La Programación Neurolingüística es una herramienta que se enseña en comunicación, siendo una suerte de guía para ayudar al receptor a través de “postulados” o ideas básicas, pero también la herramienta para manipular a un público a través del lenguaje, o bien para comprender a los oyentes de forma previa. De esta forma, la PNL también es el estudio de la mente y la conducta humana para saber qué factores condicionan la interpretación del mundo por cada persona, ya que cada uno tenemos nuestra propia “realidad”. Conociendo estos factores, podemos utilizarlos para cambiar la visión de una persona a través de la lingüística.
Esto es así porque el ser humano se adapta al medio, resolviendo problemas y aprendiendo a través del lenguaje. Los procesos neurológicos se codifican a través de palabras, que a su vez crean conceptos que llevan a ideas y teorías. Si nos fijamos, el mundo es tan amplio y complicado que para referirnos a lo que nos rodea utilizamos omisiones, generalizaciones y distorsiones casi de manera inconsciente. Estamos, por ello, limitados en la estructura de nuestra lengua materna, pero también compartimos estructuras comunes con otros lenguajes. Como decimos, se aplica a discursos y actividades de comunicación corporativa o marketing, pero también podemos pensar en aplicarla a la escritura para así aproximarnos más al lector.
“El mapa no es el territorio” según explicó Korzybski, padre de la semántica. La realidad de cada uno depende de su percepción, por lo que hay diversos modelos de realidad y no una verdad absoluta. “Las puertas de la percepción son sus sentidos” dijo Huxley, autor de Un mundo feliz, en un razonamiento que también inspiraría al poeta William Blake y a Chéjov, quien afirmó que “el hombre es lo que cree”. Shakespeare, por su parte, dijo que “No hay nada bueno ni malo, es el pensamiento el que lo hace así”.
La comunicación eficaz, la comprensión y el cambio se basan en entender estas percepciones ajenas. La escritura, por su parte, sirve para explicar la realidad de uno o varios protagonistas, con los que el lector puede no estar de acuerdo, pero aun así empatizar con ellos. La narración puede ofrecer contraejemplos que hagan recapacitar al lector. Esto se volverá más fácil si exponemos los puntos en común que pueda tener el protagonista con cualquier persona o con el perfil de lector que esperamos. Tendríamos, por tanto, que estudiar cómo lo han hecho los mejores escritores y ver de qué manera se estructuran sus frases, su prosa.
“El significado de mi comunicación se mide por la respuesta del receptor” Presuposición famosa dentro de la PNL. Los escritores medimos la eficacia de nuestras obras por las respuestas de los lectores.
La PNL afirma que nuestra selección de palabras indica nuestro sistema preferencial, es decir, si en nosotros influye más el sistema visual (lo que vemos), el auditivo o el cinestésico (movimiento). Si utilizamos más adjetivos como “bonito” o “claro”, estará primando lo visual. De esta forma, debemos fijarnos en cómo hablan los demás para saber qué sistema utilizar a la hora de escribir, concordando nuestros predicados con el de los lectores. Esta es la razón de que un orador o un escritor deban prestar atención a lo que dicen y observan sus lectores. Una técnica que ayuda a obtener feedback con el receptor es utilizando la paráfrasis, que consiste en repetir lo mismo pero con otras palabras, lo cual se puede utilizar en los diálogos entre personajes para dejarle claro al lector lo que queremos decir, siempre que nos estemos enfrentando a una idea clave (le damos énfasis) o un poco abstracta.
Otra idea bastante interesante que destila esta materia es que un lenguaje debe ser muy rico para poder representar el máximo número de experiencias, lo cual se estudia a través de la sintaxis. Ej. Si un personaje utiliza las omisiones para resultar misterioso, se van resolviendo sus incógnitas a través de las preguntas de otro personaje, sin perjuicio de los descubrimientos por medio de acciones.
Claro que en PNL hay muchas más técnicas interesantes que no pueden aplicarse a la literatura, pues no se ve la reacción del lector mientras se escribe la trama, sino después y de manera no inmediata. Por ejemplo, en las terapias hipnóticas de Erickson, este utilizaba un lenguaje muy vago e impreciso para que los pacientes le dieran su propio significado, entrando así en su subconsciente. También usaba muchas metáforas para identificar algo real a través de algo imaginado, dato que sí podemos aplicar a la literatura. Otra manera bastante original de ahondar en este plano o en los recuerdos es tratar de re-experimentar algo asociándolo con un dato similar del pasado (con imágenes si queremos recordar un sitio, por ejemplo).
De todos modos, la PNL es algo bastante experimental y no universalmente aceptado ni entendido, y se utiliza sobre todo para convencer con discursos, marketing y quizá, libros de autoayuda, pero es interesante nombrarlo, aunque muchos apliquen algunas de estas técnicas de manera intuitiva. Otros post que podéis visitar para entender más sobre el tema:
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Aprende a escribir para persuadir a los demás por Rosa Morel para La piedra de Sísifo: https://acortar.link/hNtyAS
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Neurolingüística y literatura, por Olivia de la Torre, con ejemplos de obras como Alicia en el País de las Maravillas: https://acortar.link/oyWev1
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¿Qué es la programación neurolingüística? Por Maribel Abad, correctora y escritora: https://acortar.link/7uTRZw
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Influencia de la programación neurolingüística en la calidad del aprendizaje significativo de Lengua y Literatura en docentes y estudiantes, por Ángel Baño (trabajo): https://acortar.link/KSw5Gc
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