Gótico, de Silvia Moreno-García, o Mexican Gothic en su título original (y que ha dado mucho que hablar) ha ido cosechando éxitos desde que se publicara originalmente en inglés hasta su llegada a costas hispanoparlantes. También ha cosechado polémicas. Vamos con una novela de terror que se mira en los clásicos:

Tras recibir una extraña carta de su prima recién casada, Noemí Taboada se dirige a High Place, una casa en el campo en México, sin saber qué encontrará allí. Noemí no parece tener dotes de salvadora: es glamurosa, más acostumbrada a asistir a cócteles que a las tareas de detective. Pero también es fuerte, inteligente y no tiene miedo: ni del nuevo marido de su prima, un inglés amenazante y seductor; ni de su padre, el antiguo patriarca que parece fascinado por Noemí; ni de la casa, que empieza a invadir los sueños de Noemí con visiones de sangre y fatalidad.

El único amigo que Noemí encontrará es el hijo menor de la familia, quien también da la impresión de estar tapando secretos oscuros. Porque hay muchos secretos escondidos en las pareces de High Place, como descubrirá Noemí cuando empiece a desenterrar historias de violencia y locura. Cautivada por este mundo aterrador a la par que seductor, a Noemí le resultará difícil salvar a su prima… O incluso escapar de esa enigmática casa.

Premio Locus, Premio de la crítica de Goodreads, ¿qué nos encontramos en Gótico? Una novela que mezcla muchos elementos para tratar de dar con una fórmula que se agotó hace tiempo: las casas encantadas. Claro que tenemos ejemplos como La casa de hojas, que demuestran que se le puede dar una vuelta de tuerca a un género manido. Gótico se queda lejos de esto: Shirley Jackson, Poe y Lovecraft en estado puro para una generación lectora que no haya leído estos clásicos (si es que tal cosa existe). La autora alardea de una falta de originalidad tremenda, al tiempo que demuestra una prosa elegante y hermosa. ¿Cuál es el problema, pues? Bueno, puede no ser ninguno. Si somos de esos lectores que proclaman que la trama ha muerto (y, ciertamente, yo no lo soy), será mucho más sencillo disfrutar de este batiburrillo de escenas familiares y escenarios conocidos, cuya revelación final se vuelve inocente y pretenciosa. Gótico no destaca ni por su trama ni por sus personajes, pero sí que establece imágenes bellas, una prosa rica que fluye con la sencillez necesaria y una poesía interna que, en los momentos en que la narración no luchaba por destacar, brilla por sí sola.

A un argumento flojo y demasiado apegado a temas que ya conocemos los que leemos terror con asiduidad se añaden unos personajes con luces y sombras. La mayoría son arquetipos que desarrollan funciones puramente prácticas: que la trama avance en una dirección. También tenemos, claro está, a la protagonista, Noemí, un personaje absolutamente repelente, antipático y pretencioso. Espero, sinceramente, que estas sean las características que la autora quería que viéramos en su protagonista, pues cualquier intento de sentir empatía por Noemí Taboada sería inútil. La casa de High Place es, como en las buenas novelas de casas encantadas, la verdadera protagonista y eje principal de la misma, y la forma en que Noemí se pierde por sus estancias resulta efectiva, sugerente, y llega a atrapar muy bien al lector. Por otro lado, todo lo referente al pasado de la familia, sus intenciones, la oscuridad que penetra en la protagonista a medida que se deja arrastrar y la opresión obsesiva que caen sobre ella y su prima (la excusa para que Noemí salga de la seguridad de su vida idílica en Mexico como chica rica y se pierda en los pasillos oscuros de High Place), consiguen crear una aurora que es lo que hace avanzar la lectura.

Decía antes, quizás de forma un poco dura, que la principal característica de Gótico es la falta de originalidad. Y me mantengo, aunque matizaré: no hay clásico del que no beba esta obra, ya sea Otra vuelta de tuerca, La maldición de Hill House, La casa infernal, y de otros medios, tales como el videojuego (todo el planteamiento final es un calco de gran parte de la saga Resident Evil), y como lector me molesta encontrarme tanta desfachatez a la hora de presentar un libro. Pero Gótico no parece que le importe no ser original. La trama se desarrolla con mucha lentitud (durante la mitad del libro no sucede prácticamente nada), va sembrando poco a poco las preguntas, mostrando sus cartas, enseñándonos a los personajes, pero más que nada componiendo su escenario. La autora sabe la importancia que tiene el escenario en este tipo de novelas, y no escatima esfuerzos. Sin duda, la parte más satisfactoria del libro son los momentos en que no sucede gran cosa, pero el ambiente nos recuerda la omnipresencia de un horror desconocido.

Apuntábamos también a las polémicas que ha levantado el libro: para quien no haga caso de las redes sociales, bastará explicar que la editorial anunció una traducción al castellano “neutro” y el título original como título también en la traducción y la autora puso el grito en el cielo. Esto se traduce en la clásica denuncia pública en Twitter y sus consecuentes mamarrachadas. Todo se zanjó con la autora revisando la traducción (cosa que siempre se agradece). Ya que esto es una reseña, en principio pensé en no entrar a valorar esto, pero decidí darle un vistazo al libro en inglés y compararlo con la versión en castellano. Lo primero es que la trama podría suceder en Mexico como en Inglaterra (de hecho High Place parece una casa en la campiña británica y se deja claro que solo la protagonista y su prima hablan en español). Lo segundo es que la mayoría de términos mexicanos que se usan en nuestra traducción no aparece en el original, que recuerdo, está escrito en inglés. Me sorprende que la autora escriba en inglés, titule su libro originalmente Mexican Gothic y después se queje de que la traducción vaya a ser en español neutro (siendo un grupo español quien lo publica). Aunque lo cierto es que ni se nota y la traducción es estupenda. Mucho ruido y pocas nueces.

En fin, yo no he disfrutado en exceso de Gótico: le veo demasiado las costuras, se me ha hecho tedioso en ocasiones y me interesaban poco sus personajes, pero puedo entender por qué gusta y por qué creo que será un éxito aún mayor de lo que está siendo (y seguro que con adaptación cinematográfica). Es una puerta de acceso poco exigente y amable para la literatura de terror: la pueden leer los neófitos y disfrutarla de verdad, mientras que los que hayan profundizado bien en la literatura de horror… bueno, de esos hay cuatro gatos y Gótico no es para ellos. Estamos ante una suerte, casi casi, de novela de terror para jóvenes adultos, y una lectura que, aunque pretenciosa, aporta sencillez. Lo más interesante de Gótico viene si se no se ha leído a Shirley Jackson ni a Lovecraft ni a Matheson ni a King. E incluso con todo, la autora me interesa y leeré más obras suyas.

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