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Pocos son los libros que consiguen superar la prueba del tiempo. Desgraciadamente, el ciclo de vida de la mayoría de los títulos suele repetirse. Al final, tarde o temprano, dejan de venderse y caen en el olvido, aplastados por el incansable maremoto de novedades editoriales. Cuando eso ocurre, muchos de los libros acaban sus días en alguna librería de viejos, de artículos de segunda mano o en algún mercadillo. En el mejor de los casos, acabará cogiendo polvo en una vieja estantería, acompañado de otros ejemplares que correrán idéntica suerte. En el peor, serán condenados a la destrucción.
Ni siquiera el haber ganado un premio literario es garantía de poder escapar a ese destino. De los sesenta y dos libros que ganaron el premio Miles Franklin en Australia entre 1957 y 2019, veintitrés de ellos no están disponibles en formato digital, otros cuarenta no lo están como audiolibros, y diez son imposibles de encontrar en cualquier formato. Para tratar de remediar esta situación, intentando salvar parte del patrimonio literario australiano perdido, autores, investigadores y bibliotecas del país han puesto en marcha una iniciativa llamada Untapped: The Australian Literary Heritage Project. El objetivo es digitalizar al menos doscientos de los libros perdidos más importantes del país, para preservarlos poniéndolos en una red nacional de bibliotecas de forma que estén al alcance de las futuras generaciones.
Para poder encontrarlos, el equipo detrás del proyecto hizo un llamamiento a los lectores australianos para que indicaran libros culturalmente significativos y agotados, pero que todavía tuvieran derechos de autor vigentes, que es el estado en que se encuentran los libros condenados a esa especie de limbo. Después de mucho trabajo, la lista resultante se redujo a doscientos títulos, y a continuación se comenzó a contactar con cada autor y cada editorial para negociar los derechos. Una vez resuelto este problema, se inició el proceso de escaneo.
Este proyecto ha puesto sobre la mesa otro gran problema al que se enfrentan los escritores australianos. En la mayor parte de las ocasiones, las editoriales poseen los derechos de autor, pero no explotan las obras. Los contratos suelen durar todo el plazo que duran los derechos de autor, pero los editores no suelen poner a disposición de los lectores un libro a lo largo de toda esa duración. Muchos países solucionan este problema concediendo protección legal básica a los autores, que permite reclamar los derechos de autor cuando ya no se utilizan, algo que no pasa en Australia.
Los libros digitalizados por Untapped comenzarán a estar presentes en bibliotecas públicas y estatales de Australia a finales de este año, pero el objetivo final es expandir el proyecto y mantenerlo en funcionamiento a largo plazo, catalogando y aumentando la lista de libros olvidados. Además, se tratará de construir una infraestructura que no existe todavía y que permita ayudar a los autores a recuperar los derechos de sus títulos agotados, digitalizarlos y permitir que estén presentes en bibliotecas públicas, donde se difundirán a escala nacional.
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