiles, los enfermos, los que carecen de grandes dotes físicas o intelectuales, los humildes, los que carecen de avidez y concupiscencia, son los herederos del reino de Dios, mientras que los fuertes, los ambiciosos, los concupiscentes, los que saben defenderse sin rezos y atacar sin compasión, los ricos, los sanos, los orgullosos, son los réprobos hijos de Satanás El reparto del mundo en un más allá glorioso e inmaterial y un más acá triste, sucio y material (Savater Ibid: 63).

La admiración de Nietzsche, por Jesús se expresaba en su criterio de que toda esta ética cristiana del resentimiento es debida a San Pedro y a la iglesia. Nietzsche no siente ninguna animadversión por Jesús, lo considera un «santo anarquista» que predicó sin resentimiento su doctrina de debilidad asumida,de dolor aceptado, de renuncia santificada. Fue un débil lúcido y como tal, se dio cuenta que lo mejor que un débil puede hacer en este mundo es acatar sus inevitables sufrimientos. (Ibid: 62). El aprecio de Nietzsche por Jesús, también se puede comprobar en su obra maestra, Así habló Zaratustra(1885), donde en uno de sus pasajes, Nietzsche presenta a Zaratustra seguido por sus discípulos en una situación parecida a la que los Evangelios narran de Jesús.(….) Véase, por ejemplo, el Evangelio de Lucas,8,1: «Jesús iba recorriendo una tras otra las ciudades y aldeas, predicando y anunciando la buena nueva del reino de Dios; y con él iban los Doce y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malos y enfermedades». (Zaratustra.p.46). Igual que Zaratustra,este pasaje describe las peregrinaciones y diálogos de éste con aquellos a quienes quiere convertir en sus discípulos. En cuanto a los evangelios, Nietzsche fue un gran cultor, donde a su vez se confirma su predilección por la iglesia protestante.Son innumerables sus citas a ellos, principalmente, el evangelio de San Mateo, basada en la versión de la Biblia de la traducción luterana,la cual Nietzsche conocía muy bien, «sustentada en la interpretación de la reforma protestante, considerada herética por la iglesia católica de Roma» (Wikipedia).

Tal como lo señalamos, la relación entre estos dos filósofos es de un «paralelismo divergente». Ambos coinciden en el ataque al cristianismo, su inclinación al protestantismo, y su admiración por Jesús, pero por razones diferentes. Hegel por afirmar su indagación de la moral y la libertad y Nietzsche «la subversión de todos los valores». Sin embargo, Hegel utiliza toda su etapa juvenil de estudio de la religión y la teología, sin caer en irracionalismos, como un inicio de lo que será todo el cuerpo de ideas que posteriormente conformarán su gran sistema filosófico racionalista-idealista.En cambio, Nietzsche inicia su ataque al cristianismo con preceptos irracionalistas y siempre se mantiene en ellos, a lo largo de toda su vida.

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